miércoles, 9 de octubre de 2013

Malala publica su extraordinaria historia en "Yo soy Malala"





 

L.M.A.


Cuando los talibanes tomaron el control del valle de Swat en Pakistán, una niña alzó su voz. Malala Yousafzai se negó a ser silenciada y luchó por su derecho a la educación.

Malala se dio a conocer a los once años con un blog para el servicio urdu de la BBC sobre la vida bajo el poder de los talibanes. Con el pseudónimo Gul Makai, escribía sobre la lucha de su familia por la educación de la niñas en su comunidad. El blog se convirtió en un referente de la noche a la mañana, y ella y su padre, que era director de una escuela y hacía campañas por la educación, aparecieron en un documental del New York TimesClass Dismissed. Al final, la identidad de Malala no pudo seguir siendo encubierta, y ella y su padre fueron condenados a muerte por los talibanes.

El martes 9 de octubre de 2012, con quince años de edad, le dispararon en la cabeza a quemarropa mientras volvía a casa de la escuela en autobús escolar, y pocos pensaron que fuera a sobrevivir.

Sin embargo, la milagrosa recuperación de Malala la ha llevado en un extraordinario periplo desde un remoto valle en el norte de Pakistán hasta las Naciones Unidas en Nueva York. A los dieciséis años se ha convertido en un símbolo global de la protesta pacífica, y es la nominada más joven de la historia para el Premio Nobel de la Paz.

Como reconocimento a su valor y a su lucha, se le otorgó el Premio Nacional de la Paz de Pakistán en 2011 y fue nominada para el Premio Infantil Internacional de la Paz en ese mismo año, premio que le ha sido concedido en La Haya. Quedó entre los cuatro finalistas de la revista Time como Persona del Año, y ha recibido otros numerosos premios, como el Clinton Global Citizen Award, que desde hace siete años otorga la fundación de Bill Clinton o el Premio Embajador de Conciencia 2013, que concede Amnistía Internacional. La Generalitat de Catalunya la ha galardonado con el XXV Premi Internacional de Catalunya 2013. 

Malala sigue abogando por el acceso universal a la educación a través del Malala Fund, una organización sin ánimo de lucro que apuesta por programas de gestión comunitaria y que apoya a los defensores de la educación en todo el mundo.

Yo soy Malala es el excepcional relato de una familia desterrada por el terrorismo global, de la lucha por la educación de las niñas, de un padre que, él mismo propietario de una escuela, apoyó a su hija y la alentó a escribir y a ir al colegio, y de unos padres valientes que quieren a su hija por encima de todo en una sociedad que privilegia a los hijos varones. Yo soy Malala nos hace creer en el poder de la voz de una persona para cambiar el mundo.

“Espero que este libro llegue a personas de todo el mundo, para que cobren conciencia de lo difícil que es para ciertos niños el acceso a la educación. Quiero contar mi historia, que será también la de los sesenta y un millones de niños a los que no se garantiza ese acceso. Quiero que mi libro forme parte de la campaña para que todos los niños y niñas del mundo tengan el derecho de ir a la escuela. Es su derecho básico”, nos dice Malala, que ha contado para este proyecto con la colaboración de Christina Lamb, prestigiosa periodista británica y corresponsal en la zona desde 1987.

“Hace una año salí de casa para ir a la escuela y no regresé. Me dispararon una bala talibán y me sacaron inconsciente de Pakistán. Algunas personas dicen que nunca regresaré a casa, pero en mi corazón estoy convencida de que volveré. Ser arrancado del país que amas es algo que no deseo a nadie”, nos confiesa Malala en el prólogo.

La historia de esta joven será publicada este otoño en las principales editoriales de más de quince países. En EE.UU. será editado por Little, Brown; en Reino Unido por Weidenfeld and Nicholson; En Brasil por Companhia Das LetrasCalmann-Lévy lo publicará en Francia; Droemer en Alemania; Garzanti en Italia y en España, tanto en catalán como en castellano, por Alianza Editorial.


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