lunes, 9 de septiembre de 2019

RETRATOS: Luca Monzani, de Torino a Mallorca, 30 años de actividad como pintor


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 "Patio mallorquín", por Luca Monzani
Luca Monzani, artista visual



Julia Sáez-Angulo

            9/9/19 .- Palma de Mallorca .- Después de sus estudios en el Liceo artístico, en 1988 entró en la Escuela de Bellas Artes de Torino y al poco de ingresar en ella, Romano Guyetti, restaurador afamado, pintor fracasado y magnífico profesor, le llamó en un aparte y le dijo: Luca Monzani, valoro tu talento para despegar, sal de aquí, no te encasilles en lo académico. Tienes talento, trabájalo fuera de aquí, que no te suceda lo que a mí. El joven pintor quedó impresionado por aquellas palabras que lo elogiaban e inquietaban al mismo tiempo. A los pocos días fue él quien quiso hablar a solas con el profesor Guyatti para preguntarle: Dove andiamo?, ¿a dónde voy? ¿qué pinto? El profesor Guyetti insistió: ¡Camina, busca, descubre!  Y como Monzani le siguiera mirando con cierta perplejidad, el profesor añadió. ¡El circo siempre ha tenido éxito y los payasos son el núcleo del circo!

            Luca Monzani (Torino. Italia, 1966) ha cumplido 30 años de trayectoria en su reconocida carrera de pintor y lo ha celebrado con una exposición retrospectiva de su obra en el Círculo Mallorquín, dirigido con acierto por Ignacio Dejà. El catálogo de la muestra –formato gran revista- lleva un payaso en la portada y se titula Dove andiamo?  Sobre su obra han escrito cuatro buenas firmas: Camilo José Cela Conde, Javier Alarcón, Joan Valent y P. de Montaner, además del propio Luca Monzani que escribe muy bien sus propios relatos y reflexiona sobre la Musa.

            La vida del pintor italiano, que habla perfectamente español, transcurrió desde muy joven entre Barcelona, Miami, de nuevo Barcelona, hasta recabar en Mallorca donde sabía que podía practicar bien la vela, además de la pintura, donde se casó y tuvo una hija. De vez en cuando Monzani colabora con el Grupo pro Arte y Cultura que fundó Mayte Spínola, con la que mantiene una buena amistad en la isla. Monzani expuso en la Casa de Vacas del parque del Retiro en Madrid en 1998.
            En su obra encontramos importantes series pictóricas como Marinas; Hombres, caballos y toros; Mallorca y sus patios velados... y payasos, muchos payasos, que curiosamente, como le avanzó el profesor Guyetti, siempre tuvieron éxito y se vendieron muy bien. “He dibujado muchos payasos. Las palabras de Romano Guyetti se me quedaron clavadas. Yo creo que se referían al circo de la vida y el mundo y a las máscaras para desenvolverse en él...” comenta reflexivo el pintor italiano, “yo me fijé en la obra de Nijinski Clown de Dieu, un joven tímido e introvertido que intenta encarar la vida a base de máscaras”.

Hombres, caballos y toros, sobre el rejoneo

            “La serie pictórica Hombres, caballos y toros, sobre el rejoneo, desde la crianza a la doma, llegando al coso taurino, ha sido muy intensa y prolongada . Fueron dos años recorriendo plazas taurinas de Francia (Arles, Nimes) y España, con Fermín Bohórquez y su cuadrilla, tiempo en que adquirí una cultura taurina extraordinaria, que yo desconocía. Me adentré incluso en el pasado de su historia. Fue una experiencia vital intensa. Un mundo apasionante”, explica Monzani muy satisfecho. Como bien describió Cela Conde, el rejoneo de Monzani es un abrazo de muerte a tres: hombre, caballo y toro. Los ocres, rojos y blancos en todas sus gamas dominan el cromatismo de esta serie. Coleccionistas de Arabia Saudí, se interesaron por estos caballos y toros, así como del emirato de Qatar. “Esta serie de Hombres caballos y toros me ha durado casi 20 años”, cuenta el autor. Además diseñó el logo para una cuadra de caballos saudíes.

            Monzani se siente orgulloso de un enorme toro que pintó para un gran apartamento mallorquín. Donde nadie se atrevía, él sí lo hizo y el resultado fue magnífico. No hay toro como ese toro.

            El pintor trabaja con acrílicos y pigmentos naturales; con frecuencia incorpora elementos escultóricos en madera o hierro para lograr efectos de luces como en las instalaciones hoteleras en las que ha intervenido, concretamente en los hoteles Pure Salt en Port Adriano, en 2016 y Sa Crew Nova en 2017. En el primero llevó a cabo una serie de figuras humanas, en su mayoría femeninas, que se instalaron en las habitaciones. Los palos escultóricos matizaban la presencia de estos amplios “paisajes humanos” estilizados, en los que el trazo del artista prima en grandes dibujos al carbón. Lo mismo hicieron las esculturas en hierro junto a los murales.

            Los grandes murales marinos, entonados en infinitos azules y blancos, alcanzan a veces las medidas de 150 x 500 cm, y dan vida a los muros de casas y hoteles tanto en Baleares como en Arabia Saudí o los Emiratos. Monzani explica que utiliza pigmentos especiales con nano-elementos para que resistan bien el exterior. Ciertamente el pintor no teme la gran escala.
            Sus serie Patios mallorquines velados ha sido también un acierto y un éxito. Cuadros de mediano y gran formato acogen los hermosos patios de Mallorca, dentro de una figuración esbozada o deshecha, velada, casi romántica, que invita al espectador a entrar y vivir ahí, a incorporarse dentro del espacio pictórico.

            Los 30 años de trayectoria pictórica de Luca Monzani quedaron bien reflejados en la exposición del Círculo Mallorquín de este 2019, con obras que iban desde su primera pintura en la Barcelona de 1989, cuando el marchante catalán Ramón Galisteo confió en él plenamente, le entregó un piso, una fuerte suma de dinero y le dijo: volveré dentro de un año a recoger todo lo que hayas pintado. Aquellos trabajos se vendieron principalmente en los Estados Unidos, donde residía el marchante. Pero esta forma de trabajar le agotó. “Trabajé como un condenado y me quedé seco. Rompí el acuerdo con el marchante. No es lo mismo pintar que ser pintor”. Monzani recuerda que entonces hizo, entre otras cosas, varias planchas de colores con marinas, bailarinas y payasos, y la última serie se vendió enseguida. Otra vez se cumplía la profecía del profesor Guyatti con el éxito de los payasos.
            Luca Manzoni trabaja en un amplio estudio situado en un polígono mallorquín cercano a Palma, en compañía de su perro Aldo –lleva el nombre de su abuelo- y una nutrida colección de bibelots sobre perritos. Monzani ha pintado los peros de Mayte Spínola y de Paz Pérez-Bilbao. Dice que, después de la exposición retrospectiva, está en un momento de silencio y de crecimiento interior, para responder a la eterna pregunta: dove andiamo? Una última confesión del pintor: En principio, de joven, yo iba para arquitecto, pero opté por un arte de mayor libertad: la pintura, porque no tiene límites. No me permití inmovilizar el pensamiento.

Más información
www.lucamonzani.com


 Obra de Luca Monzani

Payaso, de Luca Monzani, portada catálogo de la exposición retrospectiva 30 Años

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