lunes, 17 de septiembre de 2018

Juan Gómez-Acebo, el dibujo como caligrafía iconográfica


pintura de Juan Gómez-Acebo
Juan Gómez-Acebo, vizconde de la Torre, pintor



Julia Sáez-Angulo


      Abril, 2014 .- El gran teórico del arte, don Eugenio d´Ors (Barcelona, 28 de septiembre de 1882 - Villanueva y Geltrú, 25 de septiembre de 1954) decía que el dibujo era la inteligencia del artista y el color, su pasión. Ciertamente el dibujo constituye un capítulo importante en la Historia del Arte, al que se le ha considerado como la idea germinal del artista y el primer gesto de autor. Su caligrafía plástica.

Juan Gómez-Acebo (Madrid 1969), del que se han visto diversos dibujos en diferentes muestras colectivas, presenta a partir del próximo 12 de mayo en Madrid una exposición de medio centenar de obras que permite ver con amplitud su mundo personal y su trazo, su concepto y señas de identidad.

Las piezas expuestas podrían agruparse iconográficamente en Personajes, Insectos, Soldados, Haití, Sillas, Geometrías... El autor asegura que no trabaja por series sino por lo que intuitivamente desea pintar en cada momento, lo que no es óbice para poder agrupar sus obras una vez realizadas. Ciertamente los insectos a gran escala constituyen un bestiario muy particular de Gómez-Acebo.

La tinta y el rotulador negros dan forma a los diversos dibujos de figuras o formas, nunca realistas, en los que Gómez-Acebo vierte su alfabeto icónico, sus temas, inquietudes, reflexiones, obsesiones y quizás alguna neurosis. La tradición de los vanguardistas españoles como Dalí o Picasso, se encuentran como influencia en algunos acentos formales de su obra. El autor se declara sin ambages gran admirador de Dalí. El surrealismo onírico es el sustrato de diversas obras del dibujante, como se puede apreciar en los personajes de rocas o en su misma obsesión por los insectos.

Gómez-Acebo, compositor musical, cultiva igualmente las artes plásticas desde los años 80 –no en balde ésta es su formación principal-, sobre todo el grabado, del que se siente entusiasta y al que piensa volver en breve. Como referente de su trabajo anterior, presenta en la muestra un grabado titulado “Open up, honey” (1990). El autor, que también ha practicado la ilustración en un corto período, tiene en proyecto escribir e ilustrar un cuento infantil. La interrelación de las artes no tiene límites.

Pinturas al óleo y acrílico

El dibujante también ha trabajado la pintura al óleo y al acrílico, por lo que el pigmento y el color reaparecen en algunos de los dibujos expuestos, principalmente con el guache, el pastel, la acuarela o la aguada. Toques de naranja para un poniente de sol, rompe y realza con fuerza algunos de sus dibujos

Juan Gómez-Acebo utiliza el papel como soporte, desde el blanco al ocre, pasando por distintas gamas; algunos de sus papeles los manipula con tintes hasta lograr el color de fondo requerido. Los formatos varían en al menos tres tamaños y los grandes constituyen verdaderas “pinturas” contenidas de color y sostenidas en el dibujo.

Algunos de sus títulos, más como pertinente identificador que otra cosa, ya que trascienden las palabras, son: “El naufrago de Australia” (alusivo a lecturas de infancia); “Raíces”, “Pulpos”, “Haití”, “Negro Albino”, “Ojos”, “Cruz cósmica” (impactante y clara alusión y homenaje a Dalí), “Ocaso” (un casi nocturno muy hermoso); “Ojos”, “Sillas” (con irónicos letrismos o palabras junto a las formas); “Soldado de Iraq”...

El dibujo en gran formato, cobra cada vez mayor predicamento entre los artistas de arte contemporáneo, que lo llevan a obra definitiva y no como boceto o proceso de otro resultado final. “El dibujo es el honor de la pintura”, repetía Ingres.

En suma, el dibujo de Gómez-Acebo es el vehículo transmisor del mundo visible e invisible, que transmuta el pensamiento del autor. Una nueva realidad que va más allá de lo que contemplan los ojos. Un dibujo que no se queda en mera línea de contornos sino que trabaja y rellena a su vez los espacios de las figuras creadas con distintos ritmos y gruesos de línea, hasta saturarlos en muchos casos, a falta de mancha inicial. “En algunos dibujos he trabajado hasta cinco meses”, confiesa el autor.

“Le dessin, le dessin, mon ami, mille fois le dessin », le decía Jacques-Louis David a Navez.
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 pinturas de Juan Gómez-Acebo

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