viernes, 5 de octubre de 2018

RETRATOS: Paloma Hinojosa, Obras de luz, calma y armonía en la Fundación Pons de Madrid


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pintura de P. Hinojosa

Paloma Hinojosa
En la exposición


Julia Sáez-Angulo
Fotos: Peter Wall

            05/10/18 .- MADRID .- “Pintura de los cinco sentidos”,  califica Carlos González Pericot la obra de esta pintora, que toma las ciudades de Praga, Venecia, París… como trasunto pictórico fundamental de sus cuadros, así como las playas de palmeras de Levante o el Caribe, ahora cuadros expuestos en la Fundación Pons de Madrid, en un montaje impoluto y perfecto que hace resaltar sus lienzos y metacrilatos. El catálogo, en esta ocasión, es una recopilación de poemas que glosan la obra, más que catálogo en sentido escrito, que requiere un mínimo CV de la artista y una mínima ficha técnica de las obras.

            Bien acompañada en  una inauguración nutrida de visitantes, coleccionistas, familiares y amigos, -no faltaban los colegas del Grupo pro Arte y Cultura, PAC, al que pertenece- Paloma Hinojosa (Madrid, 1957) estaba radiante entre sus obras sobre lienzo o metacrilato de espeso grosor y gran sutileza. Con esta técnica, la imagen puede así multiplicarse hasta el original de nueve ejemplares o seriarse hasta el infinito.
           La pintura de Paloma Hinojosa es color a raudales: rojos, magentas, azules, turquesas, verdes, amarillo cadmio.. que se derraman como un susurro por los escenarios de sus cuadros, en esos hoteles y terrazas al aire libre, a pie de calle o acera, donde las damas parecen conversar en un dolce far niente. Es pintura para el goce, el disfrute, el imperceptible paso del tiempo… que traen a la memoria el célebre cuadro de Matisse Lujo, calma y voluptuosidad,  que define el tempo lento de una vida feliz o al menos en descanso. Un cuadro que se encuentra en el Musée d´Orsay, en disputa de propiedad con el Centre Pompidou.
            Cuentan del pintor francés Pierre Bonnard (1867 – 1947) que, pese a la tragedia que marcó vida, su arte estuvo empeñado en ofrecer belleza y felicidad a los hombres y mujeres de su tiempo. Fue una opción valiente. Esto me ha venido a la memoria al contemplar sin prisa, con serenidad, la pintura de Paloma Hinojosa. De ello hablan los dos títulos de las grandes exposiciones retrospectivas que llevó a cabo  en la Casa de Vacas del parque del Retiro madrileño y que llevaban por título: Volar, pararse… sentir (2011) o Celebrar la vida (2015). Mayte Spínola, fundadora del Grupo PAC y la baronesa Carmen Thyssen visitaron la muestra.

            La pintora Paloma Hinojosa es sonrisa, cortesía y buen humor, como lo derrochaba a raudales en el Beaterio de Amberes, en un viaje del PAC en el coincidimos en ese lugar durante el paseo viajero, junto a Paloma Porrero de Chávarri, buena amiga común. Nos reíamos del extenso gineceo en el Grupo viajero. O en Mallorca, cuando viajamos con una donación de arte del Grupo al municipio de Calviá, pendiente de un museo exento para mostrar las obras, hoy expuestas con dignidad en el bajo del Ayuntamiento. La presencia de la pintora Hinojosa es habitual en los proyectos del Grupo para exponer o donar en solidaridad por alguna causa.

            Visitar una exposición de Paloma es hacer un recorrido luminoso por su pintura y su iconografía. Un paseo por el tiempo de la armonía, donde se perciben efluvios de la Arcadia feliz, donde el cuerpo se deja llevar por el mimo de la calma y el placer de la serenidad. Los cuadros de esta autora son imágenes de felicidad inconsciente. Siempre he sostenido que su pintura tiene raíces en la escuela de París, sobre todo la segunda etapa, a partir de las II Guerra Mundial, cuando el cetro de la pintura saltó de París a Nueva York. Una pintura que se define por la armonía del color bajo la luz cenital de la capital francesa. Un tiempo de goce y paz, para olvidar las viejas tensiones bélicas. Matisse y Duffy están en el magisterio latente de esta artista madrileña, con el color y los roleos del primero, con el trazo negro, fuerte y dibujístico del segundo.

            El arte es una parte de la realidad, no está al margen de ella e incluso va más deprisa que la propia realidad. La pintura de Paloma Hinojosa rebosa sensibilidad y nos habla de momentos bellos y despaciosos en una terraza o en una playa, de los que tenemos derecho a disfrutar los espectadores, aunque con frecuencia se escapen suspiros y melancolía ante ese tiempo armónico de la vida y el arte. A veces se oye una música de violín con la melodía de la La vie en rose.

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https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=PALOMA+HINOJOSA







 "Maternidad", pintura de Paloma Hinojosa




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