sábado, 8 de octubre de 2011

Matías Díaz Padrón, libro sobre el cuadro “Vertumno y Pomona” de Rubens, traducido al inglés






“Rubens. Vertumnus and Pomona
And the Coger Summer Apartments
At the Alcazar de Madrid”
Matías Diaz Padrón
Madrid, 2009




Julia Sáez-Angulo



El profesor Matías Díaz Padrón, experto en Pintura Flamenca y conservador de la misma en su día, en el Museo del Prado, ha llevado a cabo una exhaustiva investigación sobre el cuadro “Vertumno y Pomona” del pintor holandés Pedro Pablo Rubens, que se encontraba en los apartamentos bajos de verano del Alcázar de Madrid. La citada pintura fue un cuadro que entusiasmó a artistas y mecenas de su tiempo. El libro del profesor Días Padrón ha sido traducido al inglés.

Los apartados del estudio del libro “Rubens. Vertumno y Pomona” comprenden entre otros temas: Rubens y la Corte Española de 1603; El despacho del rey. Los inventarios de 1666, 1686, 1700 y 1703; La habitación donde come la Reina; Breve examen de la fábula de Vertumno y Pomona en España; Testigos relacionados con Rubens y la Pintura; Publio Ovidio Naso. Las Metamorfosis; A imitación de las estatuas; Inventarios del Alcázar de Madrid; el Palacio Real de Madrid; El testamento de Carlos II...

Pomona era, en la mitología romana, la diosa de la fruta, y por extensión de los árboles frutales, los jardines y las huertas. Era una diosa únicamente romana, y se asocia generalmente con la abundancia, particularmente con la floración de los árboles —en oposición a la cosecha— y además de las frutas, también lo era del olivo y de la vid.1 El cuchillo de podar, o la hoz, fueron sus atributos. Detestaba la naturaleza salvaje y prefería los jardines cuidados: ninguna deidad conocía como ella el arte de su cultivo y el de los árboles frutales. Pomona no sentía ninguna atracción por los hombres, a pesar de ser requerida por todos los dioses campestres.


Fábula de la mitología romana

La historia del mito de Vertumno y Pomona narra según Ovidio, que Pomona habría sido asediada por varias divinidades de la selva, entra ellas lo sátiros, pero sólo el dios Vertumno la habría amado de veras, la habría cortejado largamente y al final se habría unido a ella. Según el historiador británico Herbert Jenning Rose, esta historia sería solamente una invención pura y simple de Ovidio o de cualquier otro escritor relativamente tardío.
Pomona, aislada del mundo, solo consentía que algunas personas pudieran acercársele. Al principio, rechazó incluso recibir a Vertumno, divinidad de las estaciones y de los árboles frutales, perdidamente enamorado de ella, pero acaba por ceder a sus pretensiones. Éste se valió de una ardid para acercarse y hablarle: disfrazado como una vieja mujer, fue a felicitarla por las frutas de sus árboles y la abrazó de buen corazón. Entonces, le mostró un olmo enlazado por una vid y comenzó a defender la causa del amor. Luego, le contó la historia de amor de Anaxárate.

Anaxárate era una muchacha chipriota de la sangre real de Teucro Telamónida que fue amada con demasía por el joven humilde Ifis; tanto así que éste acabó ahorcándose a la puerta de su casa por el dolor que sentía del rechazo de la princesa. Antes de exhalar su último aliento pidió venganza a los dioses y una fama inmensa. Afrodita, para complacerlo, transformó a Anaxárate en una estatua de piedra mientras estaba observando por curiosidad los funerales del desgraciado muchacho, la cual todavía se ve en uno de sus templos: se la conoce con el nombre de la Contemplante.

Al fin, viendo a Pomona fascinada por la historia, Vertumno le mostró su verdadero rostro, resplandeciente de juventud y salud. Pomona no pudo resistirse y aceptó su amor.


Azar Nafisi entre los Premios Internacionales Cristóbal Gabarrón




Julia Sáez-Angulo



La escritora iraní Azar Nafisi, exiliada y residente en los Estados Unidos, ha sido una de las ganadoras de los Premios Internacionales Cristóbal Gabarrón, en la modalidad de Pensamiento y Humanidades, junto a Richard Rogers, en Artes Plásticas; José Mercé en Artes Escénicas; Pedro Cavadas en Ciencias e Investigación; Ing New York Maratón en Deporte; Eric S. Maskin en Economía; Carlos Fuentes en Letras y Ernesto Cedillo en Trayectoria Humana.

