viernes, 26 de julio de 2024

Retorno a El Escorial I. Un lugar rico en geología y bibliografía


Fuente del Seminario. San Lorenzo de El Escorial



Julia Sáez-Angulo

26/7/24.- Madrid .- He vuelto a mi casa de verano en El Escorial. Una casa con fosilizada decoración de abuelita María, la condesa viguesa, donde reposan, en una convivencia pacífica, antigüedades y vejerías (ésta palabra no ha entrado todavía en el Diccionario de la RAE, pero ya entrará, "porque la he escrito yo", decía Valle Inclán). Las sorpresas no faltan, cuando se asalta la casa una vez al año, siempre en estío: la primera una cuantiosa derrama para arreglar la piscina, que me va a dejar seca, y la segunda, la maravillosa televisión antediluviana, que funcionaba divinamente, ha dejado de funcionar, por más que yo insistía con el mando. La culpa no es del aparato, que yo presumía eterno, sino -me lo aclaró mi hija por teléfono- debido a la nueva disposición administrativa del TDT, por lo que las antiguas TV en HD, necesitan un adaptador, que al parecer la vetusta mía, ni siquiera acepta. Ya no podré presumir de antigua pantalla, donde más de uno intuía los programas en blanco y negro y salía color.

Alfredo, mi vecino ebanista, hombre amable, me asesora en estos casos, y hemos quedado en ir juntos a comprar una tele. Todavía es bueno para las mujeres ir acompañadas de un santo varón, porque hay vendedores recalcitrantes, que torean a las mujeres, creyéndolas menores de edad, segundo sexo o directamente tontas, para colocarles mercancía deficiente o a punto de caducar. Cuando se enfrentan dos hombres, se miden mejor la cresta. Voy a comprar la tele antes de pagar la derrama, por si acaso.

Lo mejor de El Escorial es la gente, los viejos amigos del veraneo escurialense. Me gusta coincidir con la enfermera Lola Madrid (nombre de actriz), porque ella -que debe olvidar mi nombre- me saluda con un “hola princesa” y me despide con un “adiós princesa” (como el título del libro sobre Letizia). Soy sensible a los tratamientos y, con Lola, me siento hija de rey por unos instantes. En esta ocasión, Lola Madrid me pidió en la iglesia de los Corazonistas, que leyera la segunda epístola de la misa, y yo, la obedecí con gusto.

Para paliar las tórridas temperaturas de estos días, o mejor de estas noches, un grupo de amigos del Ateneo Escurialense nos fuimos a cenar al restaurante Fuente del Seminario, que está en medio del bosque de la Herrería, entre árboles frondosos. Lo pasamos muy bien, no solo porque comimos longaniza de Grau con pimientos verdes, alitas de pollo y tortilla de patatas, generosa ensalada mixta, con un buen vino de Rioja, sino porque las conversaciones y las risas se alternaban con el condumio.

El dueño del restaurante Carlos Agudo Garrido ha publicado este año el libro “Los paisajes de El Escorial”, editado por el Instituto de estudios Madrileños, donde aborda los distintos parajes del Real Sitio en todos sus aspectos. Se detiene con atención en el campo geológico, para placer de Carolina Daneiko, geóloga, que reside cerca del gran observatorio de Robledo de Chavela y nos dio una “conferencia” apasionante sobre el cambio climático en marcha, debido en buena parte a cuestiones geológicas y no tanto al descuido de los ciudadanos, como pretenden culparnos los políticos y otros barandas desaprensivos. Incluso nos anunció una posible glaciación de Europa, si una corriente antártica avanza, aunque por el momento se ha detenido, si no entendí mal. Todos la escuchábamos ojipláticos.

Detrás de nuestra larga mesa de once comensales al aire libre, reposaba una serie de piedras de distinto orden, con sus nombres científicos correspondientes, de los que solo recuerdo el de granito. 

El Escorial tiene mucho que decir y no solo de geología, Soledad González Clemente, y ex directora del Ateneo Escurialense, también ha escrito este año otro libro sobre el Real Sitio, titulado directamente “El Monasterio de El Escorial”, editado por la Universidad Francisco de Vitoria, de la que es profesora. Lo presentó en la reciente Feria del Libro de Madrid.

    De El Escorial nunca se hablará bastante.

Ciertamente el Escorial y su Real Monasterio filipino dan para mucho. Es fuente de atracción turística y, por tanto, económica, para este lugar hermoso, que perteneció a Segovia en tiempos de Felipe II, que, ahora es limítrofe con Ávila y que está incardinado en una historia de sexmos, pero de esto hablaré otro día.

