lunes, 27 de abril de 2020

Manuel Quiroga: “Preparo un libro de entrevistas con 30 poetas, y acumulo poemas sobre la situación actual”



Manuel Quiroga (escritor)


Cuestionario por Julia Sáez-Angulo

            28/4/20 .- Madrid.- Manuel Quiroga Clérigo (Madrid, 1945), residente en Mahadahonda.  Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por su tesis “La crítica literaria como fenómeno sociológico”. Crítico literario y de cine, narrador, autor dramático. Poeta. Libros de poesía publicados:
HOMENAJE A NERUDA. Comunicación Literaria de Autores, Bilbao, 1973.
FUIMOS PAJAROS ROTOS. Ámbito Literario. Barcelona, 1980.
VIGÍA. Ediciones Papuras. Querétaro, México, 1997.
DE MORELIA CALLADA. Ediciones Rialp (Colección Adonáis) Madrid, 1997.
LOS JARDINES LATINOS. Ediciones Endymión, Madrid, 1998.
VERSOS DE AMANECER Y ACABAMIENTO. Ulises, Toledo, 1998.
DE VARIA ESPAÑA (ANTOLOGÍA). Gobierno de Guanajuato, México, 1998.
INTIMA FRONTERA. Ediciones Torremozas (Los Cuadernos de Olalla),Madrid, 1999.
DESOLACIONES TARDIAS. Aristas de Cobre (Colección Off), Córdoba, 2000.
LAS BATALLAS DE OCTUBRE. Plaza &  Janés (Debolsillo), Barcelona . 2002.
MUNDO MUDO (LA AVENTURA DE MANILA),  Revista Hérmes, Toledo, 2004.
LEVE HISTORIA SIN TRENES. Ediciones del 3 de Agosto, Logroño, 2006.
CRÓNICA DE AVES (EL VIAJE A CHILE).Biblioteca CyH.  Barcelona 2007.
LOS AFECTOS METÓDICOS. Visión, Madrid, 2008
CARTA DELA CAMPAN(i)A. Aebius, Madrid 2010.
PÁGINAS DE UN DIARIO. Editorial Poesía Eres Tú, Madrid, 2010.
VOLVER A GUANAJUATO: Azafrán y Cinabrio, Guanajuato, México, 2012.
PRIMAVERA TAN BREVE. Un Café con Literatos, Madrid, 2013.
TRENES DE OTOÑO. Hebel editores, Santiago de Chile, 2017.
ISLA/PAÍS DE COLIBRÍES. Vitruvio Ediciones, Madrid, 2017.
CISNES CRUCERO TRÓPICO CASTILLOS. Ediciones Endymion, Logroño 2018.
RÚAS (RESPIRANDO LISBOA) Colecciòn Buho Búcaro Poesia, Madrid, 2018.
POEMAS DE LA CIUDAD Y DE LA VIDA, Ediciones Amarante, 2019.
TAN DOLORIDA (MENTE) Ars Poética, Oviedo, 2019.
VIVE LA LUNA ARRIBA Y NOSOTROS ABAJO, Bohodón Ediciones, Tres Cantos, 2020.

1) ¿Qué reflexión sobre la poesía le ha interesado más?
-La que hace Félix Grande en todos y en cada uno de sus poemarios.

2) ¿Cuándo escribió su primer poema y de qué tema?
-Lo escribí con 17 años, pero ese poema desapareció por “prestárselo” a algunos amigos. El siguiente, que recuerde, fue un poema de la misma época dedicado a la luna.

3) ¿Que lecturas le han influido fundamentalmente?.
-Por ejemplo las de los libros de Pablo Neruda, como “Tentativa del hombre infinito” y “Canto general”, además de sus poemas de amor, varios libros; también las obras de Rafael Alberti, Félix Grande, Francisca Aguirre, Luis Rosales, Gonzalo Rojas, Miguel Torga….

