sábado, 8 de agosto de 2020

EMILIO ZALDÍVAR. Pintura, docencia, fotografía, música. EXPOSICIÓN VIRTUAL





 Emilio Zaldivar, artista visual


L.M.A.
           

            09/08/20.- Madrid .- Emilio Zaldivar Santamaría (Burgos, 1954). Reside en Majadahonda, Madrid desde 1960. Compaginó sus estudios con su actividad artística. En 1972 crea con Nacho Angulo, Javier Güell, José Antonio Millán y Antonio Zapata, el grupo y la revista ARP.
            Viaja cuanto puede. Expone sus obras desde estas fechas, relacionándose con campos tan diversos como la poesía, la música, el teatro, el video, la publicidad, el diseño, la ilustración, la escultura, la televisión, los performances, la prensa.
            En 1978 obtiene el título de profesor de Dibujo por la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y en 1979 la Licenciatura por la Facultad de Bellas Artes, Especialidad Pintura, Universidad Complutense de Madrid. En el año 1992 obtiene la Especialidad de Grabado Calcográfico en dicha Facultad.
            En 1986 es contratado por la Universidad Complutense en el Departamento de Didáctica de la Expresión Plástica, donde en 1989 obtiene tras concurso oposición la plaza de Profesor Titular de Escuela Universitaria, U.C.M.
            Es invitado desde 1989 por la Universidad Politécnica de Madrid como profesor del Master para postgraduados en Arquitectura y Arquitectura Técnica sobre «Rehabilitación y Restauración de Edificios Antiguos», patrocinado por el Fondo Social Europeo.
            Asiste y participa en numerosos congresos y seminarios: Cuenca, Museo Internacional de Electrografía Digital. Valencia, Congreso Nacional del Color. Madrid, 1º Congreso Mundial «Creatividad 93″ U.N.E.D. En 1988 realiza los programas, carteles y dirige el taller de Electrografía digital en blanco y negro, del III Congreso Nacional de SEEA (Sociedad española para la educación por medio del arte),» Investigación y Nuevas Tecnologías en las enseñanzas artísticas», Facultad de Bellas Artes, Madrid
            En 1988 publica el libro Arco Iris en la Niebla, poemas y xilografías, con el poeta José Antonio Abella. En 1990 el libro La siniestralidad en la construcción, texto de Pascual Úbeda de Mingo (arquitecto técnico y doctor en antropología) y electrografías de Zaldívar.
            Es invitado a visitar centros de enseñanzas artísticas polacos en Varsovia y Cracovia. En 1992 visita, invitado por la Universidad de Long Beach del estado de California, Los Ángeles, San Francisco y San Diego, participando en Seminarios sobre la enseñanza de las Bellas Artes y exponiendo sus obras en distintas universidades americanas.
            Dentro de su currículo académico destacar que fue elegido secretario de su sección departamental, así como Director de la misma. También secretario de la Asociación de Profesores Universitarios de Expresión Plástica y Dibujo. Miembro de INSEA. En 1990 fue nombrado Subdirector de Investigación de la desaparecida Escuela Universitaria «Pablo Montesino», U.C.M. Su actividad docente no le ha restado un momento a su actividad artística, más bien le facilita crear libremente sin tener que segur modas o dictados comerciales.
            A principios del curso 1998/99 tiene la oportunidad de residir en París y alterna su trabajo en su estudio de Madrid y su docencia en la Universidad española con su nuevo estudio en Levallois, donde además de preparar distintas exposiciones personales y colectivas, escribe textos y realiza videos sobre las exposiciones que estos finales de milenio nos ofrecen museos, fundaciones, centros culturales y galerías comerciales, tanto en Madrid como en París. Regresa a Madrid en 2004. En 2005 viaja a Buenos Aires, y Río de Janeiro
            Tras leer su tesis Doctoral “El Artista Enseñante” es nombrado profesor Titular de Universidad. Continúa su docencia en La Facultad de Educación. Tras un viaje por La India y Nepal queremos destacar las exposiciones con ese título realizadas en Madrid en 2008 .Así como otras en México, y en Argentina donde deja una buena cantidad de obra.
En 2018, Zaldívar regresa a su hogar, de la sierra madrileña, disfruta de fuentes naturales de inspiración y sigue creando, creciendo, difundiendo Arte, Enseñanza y Amor a todo lo que se mueve y a lo que no también.      Sin dejar de impartir sus clases en la Universidad Complutense de Madrid
            Sus exposiciones individuales y colectivas, dentro y fuera de España, se acercan al centenar en instituciones pública y centros privados. Colabora esporádicamente con el Grupo Pro Arte y Cultura fundado por Mayte Spínola.
             Reside en amplio espacio en Villanueva del Pardillo. Madrid.



Pintura de Emilio Zaldívar
 pintura de Emilio Zaldivar

Collages, por Emilio Zaldívar

EXPOSICIÓN FONDOS Y AMIGOS DEL ATENEO ESCURIALENSE EN LA CASA DE CULTURA


 Logo del Ateneo Escurialense, por Eduardo Cárcamo

Antonia Nieto y Jose Manuel Chamorro, miembros del Ateneo


L.M.A.

            8/8/2020.- San Lorenzo de El Escorial.- Una veintena de cuadros, óleos, acrílicos, acuarelas y fotografías, se exponen en la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial (c/ Floridablnaca, 3) bajo el título Fondos y amigos del Ateneo Escurialense. La muestra permanecerá abierta hasta el próximo día 16 de agosto.