Glorieta de los Sexmos. El Escorial

Soledad G. Clemente, escritora (Foto Agile Corporation)

Carlos Agudo Garrido, autor de "Los paisajes de El Escorial" 

jueves, 25 de julio de 2024

“Paisajes sonoros de España”, guitarra y violín de Antonio Niño y Santiago Daneyko en la Capilla de Abantos

Juan Tamames presenta a los músicos Niño y Daneyko
Javier Halfter agradece a los músicos


Julia Sáez-Angulo

Fotos: J. Sáez

26/7/24 .- El Escorial.- “Paisajes sonoros de España”,  ha sido el título del concierto de guitarra y violín de  los músicos Antonio Niño y Santiago Daneyko en la Capilla de Nuestra Señora de Abantos en San Lorenzo de El Escorial, dentro del ciclo “Iglesias con Historia”.

El concierto ha sido organizado por los ateneos Escurialense y de Robledo de Chavela, en colaboración con la Asociación de Abantos. Abrió el acto Juan Tamames, presidente de la Asociación de Abantos, quien recordó el 70 aniversario de la construcción de la Capilla de Abantos por la citada Asociación, evento que se celebrará el 15 de agosto próximo.

La Capilla que tiene como advocación a la Virgen de Abantos, alberga una estatua de una aparente Inmaculada, con corona de doce estrellas como señala el Apocalipsis, pero sin pisar serpiente alguna. A sus pies, sobre una esfera de estrella, dos querubines.

En el concierto se interpretaron piezas de Manuel de Falla (1876.1946); Isaac Albéniz (1860-1909): “Asturias”, en un solo de violín; Tarantas, en un solo de guitarra, y, cinco canciones recopiladas por Federico García Lorca (1898-1936). El concierto terminó con una jota de Falla.

El dúo de músicos, que ya ha interpretado otros conciertos en El Escorial, se muestra bien sincronizado, en una conjunción sutil y majestuosa en ocasiones.

Los organizadores han llevado a cabo otros dos conciertos: "Historia de un violín" y "Entrecuerdas" uno de ellos con Cecilia Lavilla Berganza, hija de la soprano que residió en El Escorial hasta su muerte.

Javier Halfter, del Ateneo Escurialense agradeció a los músicos su actuación y los calificó de “dos genios”. Entre los presentes: Nieves Gómez, presidenta del Ateneo, Miguel Ángel Ramos, Pilar R. Serna, Gonzalo Iturbe, Teresa Granillo, Carolina Baneyko…

Niño y Daneyko saludan al final del concierto
Antonio Niño y Santiago Daneyko 
Hacia la Fuente del Seminario
Gonzalo, Nieves, Miguel Ángel 
, Pilar y Javier, asistentes al concierto

Exposición en el Palacio de La Mosquera de Arenas de San Pedro


miércoles, 24 de julio de 2024

Triple iconografía de Santiago Apóstol, patrón de España: Apóstol, peregrino y Caballero en combate. Una cuarta:rezando ante el Pilar de Zaragoza

Santiago el Mayor apóstol. Icono

Santiago peregrino y Apóstol al mismo tiempo, en su representación

Santiago a caballo o Santiago en combate


J.S.A.

El Escorial.- 25/7/24.- Santiago de Zebedeo, también conocido como Santiago el Mayor (s. I a.C.), fue, según diversos textos neotestamentarios, uno de los apóstoles más destacados de Jesús de Nazaret, uno de los tres destacados por Cristo. Es conocido en la tradición cristiana como Santiago el Mayor para distinguirlo de otro miembro del grupo de los doce, Santiago el Menor. Fue obispo de Jerusalén.

En 1630 el papa Urbano VIII decretó oficialmente que el Apóstol Santiago, el Mayor, fuera considerado el único Patrón de España. Lo hizo así, porque según la tradición oral, el Apóstol desembarcó en la Bética Romana y caminó hasta llegar a Padrón, en Galicia.

Triple iconografía

La Historia del Arte lo representa de tres maneras. Su iconografía se conoce como Santiago Apóstol, representado con barbas y un libro o pergamino en la mano, haciendo referencia a que es uno de los escritores del Nuevo Testamento.

Como Santiago Peregrino, caminante a Compostela, como un peregrino más, es decir con el cayado, la escarcela y la venera.

Como Santiago a Caballo, antes conocido como Santiago Matamoros (ahora políticamente incorrecto), o como santo Caballero en Combate que ayudó a los cristianos a luchar contra el Islam invasor en la península ibérica, y que se apareció en la batalla de Clavijo (La Rioja) para ayudar a los ejércitos cristianos.