Los premios fueron entregados en un acto solemne en el Teatro Calderón de Valladolid, que contó con la presencia del alcalde de la ciudad castellana, señor Pérez de la Riba y numerosas personas del mundo de la política y la cultura como el profesor Matías Díaz Padrón, Pilar Citoler, Irene Iribarren, Juan Jiménez, María Robles, Ubaldo Sedano, Linda de Sousa, Carmen González Pando y otros.

Premios bien elegidos salvo quizás el de Carlos Fuentes, ya de por sí hiper-galardonado en España con los premios Cervantes y Príncipe de Asturias. Los premios internacionales no están para re-premiar a premiados, porque esto supone una redundancia aburrida y sobre todo una pereza mental en descubrir valores en un campo, algo que ya se viene reprochando de manera sistemática a los premios Príncipes de Asturias.

Una mayor atención a los nombres de mujer sería igualmente interesante para resaltar la labor de un sexo que ha sido sistemáticamente preterido en la historia de la humanidad, por eso aplaudimos la selección de Azar Nafisi, que lucha por la libertad de los derechos y la creatividad artística en su país y en especial para las féminas. Premio muy bien seleccionado.

La Fundación Cristóbal Gabarrón lleva a cabo una importante labor cultural en Valladolid y Nueva York, ciudades en las que cuenta con sedes para llevar a cabo exposiciones y diversos actos culturales.

Cristóbal Gabarrón (Mula, Murcia, 1949) es un artista que se dio a conocer principalmente tras su trabajo en la EXPO-92 de Sevilla y la de Atlanta (USA), con su pintura y escultura aplicada a la arquitectura. Tiene un gran sentido del color y ha sido el autor de los bellos decorados para el acto de entrega de premios en el citado Teatro Calderón. Los premios que llevan su nombre han adquirido cierta relevancia, apoyados por patrocinadores con el diario “ABC, la Junta de Castilla y el Ayuntamiento vallisoletano entre otros.

jueves, 6 de octubre de 2011

Jardín Botánico, Fotografías internacionales del Prix Picket



L.M.A.




Del 7 de octubre de 2011 al 8 de enero de 2012, el Prix Pictet presenta en el Real Jardín Botánico, CSIC, de Madrid, una selección de las fotografías finalistas en la tercera edición del premio.

El Prix Pictet es el certamen más importante a nivel internacional dedicado a Fotografía y Sostenibilidad. Cada año, y dentro de un tema general, el Prix Pictet se embarca en la búsqueda de imágenes que sean capaces de transmitir mensajes impactantes y que posean una relevancia medioambiental a nivel global.

Esta tercera edición, cuyo tema es “Crecimiento” (Growth), contó con doce finalistas. Entre ellos, el fotógrafo norteamericano Mitch Epstein, que obtuvo el Prix Pictet por su serie de fotografías American Power (Energía americana). Por su parte, Chris Jordan obtuvo La Comisión del Prix Pictet (Prix Pictet Commission), a través de la cual uno de los fotógrafos finalistas es invitado por los socios del banco Pictet & Cie., a documentar los trabajos que se realicen en alguna región del mundo, donde la entidad apoya algún proyecto relacionado con la sostenibilidad. En este caso, se trataba de la Tusk Trust, en el norte de Kenia.

Desde que se presentó por primera vez en París, en mayo pasado, la muestra se ha exhibido en varias ciudades de todo el mundo.

Los doce finalistas del Prix Pictet Growth y sus respectivas series fotográficas son:

Christian Als (Dinamarca): Kibera – The Shadow City (Kibera – La ciudad de las sombras); Edward Burtynsky (Canadá): Oil (Petróleo); Stéphane Couturier (Francia): Melting Point (Punto de fusión); Mitch Epstein (Estados Unidos): American power (Energía americana); Chris Jordan (Estados Unidos): Midway: Message from the Gyre (Midway: Mensaje desde la Espiral -gran bolsa de basura en el Pacífico-); Yeondoo Jung (Corea del Sur): Evergreen Tower (Torre Evergreen); Vera Lutter (Alemania): Body of work (Cuerpo de trabajo); Nyaba Leon Ouedraogo (Burkina Faso): The Hell of Copper (El infierno del cobre); Taryn Simon (Estados Unidos): An American Index of the Hidden and Unfamiliar (Un índice norteamericano de lo oculto y lo desconocido); Thomas Struth (Alemania): Paradise (Paraíso); Guy Tillim (Sudáfrica): Petros Village, Malawi (La aldea Petros, Malawi); Michael Wolf (Alemania): Architecture of Density (Arquitectura de densidad)

