domingo, 23 de diciembre de 2018

Denis Diderot y su obra “La paradoja del comediante”, en el Teatro El Montacargas



 Luciano Sánchez Del en escena



Julia Sáez-Angulo


            22/12/18 .- MADRID .- La paradoja del comediante es una obra clásica del enciclopedista Denis Diderot (Francia 1713-1784) que reflexiona sobre el arte de la interpretación del actor -del teatro en general-, del punto de partida de su idiosincrasia para plasmar en sí los distintos personajes varios que le esperan a lo largo de su carrera artística. Todas las artes, tarde o temprano, hablan de sí mismas, ya sea la poesía, la pintura o el teatro.

            El actor Luciano Sánchez Del ha llevado a cabo la representación del texto de Diderot, adaptado por el mismo a la escena del Teatro El Montacargas – que celebra este año el 25 aniversario de su fundación-, después de que lo hiciera anteriormente en el Teatro Off Latina.

            Con economía de medios, Sánchez Del interpreta varios personajes, incluyendo al mismo autor, Denis Diderot, en sucesivos monólogos que ponen en pié el modo y la manera en que un texto ha de ser llevado a la escena y cuales serian las características necesarias del actor para manifestarlas de modo adecuado.

            Ningún actor o amante del teatro debe dejar de conocer La paradoja del comediante, este texto de Diderot escrito en 1969. El autor es un Stanislasvki avant la lettre, al interesarse por el “arte de la representación”, máxime en un momento en que los teatros oficiales y alternativos parecen haber recobrado entre el público joven una aceptación que no se soñaba en los, no tan lejanos, años de la “crisis del teatro”.

            Luciano Sánchez Del ha hecho una buena adaptación y representación del texto de Diderot, un clásico que se conoce y difunde en las escuelas de teatro. Con un progresivo travestismo vamos viendo a los sucesivos papeles y actores que encarna para plastificar en escena las tesis del autor francés. La paradoja del comediante es una obra que no fue publicada hasta 1830.

             Una obra y una representación que fustiga los engolamientos y excesos sentimentales del viejo actor, para ofrecer una visión más fría y científica del arte de interpretar. Estudio, reflexión y práctica son los elementos requeridos para un buen actor, mas allá de su propia sensibilidad y ayuda de las musas.
 Denís Diderot, por Van Loo



No hay comentarios: