viernes, 25 de febrero de 2011

Marco Augusto Dueñas, escultor español de la estatua en mármol de San Marón para la Santa Sede




L.M.A.


El Papa Benedicto XVI bendijo ayer una estatua de san Marón, que ha sido colocada en un nicho exterior de la Basílica de San Pedro, unos momentos antes de dar comienzo a la Audiencia General en el Aula Pablo VI.Este monje, que vivió entre los siglos IV y V como ermitaño en las montañas del Tauro, en los alrededores de Cirro, una antigua ciudad de la Siria septentrional, se ganó la fama de taumaturgo y gozó de una gran reputación como director espiritual, informa Zenit.

Por su estilo de vida ascético y por sus curaciones físicas y espirituales, san Marón atrajo en seguida a su eremitorio a muchos seguidores, que constituyeron el primer núcleo de la Iglesia maronita, comunidad sui iuris en el seno de la Iglesia Católica -siempre en comunión con Roma aunque si mantienen una liturgia y un calendario propios- presente en Líbano, Siria, Egipto, Tierra Santa y en los países de la diáspora.La estatua, de más de cinco metros de altura y de 20 toneladas de peso, fue encargada por la Iglesia católica maronita con ocasión del jubileo -inaugurado el 14 de febrero de 2010- por los 1600 años de la muerte de san Marón.

La estatua es obra del escultor español Marco Augusto Dueñas, que la ha tallado de un único bloque de mármol de Carrara. La obra representa al santo ofreciendo al mundo una pequeña iglesia de estilo maronita, colocada en el hueco de la mano izquierda. San Marón viste una larga estola escrita en sirio y sostiene en la mano derecha un báculo.

Estaban presentes en la ceremonia el cardenal Nasrallah Pierre Sfeir, patriarca de Antioquía de los Maronitas, el presidente del Líbano, Michel Suleiman, con su consorte – que hoy han sido recibidos en el Vaticano por el Papa Benedicto XVI – un grupo de ministros libaneses de todas las confesiones, además de los cardenales Tarcisio Bertone, secretario del Estado Vaticano, Angelo Comastri, arcipreste de la Basílica de San Pedro, Leonardo Sandri, Prefecto de las Congregación para las Iglesias Orientales, Ignace Moussa i Daoud, Prefecto emérito de la misma Congregación, y Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.

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