“Crecimiento”

El tema de esta tercera edición es Growth (Crecimiento): ¿bendición o maldición? Aunque supone una evidente mejora de los niveles de vida y salud de millones y millones de personas de todo el mundo, el crecimiento plantea uno de los grandes interrogantes a los que debe hacer frente la humanidad en estas primeras décadas del siglo XXI. Sea por la vertiginosa expansión de nuestras ciudades y su dependencia cada vez mayor de unos recursos naturales escasos, sea por el imparable incremento de la población y la necesidad de alimentarnos, el crecimiento amenaza con provocar una catástrofe medioambiental. Nos enfrentamos a una crisis global en el uso del suelo y de la agricultura que podría acabar minando la salud, la seguridad y la sostenibilidad de nuestra civilización. Satisfacer esas enormes y nuevas demandas representa uno de los grandes retos de este siglo.

Como tema, el crecimiento ha demostrado ser una rica fuente de inspiración para el grupo de seleccionadores de todo el mundo que ha presentado al tercer Prix Pictet porfolios de más de 450 artistas de los cinco continentes. El jurado independiente nominó a un total de doce, procedentes de ocho países diferentes. El 11 de noviembre de 2010, la lista de candidatos se anunció al mundo en el diario Financial Times. Tras un preestreno expositivo en noviembre, en la Galerie Les Filles du Calvaire de París, los doce artistas desarrollaron sus obras para la exposición oficial del premio, que se celebró en marzo de 2011, en el Passage de Retz de la capital francesa. Todos los artistas nominados han abordado el tema del crecimiento de una manera absolutamente personal.

El Prix Pictet

El Prix Pictet, instaurado en 2008 por el banco suizo Pictet & Cie, especializado en banca privada, es el primer premio en constituir una plataforma global para la aplicación del arte a un tema de gran actualidad, como es el de la sostenibilidad, a nivel global. Su presidente honorario es Kofi Annan, antiguo Secretario General de las Naciones Unidas. Desde que comenzó su andadura, el premio se ha convertido en uno de los más importantes certámenes en su especialidad, alcanzando una audiencia global de cerca de 400 millones de personas, gracias a su repercusión en los medios de comunicación, la edición de libros y a las exposiciones itinerantes.

El premio principal, dotado con 100.000 francos suizos (83.000 euros, al cambio actual) para el ganador de cada edición, es decidido por un jurado independiente, compuesto por importantes personalidades de las Artes Visuales y el Medio Ambiente, y presidido por el profesor Sir David King (antiguo director de los asesores científicos del Gobierno de Reino Unido).

Hablando en la ceremonia de entrega de premios del Prix Pictet, el pasado marzo en el Passage de Retz de Paris, Kofi Annan dijo que, “es difícil contemplar estas fotografías sin sentirse emocionado e incluso indignado. Y sin embargo, a pesar de su duro mensaje, la creatividad y el espíritu de estos artistas también nos ofrecen la esperanza de que nosotros, la raza humana, tenemos la capacidad de descubrir, unirnos y responder juntos a estos retos. Quisiera felicitar a cada uno de los fotógrafos por la potencia y belleza de su trabajo”.

www.prixpictet.com

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miércoles, 5 de octubre de 2011

Carmen Pallarés y Pilar de Molinos coordinan la exposición “Equilibrio, Movimiento, Orden y Tacto”


“Equilibrio, Movimiento, Orden y Tacto”
Coordinación: Carmen Pallarés y Pilar de Molinos
La Cinoja. Casa de Pilar Molinos
Marqués de Riocabo, 2
Fregenal de la Sierra (Badajoz
www.lacinoja.es



Julia Sáez-Angulo

          05.10.11 .- Madrid .- “Siempre estamos a vueltas con lo que los abstractos quieren decirnos con sus obras. ¡Pues que lo digan!”, con esta rotunda imprecación se abre el texto del catálogo de la exposición “Equilibrio, Movimiento, Orden y Tacto” en Fregenal de la Sierra, que da una vuelta de tuerca al tema de la Abstracción, una fuente inagotable dentro del arte e innovadora si se encuentra, como en este caso en manos de buenos artistas.