4.- ¿Qué poema le impactó?
-Algunos del libro de Amado Nervo titulado “La amada inmóvil”, y varios de Antonio Machado.

5-¿Cuáles son los asuntos habituales de sus versos?
-La existencia, el amor, las historias del  mundo cotidiano…

6.- ¿Qué forma métrica prefiere?
-El endecasílabo, los alejandrinos, algo de verso libre.

7- ¿Cómo es su biblioteca poética? ¿Hay autoras en ella?
-La biblioteca inmensa, varias, con poemarios de todas las épocas. Entre ellas los libros de hombres y mujeres querrían ser a partes iguales, pero creo que hay más de mujeres, de creadoras.

8- ¿Qué libro de poemas está leyendo?
-”Matar poetas” de Juan Cobos Wilkins y “La mirada de la esfinge” de José María Álvarez.

9- ¿Qué libros de poesía recomendaría?
-”Biografía” de Félix Grande, la edición de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores es la más completa, el citado “Canto General” de Pablo Neruda, “El ojo del alba” de Carlos D´Ors.

10.- ¿Qué proyectos literarios se trae entre manos?
-Preparo  un libro de entrevistas con 30 poetas, y acumulo poemas sobre la situación actual.

11.- ¿Cómo lleva el confinamiento?
-Haciendo lo dicho, mirando al horizonte, tratando de comer poco y no beber alcohol, hablando con mis nietas, mi hija y mi hijo, leyendo “Hijos de la medianoche” de Salman Rushdie y repasando periódicos y revistas literarias acumulados desde los años 70.
            Animo al personal a no comer bollos cada diez minutos, evitar las cervezas y el alcohol permanente, oír a los grandes clásicos como Mozart, Rachmaninoff, Beethoven, Smetana, Eduardo Rodrigo, todos o cualquiera de los programas de Radio Clásica, escuchar las noticias y tomar nota de cómo va el virus, evitar programas estúpido como los Sálvames, Grandes Hermanos, talentos y cocineros y cocineras por doquier, fútboles absurdos. Animo, eso sí a aplaudir cuando corresponda, no critican a quienes están haciendo lo que pueden y más y, sobre todo, a  estar confiados en que saldremos de ésta. Confinarse también es vivir.

            MARATHÓN

          “Es el tiempo sin  fin. Es la mañana eterna./Es el bosque sin límites” (Juan Mollá)

