domingo, 9 de junio de 2019

José Luis Huete, docente y pintor realista abulense de la Naturaleza y el retrato


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 José Luis Huete





Julia Sáez-Angulo


            9/6/19 .- Ávila .- Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, imparte clases de pintura dos días a la semana en el Palacio de los Serrano de Ávila, ciudad amurallada en la que reside y se consagra por entero a la pintura al óleo, para plasmar mejor las calidades y sutilezas del color. José Luis Huete (Ávila, 1976) ha actuado como uno de los miembros del jurado en el 29 Concurso de Pintura al Aire Libre, organizado por el Hogar de Ávila en la ciudad de Santa Teresa.

            Huete, que expuso recientemente en la galería Marmurán de Alcázar de San Juan –un espacio cotizado para los artistas, por la buena línea que lleva su director Ángel Maroto- declara que su dibujo y pintura,  capaz de representar cualquier modelo de la realidad, se concentra principalmente en la Naturaleza y el retrato. Su realismo poético lo hace muy cotizado. Además del óleo, también cultiva la acuarela y el grabado.

            En la Naturaleza encuentra los mejores pretextos para el color, “alma de la pintura”, porque allí están las flores de todo tipo, que el pintor abulense recrea con pasión para plasmar rojos, azules, verdes... y con frecuencia aparecen en sus cuadros algunas pinzas de ropa o bolígrafos, en homenaje a su madre, mujer siempre laboriosa en la domesticidad de la casa y la familia. Los cuadros con ropa tendida de Huete, son como un haiku de amor, a lo que esa imagen significa y simboliza.

            “Busco la esencia de los divino en lo que represento: flores, parras, palomas, pájaros... todo merece ser elevado al arte si se sabe mirar con ojos de artista”, declara el pintor abulense

            La pintura es belleza y emoción para José Luis Huete, quien cree tanto en ella, que está convencido que habla por sí sola y no necesita pregonarse. Él no tiene página Web y le dicen que “así no existe en el mercado”; a él no le preocupa, porque no le falta trabajo, clientes, coleccionistas y galeristas que le buscan. La exquisitez de su obra habla por sí sola, añade muy seguro de sí mismo. Claro que también se confiesa hombre sobrio, que vive bien y ¿para qué pedir o ambicionar más?

            Tiene un hijo de siete años, Hugo, al que adora y del que habla con la pasión de un abuelo. Sus expresiones le fascinan, por lo que le ha consagrado una serie de dibujos al grafito y carboncillo denominada “Sensaciones”, que son una maravilla  y han sido un disfrute para él. Incluso llegó a hacer un dibujo en gran tamaño de 200 x 150 cm. cuando el niño estaba en la piscina, para recoger todos los movimientos del agua y del cuerpo humano.

            Habla también con admiración y afecto de sus profesores en Bellas Artes: Narváez Patiño, “un aristócrata de la pintura y la vestimenta con traje y pajarita; le llamábamos “el condesito”. Se me abría la boca de asombro ante su inteligencia. Me apunté a sus clases por indicación de Florencio Galindo y aprendí de sus lecciones sobre “La línea como expresión de la pintura abstracta”;  de Francisco López Soldado, con quien compartió dedicación y tiempo como miembros del mismo jurado en el Mercado Grande de Ávila; de Carralero, de Antonio López, de Florencio Galindo, por su dibujo, de Huerta Torrejón...

Más información
https://www.youtube.com/watch?v=FabvApOHgsk

 José Luis Huete



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