Nélida Pecharromán, Marta Iglesias, María José de la Chica, José Ramón Blanco Sánchez, Isabel y Elena Pan de Soraluce, Carmen Pallarés, Pilar Molinos, Tomás García Asensio y María Ruiz Campins son los nombres que dan contenido y forma a una visión abstracta de la materia y las formas.

La Abstracción es un movimiento que, nacido a mediados del siglo XX no ha cesado de manar grandes nombres y manifestaciones plásticas. Curiosamente el Museo Guggenheim de Bilbao ofrece una gran muestra sobre el estado de la Abstracción de sus inicios hasta hoy. Abstracción lírica, geométrica, tachista, cinética, a pincel, a brocha, objetual, de caballete, de suelo... Una corriente que no cesa.

En la exposición “Equilibrio, Movimiento, Orden y Tacto” en Fregenal es un recorrido también por las distintas manifestaciones de la Abstracción, que pone de manifiesto las numerosas vetas de esta corriente de repertorio amplio. Pilar Molinos ofrece relieves en técnica mixta con ligeras alusiones poéticas, figurativas, a base de papeles y textiles en los que se cuela sutilmente el color.

Pan de Soraluce pule las maderas, framire o etimoe, de distinto cromatismo, hasta ofrecer sus vetas y color de modo reluciente. Relieves y oquedades, llenos y vacíos, visión compacta o transparente... Es el baile y la riqueza de las formas; los volúmenes de libertad y sugerencia a los ojos del espectador.

Marta Iglesias trabaja el óleo sobre lienzo y nos ofrece dos hermosos cuadros de pequeño formato, con gran intensidad; con títulos como “El hueco de la semilla” o “Sale y se pone el sol”. En este último se aprecian dibujos de rayas rojas, que traen a la memoria la forma de las esculturas de Deacon; en el segundo, un quiebro o refracción de la luz en amarillos y ocres de gran elegancia.

Geometría de borde duro

José Ramón Blanco Sánchez juega con el barro, el cartón, la cartulina y el alambre, hierro y mármol para jugar en una tensión de estructuras, que sugiere un laboratorio de formas para llevar a cabo “Órbita” o “Variaciones sobre la liviandad”, un conjunto de formas con tamaños diversos.

María Ruiz Campings utiliza también el óleo sobre lienzo en cuadro de mediano formato con tonos rojizos y luminosos en aplicaciones ascendentes y descendentes notorias del recorrido del pigmento. Ligereza y elegancia; visiones radiantes de color y aplicación de la materia que estallan en la superficie de los cuadros.

Carmen Pallarés trabaja con tinta y collages sobre papel Arches para constituir la serie “Enigma” en la que geometría, vacío y lleno; campos con gestos de distintos ritmos, de derentes “escrituras”... Triángulos equilateros, isósceles, rectángulos, círculos, cuadrilateros... El pulso de la mano se percibe en cada una de las líneas, con resultado poético, en la línea familiar de Agnes Martín, aunque con bordes más marcados en el caso de Pallarés.

Tomás García Asensio se va a la geometría de borde duro en rojos y naranja, en una bicromía que trae a la memoria el dicho de André Bretón “Solo los artistas latinoamericanos son capaces de juntar dos rojos sin que se repelan”. García Asensio no es latinoamericano pero logra también la armonía y lo hace en el formato más minimalista, el cuadrado, que ofrece un equilibrio muy particular.

Nelida Pecharomán es una escultora magistral que consigue formas excelentes en esteatita, bajo el título de Pájaros. Volúmenes que invitan al tacto y a contemplar las estrías visuales de la materia y el trabajo de la autora.

Los “Nidos” sobre papel de María José de la Chica, en los que el objeto natural de nido se ve trascendido por la representación artística, en un juego asombroso de líneas y manchas suspendidas en un foco central dentro del soporte. Nidos que nunca habitarán los pájaros, como en la obra de Michel Houllebecq “El mapa y el territorio” (Anagrama editorial), porque nunca habitan los nidos hechos por la mano del hombre. Las piezas alcanzan formatos de 115 x 80 cm. que de modo uniforme recorren el muro del montaje. Con títulos literarios como “Castillos en el aire” o “Se desmadeja” en la exposición “Equilibrio...”, la pintora dinamiza la interpretación del espectador ante las obras.

