sábado, 21 de mayo de 2011

Victoria Camps habla de “El gobierno de las emociones” en su último libro


“El gobierno de las emociones”
Victoria Camps
Editorial Herder
Barcelona, 2011(333 pags)




Julia Sáez-Angulo

          21.05.11 .- Madrid .- Es una de las mujeres españolas más respetada. Victoria Camps (Barcelona, 1941) es catedrática de Filosofía moral y política de la Universidad de Barcelona y se la considera una intelectual de primer orden. Su paso por la política como senadora independiente enriqueció sin duda su visión de la vida y los hombres. La editorial Herder acaba de publicar su libro “El gobierno de las emociones”, fruto de una serie de conferencias en las fundaciones de La Caixa y Juan March.

El libro se abre con una cita de Nietzsche: “Nuestros pensamientos son las sombras de nuestros sentimientos, siempre más oscuros, más vanos, más sencillos que éstos”. Por su parte, José Pla afirma que lo primero que es necesario para sentir una pasión es saberla expresar. El volumen aporta una amplia bibliografía sobre la materia.

El índice del libro pasa por definir las emociones y detenerse en: “Aristóteles. La construcción del carácter; Spinoza. La fuerza de los afectos; Hume. El sentido moral; Sin vergüenza; La compasión frente a la justicia; La indignación y el compromiso; Las razones del miedo; La falta de confianza; La construcción social de la autoestima; ¿Tristes o enfermos?; La educación sentimental; Los afectos políticos, y La fuerza emotiva de la ficción.

“No hay razón práctica sin sentimientos”

“Este libro parte de la hipótesis de que no hay razón práctica sin sentimientos”, dice Victoria Camps. “Nadie que no se ajeno a la `psicología o a las neurociencias, discute ya esta tesis. Todas las vivencias sociales parten hoy del supuesto, exagerándolo a veces, de que somos seres emotivos y no solo racionales”.

“El gobierno de las emociones es el cometido de la ética”, dice la autora en otro momento. “Fue visto así desde antiguo, por los griegos y en especial Aristóteles, entendieron que la ética consistía en la formación del carácter de la persona y que el gobierno de las ciudades requería buenas leyes pero también buenas dosis de elocuencia y persuasión para que las leyes se aplicaran correctamente”.

Interesante la relación de ética y estética, la identificación y divergencia a la hora de teorizar. Camps termina el libro reconociendo que ha transitado por los filósofos porque ellos “nos enseñan que el deber ser o el ideal no se sustentan sólo en razonamientos intelectuales, sino en afectos y emociones. Sólo desde esa perspectiva la ley moral se muestra como algo digno de ser admirado y las inmoralidades y la vilezas, como lo indeseado”.

Ciertamente los políticos saben bien estos mecanismos del hombre y los utilizan con frecuencia para manipular las conductas, tanto en campañas electorales como durante los periodos legislativos.

Victoria Camps ha escrito entre otros libros “El siglo de las mujeres” (muy distinto de “El arte de tratar con las mujeres” de Schopenhauer); “El declive de la ciudadanía” y “Virtudes públicas”.

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