viernes, 3 de diciembre de 2010

Paisajes y Marinas de la pintora Adelina Covián en el Green House del Hotel Colón




Adelina Covián. Óleos
Green House Centro Colón
Marqués de la Ensenada, 16. Madrid
Del 2 de diciembre de 2010 al 2 de enero de 2011






Julia Sáez-Angulo



La pintora asturiana residente en Madrid, Adelina Covián ha presentado treinta y siete cuadros al óleo en el amplio espacio del madrileño Green House Centro Colón, en medio de una inauguración apoteósica entre colegas artistas y coleccionistas.



Paisajes, marinas y algunos cuadros con figura humana componen el repertorio de esta artista en la que el color define su estética; el color y su manejo a partir de la “mancha cromática”, que desarrolla la imagen.



Artista apasionada y compulsiva, Adelina Covián cuenta su método: “Coloco la materia, el óleo, sobre el lienzo y lo voy extendiendo a partir de lo que esas masas de color me van sugiriendo, casi siempre paisajes o marinas”. Paisajes con sus componentes de tierra, motivo, horizonte y celajes o marinas con playa, motivo, horizonte y celajes



La pintora suele añadir la presencia de personajes diminutos para darnos la sensación de grandeza de la naturaleza, en comparación con la escala humana. Unas figurillas, casi siempre de espalda, para que sus rostros no distraigan el gran tema del paisaje, pero sí aporten su escala humana y la idea de lugar habitado. Watteau también solía recurrir a este discurso.





Cromatismo de las estaciones del año

Efectivamente las masas untuosas de color conforman brumas coloristas de paisajes primaverales, otoñales o de estío, también invernales, porque la autora quiere registrar la visión cromática de las distintas estaciones del año. Muy hermoso un paisaje invernal de casas, situado a la entrada de la exposición, donde se percibe el frío y la calidad del hielo circundante a base de grises verdosos.


Óleo con su calidad y permanencia así como su capacidad de veladuras, es el material preferido de Covián, en algunos casos matizado por el óleo pastel o la “craiola”. En esta ocasión presenta también algunas ceras, porque “cada pigmento y cada soporte tiene su propia resistencia y oferta de calidades propias”.



La pintura de Adelina Covián trae ecos del gran alemán Kaspar David Friedrich, el gran romántico exaltador de la naturaleza, cabeza de fila de los paisajistas que siguieron después de él con los mismos parámetros de soledad y elocuencia del paisaje abierto.



El italiano Salvatore Rosa fue el primer paisajista que liberó al paisaje de la presencia humana, algo que no se concebía puesto que todo iba referido al hombre. Covián pinta indistintamente paisajes solitarios o habitados por seres anónimos, casi perdidos o ateridos, a la espera de una barca.



Pero por encima de todo tema o argumento, la artista indaga en la pintura, en el gozo de pintar y aplicar el color, a modo de “tachismo” abstracto, donde las nubes del horizonte o las olas del mar acogen sus manchas cromáticas oportunamente matizadas.

Entre los asistentes al acto de inauguración, los artistas: Emma Salgueiro; Cuchi de Osma y su esposo el doctor Antonio Roldán Álvarez; Ana Queral, Mercedes Solé, Alfonso Sebastián y María Fernández de Córdoba.

Cuba, por Adelina Covián


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