En suma, una exposición interesante y singular. Una lección elocuente sobre la abstracción, que bien merece itinerar a otros puntos.

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“El futuro es hoy” libro de Isabel Cabetas sobre el arte de envejecer



“El futuro es hoy”
Dar sabiduría a los años
Isabel Cabetas
Editorial Biblioteca Nueva. Colección Quipú
Madrid, 2011 (253 pags.)






Julia Sáez-Angulo



No es fácil asumir los años y saber envejecer, sin embargo se hace necesario para un buen segmento de la población, cada día más longevo en la sociedad. Es importante no solos prolongar la vida, sino dar calidad de vida a los años y no siempre es así. Isabel Cabetas (Zaragoza, 1939) ha escrito un libro con el título “El futuro es hoy” Dar sabiduría a los años, en el que aborda este tema.

Los capítulos y apartados del libro abordan aspectos como. Envejecer con proyectos; Vejez acumulada de juventudes; Sexualidad en los mayores y sentido de la vida; Psicoterapia para mayores; Soledad y aislamiento; Dependencia y residencia de ancianos; El maltrato a los mayores; Impulsar la creatividad; Trastorno del sueño, etc.

El Doctor José Carlos Mingote Adán escribe en el prólogo: “El privilegio de completar el ciclo vital consiste en alcanzar la vejez con integridad y sabiduría como hombres y mujeres que tras ser procreativos puedan darse la oportunidad de una nueva individuación personal después del “ágape” intergeneracional”.

“Con jovialidad, riéndonos de nosotros mismos con los otros, más que de los otros, podemos ver los pequeños problemas no tan graves e incluso encontrar el lado más divertido de una situación”, escribe la autora. “La realidad y objetividad y tomar distancia de uno mismo permite conformarnos más fácilmente con los límites y llevar mejor las frustraciones”.


"De Senectute" de Cicerón y de Bobbio

Cabetas rcoge una vita de F. Uramburu: “Viéndolo bien, no somos tan viejos. Lo que pasa es que tenemos muchas juventudes acumuladas”. Como psicóloga, la autora recorre la tercera edad en los 70, 80 y 90. “La experiencia del pasado acompaña al mayor en sus nuevos conocimientos y le da confianza para aprender lo nuevo, pero también para “desandar lo andado”, esto es “des-aprender” experiencias o conocimientos no positivos. Es lo más inteligente que aporta al mayor su experiencia de la vida: saber y reconocer las equivocaciones o difíciles experiencias pasadas y aprender de ellas”, se lee en el libro.

La bibliografía sobre la vejez que aporta “El futuro es hoy” es abundante. Cicerón escribió unas hermosas reflexiones en “De Senectute”, emulado recientemente en el título por el filósofo italiano Norberto Bobbio (1909 – 2004). "Hablar de uno mismo es un hábito de la edad tardía. Y sólo en parte cabe atribuirlo a vanidad", dijo el autor en la presentación de su libro en Madrid.

La mirada de Bobbio á diferencia de la de Cabetas- era melancólica en su tratado: "El mundo del futuro está abierto a la imaginación, y ya no te pertenece, el mundo del pasado es aquel donde a través de la remembranza te refugias en ti mismo, retornas a ti mismo, reconstruyes tu identidad. El viejo vive de recuerdos y para los recuerdos, pero su memoria se debilita día tras día. Y sabes que lo que ha quedado, o lo que has logrado sacar de ese pozo sin fondo, no es sino una parte infinitesimal de una parte de tu vida".

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“Aleksandr Deineka (1899-1969). Una vanguardia para el proletariado” en la Fundación Juan March



L.M.A.


El viernes 7 de octubre, a las 19,30 horas, se inaugura una completa retrospectiva de ALEKSANDR DEINEKA (1899-1969). UNA VANGUARDIA PARA EL PROLETARIADO, en la Fundación Juan March (www.march.es y también en Facebook y Twitter: @fundacionmarch), en Madrid. La muestra, comisariada por Manuel Fontán del Junco, director de Exposiciones de la Fundación Juan March, abarca desde los inicios de Aleksandr Deineka, la principal figura del llamado realismo socialista soviético, en los establecimientos de vanguardia de las primeras décadas del siglo XX hasta la práctica del realismo y la figuración de los años treinta a cincuenta. Sus escenas de masas y fábricas se revelan como formidables metáforas de los ideales que comenzaban ya a convertirse en el motor y la fuerza de una de las potencias que definiría buena parte del siglo XX: la utopía soviética de la total transformación revolucionaria de la realidad social y material por la dialéctica del capital y del trabajo. Estará abierta hasta el 15 de enero de 2012.