Hoy desando el pasillo/a mil metros por hora,
eso sí, equipado/de mascarilla y guantes,
bien atento a las normas/de la vigente alarma.
Primero ando despacio/hasta la librería
donde se encuentran gruesos/volúmenes de antaño,
es decir, diccionarios,/la Divina Comedia,
los poemas de Lope,/todo Somerset Maughan.
Me detengo un segundo/a ordenar las esquinas,
a colocar un libro/que estaba dislocado
y, luego, continúo/el recorrido fácil,
sin apenas peligros,/salvo los picaportes,
la puerta que conduce/al despacho del aire
allí donde se abren/las ventanas al álamo.
Una larga mirada/al castaño que medra,
a los nuevos rosales,/a las prímulas blancas,
a los siete autobuses/que cruzan la avenida,
esos de color verde,/todos sin gente, claro.
Aquí van las flexiones/lastimando la espalda,
un dolor incipiente/en rodillas, riñones.
Se impone de repente,/diez vueltas hasta el fondo,
ordenar un poquito/la mesa tan revuelta,
quitar algo del polvo/de los ordenadores,
recontar las botellas/del vino de Rioja
y mirar los relojes/para cumplir horarios.
Entonces se requiere/el caminar de espalda
para hacer más cuantioso/este rigor atlético
y así volver paciente/como gallina ciega
hasta la nueva meta/de los recibidores.
Eso son muchos pasos,/un mérito tremendo,
incluso misterioso/para hacerlo cegato.
Una leve parada/ante el cuadro de Brujas,
cielo frugal y oscuro/obra de Iglesias Sanz,
enfrente a la codicia/de El Callejón del Beso,
el tiempo transformado/en pleno Guanajuato.
Me rebullo tranquilo/en el espacio breve
y, luego, ya de frente/penetro promisorio
en el salón abierto/a jardines, pianos.
Aquí ya cuenta el tiempo,/el espacio, las flores:
hay que andar bien atento/sin romper algún tiesto,
evitar los jarrones,/tocadiscos, la tele;
hacer las reverencias/a Miró, Laharrague,
detenerse en la alfombra/con árboles y pájaros,
o suspirar atento/ante el cuadro con verde
a la vista del lago/que es obra de Perales,
con La Pedriza enfrente,/completo Guadarrama
y el embalse tan cerca/a mis ojos abiertos;
el plástico horizonte/de Aguado, un anónimo,
o las aguas azules/que llegan de Isla Negra,
y los sofás de cuero,/los anturios, el drago.
Son unos cuantos metros/de movimiento útil
justo hasta la terraza/que nos espera siempre.
Ahí pueden sumarse/los tres o veinte metros,
eso sí, dando vueltas/mientras vuelan las tórtolas,
ojo, sin un reposo/para otear jardines
o espiar si llegan,/como siempre divinas,
las vecinas hermosas/algunas con paraguas.
Dormitorios, cocina/son de otro circuito,
lo mismo que los baños,/trasteros y rincones.
Vuelta a los interiores,/acelerando algo
pues se impone el ascenso/hacia la biblioteca,
quince escalones solo/para subir dos veces
sesenta, con la vuelta,/tras la visita plácida.
Paseo distendido/por los distintos tramos:
aquí la poesía,/la actual, meritoria,
la clásica, ordenada,/la juvenil ansiosa.
Los leeré de nuevo/con la ilusión de siempre,
pero ahora es la historia,/filosofía, revistas,
el minúsculo espacio/de biografías, mapas.
En esta avanzadilla/aparece, ¡oh que grato!,
el sitio esplendoroso/de los mil novelistas,
la obras de teatro,/antiguos manuales,
códigos atrasados,/obras de los museos,
la antropología,/periódicos y comics,
un espacio completo/de letras y milagros.
Son cuatro inserciones/por las estanterías,
bajo Vélux, estuco,/los cuadros de castillos,
¡cuidado con los flexos,/mesas, sillas, armarios!.
Ese sendero lleva,/ahora, a la bajante,
la sucinta escalera/de caracol oscuro.
Se imponen varios pasos/por el salón de nuevo
para ir culminando/la marathón casera,
el cáustico ejercicio/de los días sin barrio
porque ya son los ocho,/se abren los balcones
para aplaudir unidos/a quienes nos protegen.                                             (83)

Majadahonda, 6 de abril de 2020


Manuel Quiroga en Sn Vicente de la Barquera


4 comentarios:

Enrique Gracia Trinidad dijo...

Un abrazo al poeta Manuel Quiroga Clérigo, con el que he compartido amistad desde principio de los años 70. Nos hemos hecho mayores alrededor de la poesía y la cultura en general.

Unknown dijo...

Interesantes reflexiones. Veo que, en este tiempo, somos varios los que amamos el oficio de escribir que hacemos cosas similares. Un tiempo de un cierto aislamiento recupera el alma. Muy de acuerdo con lo dicho sobre Félix Grande. Con sus libros empecé a diferenciar bien a un poeta escritor de un poeta áulico. Desde mi adolescencia. Él sí que hizo honor literariamente a su apellido.

Emilio Porta dijo...

Suscribo el comentario del "unknown" ( desconocido ) anterior,.. entre otras cosas porque era yo... solo que como estaba escrito desde la tablet salió sin nombre. Cosas de la tecnología.

Antonio Portillo Casado dijo...

Interesante entrevista, Manuel. Gracias por compartir tu poema sobre el confinamiento. Un abrazo.