Cabe contemplar una cuarta iconografía de Santiago Apóstol: rezando junto al río Ebro y la basílica del Pilar en Zaragoza, cuando se le apareció la Virgen del Pilar, para animarle, en medio de las dificultades de su evangelización en España.

    Más información

https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Santiago+Ap%C3%B3stol+El+Mayor

martes, 23 de julio de 2024

JAPÓN, país invitado en los veranos de la Villa. Madrid. Pintura Kinpaku y kimonos

Profesor Kano, conferenciante, presentado por Daniel Sastre

Embajador y Marta Rivera de la Cruz, en el centro, en la inauguración

Julia Sáez-Angulo

Fotos: Adriana Zapisek y Maica Nöis

24/7/24 .- Madrid.- El embajador de Japón en España Nakamae Takajiro y la concejala de Cultura y Turismo, Marta Rivera de la Cruz, han inaugurado las exposiciones y la apertura de otros eventos culturales que tienen a Japón como protagonista y país invitado en los Veranos de la Villa (Madrid), que han cumplido 40 años. El evento tuvo lugar en la Serrería Belga (c/ Alameda, 15. Madrid), centro cultural remozado del Ayuntamiento madrileño.

El embajador japonés señaló que todas las actividades culturales niponas que van a acercar Japón a Madrid, serán solo un aperitivo de la gran cultura japonesas que habrá que visitan en el país del Sol naciente. Marta Rivera de la Cruz elogió la cultura milenaria de Japón y subrayó el interés de los madrileños por la cultura japonesa, ya que las entradas a sus espectáculos durante estos Veranos de la Villa estaban casi todas vendidas.

La tarde comenzó con la conferencia del profesor Kano Jiroyuki, presentado por el profesor Daniel Sastre, “Kinpaku. Naturaleza, poder e imaginación en el arte japonés”, referida a la pintura clásica nipona en pan de oro, de los siglos XVI y XVII fundamentalmente, algunos de cuyos cuadros más significativos, por ejemplo, de Kano Eitoku, figuran en diversos museos nacionales o imperial del país nipón.

La exposición de pintura japonesa Kinpaku (pintura pan de oro), situada en la planta baja del edificio Alameda, pertenece a una colección privada sita en Madrid. Su comisario es el profesor Daniel Sastre, experto en pintura japonesa, de la Universidad Autónoma de Madrid. En total diez biombos y 16 abanicos.

La magnífica exposición de esta pintura clásica japonesa se desplegó en la historia en biombos (muros del viento), puertas correderas y abanicos. Todas las piezas giran en torno a la idea de naturaleza, estaciones del año, árboles y flores, también animales. Las piezas pertenecen a una colección privada madrileña.

El “kimono, identidad cambiante: un siglo a pie de calle” constituye un despliegue de la vestimenta clásica japones, de la mano de Kimono Club Valencia, a cargo de Anna Miró, Miriam Navarro de Palencia y Laura Pérez Bañón, que abarca desde el comienzo del siglo XX a nuestros días. Kimonos cotidianos o de fiesta, en los que se pone de manifiesto, como la prensa subraya, el punto erótico más apreciado en Japón, el cuello femenino, por lo que el kimono deja caída la prenda hacia atrás, y no destaca el escote como en Occidente.

De estas exposiciones, que durarán hasta el día 6 del mes,  dará cuenta, de modo más extenso, en este medio informativo, la crítica de arte Maica Nöis.

        Más información

https://www.telemadrid.es/programas/madrid-directo/Viajamos-hasta-Japon-en-los-Veranos-de-la-Villa-2-2690750933--20240723085537.html


Ciudad de Kyoto, en pintura pan de oro
Kimonos en la exposición
La escultora Minu Sostres y su esposo, admirando los kimonos
Greta von Unger, Julia Sáez-Angulo y Minu Sostres, asistentes a la exposición Kunpaku
Maica, Minu, Julia y Adriana

lunes, 22 de julio de 2024

Real Madrid. El álbum de 80 cromos con textos de escritores como Chencho Arias, Ignacio Camacho o Jorge Valdano

* Fue presentado en el Ateneo de Madrid




            22.07.2024. Madrid


Qué dulce brutalidad

2024

Número 5

Edición y producción: Grupo Pandora

Proyecto y dirección gráfica: Pedro Tabernero

Imágenes: Shelley Himmelstein


Colaboración literaria: Inocencio Arias/Jesús Bengoechea/Jorge Bustos/Ignacio Camacho/ Ángel Antonio Herrera/Manuel Jabois/Miguel Pardeza/Alfredo Relaño/Jesús Ruiz/ Santiago Segurola/Pedro Tabernero/Jorge Valdano


Encuadernación: Rústica

Tamaño: 13,5 x 18 cms.