LA FIGURA MÁS RELEVANTE Y AMBIGUA
DEL REALISMO SOCIALISTA SOVIÉTICO


La exposición ALEKSANDR DEINEKA (1899-1969). UNA VANGUARDIA PARA EL PROLETARIADO es, desde luego, una completa retrospectiva –la cuarta tras la muestra pionera de 1982 celebrada en Düsseldorf y las más recientes de Helsinki y Roma– y, con 80 obras del artista (lienzos de gran formato, además de dibujos, bocetos, revistas, libros, fotografías hasta un total de 250 piezas), la más amplia dedicada fuera de Rusia a la figura de Deineka. Pero la exposición, por primera vez también, pretende presentar a Aleksandr Deineka –y, a través de él, a toda su época– en el doble contexto al que pertenece: el del final de la vanguardia y el del advenimiento del realismo socialista.

Ése es un objetivo para el que resulta difícil encontrar un ejemplo mejor que el que proporcionan tanto la fuerza pictórica de Deineka como la fascinante ambigüedad de su arte y de su figura: formado en los establecimientos de inspiración vanguardista, fue miembro de las últimas agrupaciones de la vanguardia constructivista (como Oktyabr ) y también agitador comprometido con la revolución y la construcción socialista del país, lo que no evitó que fuera acusado de formalismo, al mismo tiempo que obtuvo permisos para viajar al extranjero y recibió destacados encargos del estado soviético, de cuyas utópicas pretensiones consiguió algunas de las figuraciones y representaciones más logradas.

Esa cierta “ambigüedad” ha sido aprovechada para, mediante una cuidada y amplia selección de obras de artistas de la vanguardia rusa –atendiendo en especial a su desarrollo revolucionario–, de revistas, carteles, libros, documentos y objetos, presentar en ALEKSANDR DEINEKA (1899-1969). UNA VANGUARDIA PARA EL PROLETARIADO la peculiar (y desconocida) lógica de las relaciones entre la vanguardia y el realismo socialista, que se entendía a sí mismo, con toda evidencia, como una suerte de vanguardia artístico-política para el proletariado, más radicalmente sincronizada con la construcción política de la utopía soviética que la propia vanguardia artística: por eso, la exposición traza un arco que parte de la primera ópera futurista –La Victoria sobre el Sol de Kruchionij y Malévich, de 1913– y concluye con la muerte de Stalin en 1953, atendiendo a las más diversas manifestaciones de un arte que permeó todas las esferas de la vida y acompañó los intentos de transformar radicalmente la realidad por parte de un poder político que se concebía a sí mismo en demiúrgicos términos artísticos.

MÚSICA SOVIÉTICA EN EL CONCIERTO
DE INAUGURACIÓN


Como complemento de la exposición, se ha programado en la Fundación Juan March para el mes de octubre un ciclo de conciertos titulado MÚSICA SOVIÉTICA DE LA REVOLUCIÓN A STALIN. El ciclo se centra en uno de los periodos más convulsos de la reciente historia de la música occidental: el desarrollado en la extinta URSS entre el estallido de la Revolución en 1917 y la muerte de Stalin en 1953. Durante estas tres décadas y media, la creación artística soviética pasó de una fértil e imaginativa vanguardia a la más violenta imposición de los dogmas del “realismo soviético”, un viraje extremo marcado por un decreto estalinista proclamado en 1932. Las diversas tendencias compositivas y las diferentes relaciones que los principales compositores del periodo lograron mantener con las autoridades del régimen son las líneas que articulan los programas que conforman este ciclo de conciertos, con siete compositores (Aram Khachaturian, Dimitri Shostakovich, Sergei Prokofiev, Dimitri Kabalebsky, Sergei Rachmaninov, Mieczyslaw Weinberg y Galina Ivánovna Ustvolkaya) cuyas carreras nacieron o se forjaron en estas complejas circunstancias.


