miércoles, 3 de febrero de 2016

Marc Chagall, dibujante divino y profano, en la Fundación Canal de Madrid




 grabado de Chagall



Julia Sáez-Angulo

         03.02.2016 .- Son numerosos los críticos de arte que consideran a Marc Chagall un gran dibujante ilustrador, más que pintor. La exposición Chagall divino y humano, con un centenar de estampas lo pone aún más de manifiesto. La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 10 de abril.

         Los grabados proceden del Kunsrmuseum Pablo Picasso Munster y ponen de relieve la libertad de trazo y de pensamiento a la hora de abordar los personajes sacros de la Biblia o los profanos de Las almas muertas, narración del ruso Gogol que el ruso Chagall ilustró con tal ironía y sarcasmo, que en algunas imágenes pareciera verse al mismísimo pintor alemán Georges Grosz de entreguerras. Esta es sin duda la serie más interesante y sorpresiva.

         Marc Chagall (Vitebsk, 1887 – Saint Paul de Vence, 1985) es un pintor de educación judía, jasidista bieloruso, que iba a empapar su mente y trazo para siempre. El pintor adquirió con el tiempo la nacionalidad francesa, sin perder su amor a la madre patria, como lo hacía constar en sus dedicatorias a clientes rusos. Lo divino y lo humano se imbrican en la mente y obra de Chagall con amplitud de criterio y miras.



         El vocabulario icónico del artista está muy marcado por la pareja amorosa de hombre y mujer, el buey, la luna y el sol y la idea de volar, lo que le añade imaginación y fantasía como en los mejores cuentos de la tradición rusa, lo que ha llevado a más uno a considerar en Chagall ese aspecto de ilustrador, casi infantil, que revelan algunas de sus imágenes.

         La Biblia ha sido un tema reiterado en el trabajo artístico de Chagall, desde su célebre capilla, hasta los numerosos grabados, en los que el autor hace lo que quiere con los personajes del libro sagrado en cuanto a su espacialidad, presencia o ausencia de pasajes de la Escritura.

         Se ha dicho que para el artista, “la Biblia es un drama mundano y el mundo una parábola religiosa”; es sólo una frase. La formación judía del Antiguo Testamento le puede, aunque no sea religioso en el sentido de practicante. El autor elegía libremente y por simpatía a los personajes, mientras prescindía de otros como Adán y Eva o Caín y Abel. También el Nuevo Testamento y la figura de Cristo han estado en el repertorio del autor o la Virgen y el Niño junto a la catedral de Notre Dame de París, como se aprecia en uno de los grabados en gris de la exposición.

         En la muestra de la Fundación Canal, la serie de La Biblia es la más numerosa en estampas y en ella aparece varias veces Moisés, el que hablaba con Dios cara a cara, con los haces de luz en su cabeza, que Chagall transforma en cuernos.

         Vale la pena visitar y ver la exposición de Chagall en la Fundación Canal. Una sucesión de grabados en blanco y negro, salvo las tres estampas de la entrada con manchas de color.

        

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