Páginas: 36

(Se trata de un álbum con 80 cromos para pegar. Se entregan con el álbum)

ISBN: 

978-84-128268-3-8

30,00 €

    Más información

https://www.diariodesevilla.es/ocio/pedro-tabernero-hijo-unico-equipos_0_2001640285.html

”Crónicas de Avonlea”. El universo de Ana, la de Tejas Verdes se expande en esta obra de L.M. Montgomery.



        L.M.A.

        22/7/24.- Madrid.-  Crónicas de Avonlea es una colección de historias encantadoras ambientadas en la pequeña comunidad de Avonlea, en la Isla del Príncipe Eduardo de Canadá. Estos entrañables relatos nos acercarán más a la vida Ana Shirley, pero sobre todo de sus vecinos. A través de las aventuras de sus queridos personajes, el libro captura la esencia de la vida en una comunidad rural de principios del siglo XX y los desafíos y alegrías de crecer y madurar en cualquier época. Cada historia es una deliciosa mezcla de drama, romance y humor que permitirá al lector vivir en ese placentero mundo, casi fantástico, de principios del siglo XX.

    Esta edición de Toromítico es una ocasión para sumergirse en las historias que han cautivado a generaciones de lectores y experimentar la magia de Avonlea. A lo largo de sus páginas, que darán voz a otros habitantes de la ficticia ciudad canadiense, también veremos como Ana y otros personajes de la saga de Ana Shirley cruzan sus vidas con ellos. Acompañaremos a otros residentes del pequeño pueblo situado en Isla Príncipe Eduardo, para comprobar que en cada familia y a cada vecino le pueden ocurrir historias entrañables, divertidas e interesantes que nos llegarán al corazón y nos harán sonreír.

        «Todos los que han leído el inolvidable Ana, la de Tejas Verdes, que perdura en el tiempo como un verdadero clásico de la literatura juvenil, se fascinarán con la publicación de esta serie de cuentos que L. M. Montgomery escribió una vez que la historia de aquella heroína sutil y valiente había concluido». 

Montgomery. Escritora canadiense universalmente conocida por la serie de novelas que narran la vida de Ana Shirley, nació en 1874 en Clifton (actualmente New London), una pequeña ciudad de la Isla del Príncipe Eduardo (Canadá). Tras la muerte de su madre, cuando ella contaba menos de dos años de edad, su padre decidió dejarla a cargo de sus abuelos maternos, en Cavendish, para irse a vivir al oeste del país, donde volvió a casarse. De sus abuelos recibió una educación muy estricta, aunque dicha situación —crecer sola en la casa de dos personas mayores— estimuló su imaginación, provocando la chispa que le haría crear el personaje de Ana Shirley. Completó su formación en el Colegio Príncipe de Gales, en Charlottetown, y entre 1895 y 1896 estudió literatura en la Universidad de Dalhousie, en Halifax, Nueva Escocia. 

En 1898, tras haber trabajado como maestra en varias escuelas, regresa a Cavendish para cuidar de su abuela, que había quedado viuda. Se casó con Ewan Macdonald, un ministro presbiteriano, y se mudó a Ontario, donde su marido se hizo cargo de una iglesia. La pareja tuvo tres hijos: Chester Cameron, Stuart y Hugh Alexander, quien murió al nacer, en 1914. El resto de su obra la escribió fuera de Prince Edward Island, ya que después de su matrimonio nunca regresó en vida. 

Falleció en Toronto en abril de 1942 y fue enterrada en el cementerio de Cavendish, cerca del lugar en el que creció. Es en 1898, al regresar a Cavendish para cuidar de su abuela, cuando comienza a escribir los relatos que darían lugar a su mayor creación: la serie de Ana Shirley (ocho libros que narran su vida, desde la niñez hasta la edad madura). El primero de ellos, Ana, la de Tejas Verdes (Anne of Green Gables), publicado originalmente en 1908, narra la llegada de la inteligente y deslenguada Ana —a la que el propio Mark Twain consideró la niña imaginaria más encantadora que se había creado desde la inmortal Alicia de Carroll— a su hogar adoptivo en Avonlea, un pueblecito (ficticio) situado al norte de la Isla del Príncipe Eduardo. Tejas Verdes, la propiedad de Marilla, su madre adoptiva, será el centro de su universo infantil y el lugar donde, al fin, podrá sentirse parte de una familia.