jueves, 16 de abril de 2020

LOS PREMIOS IBEROAMERICANOS DE MECENAZGO FINANCIARAN EL PROGRAMA ANUAL COMPLETO DE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO EN RESTAURACION Y CONSERVACION



La ceremonia de entrega de los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo reunió en la gala benéfica de su última edición, celebrada el pasado mes de febrero, la donación que financiará el programa anual de la Academia en restauración y conservación.

Carmen Reviriego, impulsora de los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo, concedidos por la Fundación Callia, enfatiza en estas semanas de incertidumbre: “Cuando uno vive rodeado de arte, de música, de literatura… uno se humaniza. Y todas las causas son importantes de apoyar, pero el arte no es menos importante, porque si uno no se siente humano es imposible que empatice y se compadezca de los demás”.

Una de las primeras acciones realizadas, gracias a la donación, ha sido la restauración del importante conjunto escultórico La matanza de los inocentes por Herodes de José Ginés, que pertenece al famoso Belén del Príncipe, un excepcional conjunto de seis mil esculturas policromadas realizado entre 1789 y 1794, cuyo encargado fue hecho por Carlos IV al comienzo de su reinado.



L.M.A 


Madrid, 16 abril de 2020.- Los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo nacieron con la voluntad de convertirse en una incubadora de nuevos mecenas y promover el compromiso de la sociedad con el arte, acción más que nunca necesaria para el mantenimiento del tejido cultural español. Carmen Reviriego, presidenta de la Fundación Callia, comenta que: “Todos estamos viviendo durante estas semanas de confinamiento la necesidad de rodearnos de cultura, ya sea a través de los programas virtuales de los museos, leyendo o escuchando música. La cultura es un refugio, una morada, en la que resguardarnos en busca de quietud y sosiego en momentos de incertidumbre como estos”. 

La limitada capacidad de los recursos públicos hace necesario más que nunca el compromiso de pequeños y grandes mecenas con los museos que custodian y cuidan el patrimonio de todos los españoles. En el ámbito cultural anglosajón son muchas las instituciones que no cuentan prácticamente con ayuda de fondos públicos y, en cambio, la gran parte de su presupuesto proviene de programas de mecenazgo, o lo que es lo mismo, de la implicación de la sociedad en el apoyo de los servicios culturales, la

protección del patrimonio y el sostenimiento de los museos y colecciones de arte. De forma lenta aunque sostenible este escenario y esta nueva mentalidad van instaurándose en España gracias a iniciativas como los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo, los cuales no solo consiguieron reunir aportaciones para mantener durante un año la restauración y conservación del rico patrimonio histórico y artístico de la Academia, sino que también dotaron a la Semana del Arte de Madrid de unos contenidos de alto nivel, como testimonia la conversación abierta al público mantenida con Philippe de Montebello, ex director del Met de Nueva York y una de las autoridades más importantes del mundo del arte.

LA MATANZA DE LOS INOCENTES POR HERODES DE JOSÉ GINÉS

Una de las primeras acciones realizadas este año por el equipo de restauración de la Academia ha sido el tratamiento técnico del conjunto La matanza de los inocentes por Herodes de José Ginés (Polop de la Marina, Alicante, 1768 - Madrid, 1823), escultor de la corte, que constituye el mayor grupo escultórico de todos los que formaron parte del llamado Belén del Príncipe, encargado por Carlos IV recién ascendido al trono. El conjunto de la Academia es el más importante y numeroso de cuantos se conservan en la actualidad de lo que fue un enorme alarde escenográfico instalado todos los años en el Palacio Real, desde la Navidad hasta la fiesta de la Candelaria.

Desde su ingreso en la Academia, con motivo de la incautación hecha al infante don Carlos María Isidro, el 20 de agosto de 1837, estas cuarenta y nueve agrupaciones de figuras han constituido un conjunto único y de gran valor artístico y documental.

La matanza de los Inocentes se compone de grupos formados por soldados arrebatando los niños a unas madres desesperadas que se defienden, se desgarran las vestiduras o permanecen inertes, paralizadas por el horror, contemplando a sus hijos degollados. En su manera de interpretar el pasaje bíblico, Ginés, con el violento movimiento de los personajes, destaca el agudo dolor y la crueldad de las escenas cargadas de dramatismo y tensión.  Se aprecia una clara influencia de la escultura helenística del Laocoonte y sus hijos en las posiciones y las tensiones del cuerpo humano, en las torsiones imposibles que sacuden a los personajes. La tela es tan veraz que no parece barro; el realismo es extraordinario en la carne humana de los personajes que han muerto, las miradas de las madres que vibran y laten por el sufrimiento de sus hijos, las lágrimas a las que el escultor incorpora elementos de cristal…

El proceso de restauración ha sido una labor lenta y meritoria, durante la cual se ha obtenido información técnica acerca de la forma en que se elaboraban esas figuras de barro cocido policromadas al óleo, cuyo tamaño alcanza 90 cm de alto. Son escenas caracterizadas por una gran fuerza expresiva, en las que el movimiento y el color constituyen las notas características del artista levantino. Tras las inspecciones iniciales se observó que las esculturas presentaban varias intervenciones anteriores bastante desafortunadas, las cuales enmascaraban la calidad de las policromías originales, dando lugar a una coloración pardo-grisácea, producto de la multitud de acciones previas. Por otro lado, se encontraron importantes deterioros estructurales de las obras relacionados con su exposición y con los traslados sufridos por las esculturas. Presentaban roturas, fragmentaciones y pérdidas de elementos, con daños significativos, particularmente graves en las extremidades.

La restauración ha permitido dotar de nueva fuerza y belleza a todo el conjunto que en la actualidad se halla expuesto en el Museo de Bellas Artes de Valencia y que se incluye en los actos conmemorativos del 250 aniversario de la fundación de la Academia de San Carlos.



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