El primer concierto se ofrece el mismo viernes 7 de octubre, a las 19,30 horas, en el acto de inauguración. Tras la intervención de Manuel Fontán del Junco y de la profesora Christina Kiaer (Northwestern University, Illinois), la mayor especialista mundial en Deineka, el Dúo de pianos Moreno Gistaín (Juan Fernando y José Enrique Moreno Gistaín, ofrece un concierto con obras de A. Khachaturian, D. Shostakovich y S. Prokofiev.

Este concierto inicia el ciclo que continúa el miércoles 19 de octubre, con la intervención de la pianista Mariana Gurkova, con obras de D. Shostakovich, A. Khachaturian, S. Prokofiev, D. Kabalevsky y S. Rachmaninov; y concluye el miércoles 26 de octubre con el concierto del grupo OXALYS (Shirly Laub y Frédéric d´Ursel, violines; Elisabeth Smalt, viola; Martijn Vink, violonchelo, y Nathalie Lefèvre, clarinete) y el pianista Boyan Vodenitcharov, con obras de S. Prokofiev, M. Weinberg, G. I. Ustvolskaya y D. Shostakovich.

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Edith Wharton reflexiona sobre el cuento y la novela en “Escribir ficción”




“Escribir ficción”
Edith Wharton
Traducción y Prólogo.
Amalia Pérez de Villar
Editorial Páginas de Espuma
Madrid, 2011 (172 pags.)







Julia Sáez-Angulo


Reflexionar sobre la propia escritura es tarea que en un momento u otro llevan a cabo los narradores o poetas, en lo que tiene de docencia y transmisión de experiencias literarias propias. Edith Wharton (Nueva York, 1862) lo hizo en una serie de ensayos recogidos bajo el título “Escribir ficción”, que publica Páginas de Espuma. Sus consideraciones literarias se unen así a las de autores célebres como Antón Chejov, Mario Vargas Llosa o en España, la académica Soledad Puértolas.

Seguidora de Henry James, Edith Wharton es la primera mujer que mereció el premio Pulitzer en los Estados Unidos y entre sus obras se encuentran su reconocida “La edad de la inocencia” (1920), su compilación de cuentos “Vieja Nueva York” (1924), Ethan Frome (1911) o “El valle de la decisión” (1902).

Los apartados del libro de Wharton en el índice son: Contar un cuento; Construir una novela; Personaje y situación en la novela y Marcel Proust. En una segunda parte escribe sobre “El vicio de leer”, que se complementa con una amplia reseña bibliográfica. El oficio de escribir es duro, la página en blanco puede ser un trauma, pero algunos, como señala Amelia Pérez de Villar en el prólogo, lo hacen especialmente dramático en sus declaraciones como Pessoa, Hemingway o Flaubert.

Escribir bien es muy difícil, por lo que exige una continua atención y corrección de la escritura, después de haber leído mucho, de haber aprendido el oficio a través del conocimiento de la gramática y la sintaxis. El prólogo se abre con una cita de W. Burroughs en la que se pide atención, “ojos abiertos” del escritor ante el mundo que le rodea.

La forma y el estilo

Wharton aborda el tema de la forma y el estilo, claves para una narración que desea ser considerada literaria. “El estilo es el ingrediente más personal en la combinación de los componentes de los componentes de los que está hecha cualquier obra de arte. Las palabras son la representación física del pensamiento...”

La escritora americana da importancia al tiempo para que la masa de la escritura fermente y permita una nueva revisión. Las prisas y los atajos no son buenos. Nada peor que una escritura precipitada. Cada escritor aporta su visión y eso es algo irremplazable. Cada autor tiene su mundo y visión del mismo, por lo que poco importa el tema sino el punto de mira que enriquece la visión.

La ensayista arremete contra la moda, el temor a no ser original, aboga por la precisión y sencillez del lenguaje y aplaude la ironía y el ligero sarcasmo en lo que ella era maestra. Para el cuento, la autora señala el “preciosos instinto que hace posible la selección” y que se destila con paciencia infinita.

La cuestión de la verosimilitud es también abordada por Edith Wharton y recuerda que “James buscó el efecto de la verosimilitud ajustando rigurosamente todos los detalles de su retrato al tamaño y a la capacidad del ojo que los miraba”. El punto de vista es importante y a la escritora no se le escapa un aspecto del arte de narrar para transmitir y conversar con los jóvenes escritores o alevines de la narración. Fabular en literatura es un oficio y un arte. Wharton ha sido una de sus mejores artífices.

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