            La lista de participantes es la siguiente:
ROSA MORENO DE CASTRO (Premio año 2009)
JHON RAILTON
RAUL MORÁN (Premio 2010)
CIRILO GARCÍA (Premio 2017)
DOLORES FRANCO (Premio 2018)
JOSÉ Mª SÁNCHEZ (Premio 2019)
ALBERTO CARRILLO
LOLA GUINEA
MIGUEL ÁNGEL BENÍTEZ
JOSÉ Mª CALVO
JOSÉ MANUEL CHAMORRO
EDUARDO CÁRCAMO
MIGUEL ÁNGEL RAMOS
MIGUEL ÁNGEL SANTIAGO
ANTONIA NIETO

Antonia Nieto y Eduardo Cárcamo, en calle Floridablanca, 3

viernes, 7 de agosto de 2020

CRISTINA SANTANDER, artista visual argentina, maestra del grabado y el color con guiños al arte español. EXPOSICIÓN VIRTUAL

 "Menina", por Cristina Santander

Cristina Santander


L.M.A.

8/8/2020.- Madrid.- Nacida y criada en un ambiente cosmopolita y creativo, además de su carrera académica Cristina Santander (Buenos Aires) realiza estudios con Aída Carballo, Fernando López Anaya y también en Europa. Es una artista en el sentido amplio de la palabra. No llegó al arte por casualidad, ni por vanidad o exhibicionismo.
Al optar por el arte sabía que no sería fácil. No fue y no lo es. Para llegar a donde llegó, trabajó y trabaja mucho.
          Al dedicarse al grabado lo hizo con férrea determinación. En los años 80 al darse cuenta de que había agotado todas las fuentes de aprendizaje en Buenos Aires fue a estudiar a París, en el Atelier 17, del maestro grabador Stanley Hayter.
           De Rive Gauche siguió para la Casa Velázquez en Madrid.
En sus grabados y pinturas, el arte de Francia y de España está presente a través de las relecturas, «las apropiaciones y las creaciones» en las que su visión moderna y contemporánea prevalece.
         Con innumerables muestras exhibidas tanto en Argentina como en el exterior, sobre todo en España, donde expone periódicamente en la Feria Estampa, Cristina Santander exhibe una serie de grabados, pinturas e inclusiones en acrílico inspirada en los maestros españoles -Velázquez, Goya y Murillo entre otros.
          “Con una energía creadora que la lleva hacia diversas expresiones, Cristina Santander ha logrado el reconocimiento internacional por su importante trayectoria. Santander nos invita a recorrer junto a ella ese puente atemporal que transita entre la España clásica del ayer y su mirada contemporánea del hoy. En Santander, en Mendoza, sus trabajos nos remiten, a través de una relectura y recreación contemporánea, a los grandes maestros Velásquez o Goya, o bien transitan los caminos del Minotauro, nos sumerge en aquellas selvas tropicales o nos sorprende con sus festivos jardines en acrílico”, escribe la curadora Julieta Gargiulo sobre esta artista visual.
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 Grabados de Cristina Santander


Paula Gil, “Cuarenta mil años sin ti”, una novela distópica de ciencia ficción





 Paula Gil, escritora



Carmen Valero

            7/8/2020.- Madrid.- La sociedad comienza a desconfiar de las máquinas y una empresa de biotecnología que clona animales extintos como el dodo, intenta resucitar a neandertales y denisovanos destinados a ser vendidos como esclavos y  hacer el trabajo que hasta entonces han hecho solo robots. Este sería el argumento dentro de una inteligente y bien llevada trama, de la novela Cuarenta mil años sin ti (2020), de la escritora Paula Gil. Quizás un futuro cercano.
            La novela, la primera de su autora, ha sido editada por la editorial Nowevolution. Paula Gil prepara su segundo libro de ciencia ficción bajo el título de Alpha.

            “El tres de mayo de 2035 fue uno de esos días que cambiarían la historia, marcando un antes y un después, separando una edad de otra. Como el Descubrimiento de América o la Revolución Francesa”…, así comienza la novela de la autora, Paula Gil García (Madrid, 1975), una escritora que dejó el periodismo -corresponsal de la agencia EFE en San Francisco- por la docencia del español en los Estados Unidos.

            La ciencia ficción es un género literario, que cada día cuenta con más lectores. Cuarenta mil años sin ti es una novela amena que se lee con facilidad porque está llena de sugerencias.

miércoles, 5 de agosto de 2020

BLANCA CAMUÑAS: Pintora colorista de mancha figurativa o abstracta. EXPOSICIÓN VIRTUAL






L.M.A.

            06/08/20.- Madrid.- Como buena valenciana, afincada en Madrid, pintora colorista de la mancha que se hace figura frutal, o floral o deriva a una abstracción de formas o signos. La trayectoria de Blanca Camuñas Castro (Madrid, 1957) es a todas luces cosmopolita. Inserta en la vida diplomática, la pintora ha llevado a cabo exposiciones en Nueva York. Kuala Lumpur o Singapur entre otras ciudades. Una amplia muestra de la obra de Camuñas se presentó en el Palacio de la Música de Valencia, bajo el título de El color y la emoción.

         Aunque es licenciada en Derecho por Valencia, la actividad de Blanca Camuñas ha sido siempre el arte: pintura, collage y diseño fundamentalmente. Su obra se encuentra en diversas instituciones como la Biblioteca Nacional, el Palau de Valencia o el Club Siglo XXI, además de en numerosas colecciones privadas.
            Pintura gozosa por el color y la cremosidad del pigmento sobre el soporte de papel, lienzo o tabla. También ha practicado el collage de recortables de papel al más puro estilo Matisse.

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EDUARDO CÁRCAMO, esmaltista y grabador, reside actualmente en El Escorial. EXPOSICIÓN VIRTUAL



 Grabado de Eduardo Cárcamo

Eduardo Cárcamo, artista visual, retrato or Antonia Nieto



L.M.A.

        07.08.2020 .- Madrid .- Eduardo Cárcamo Rivero (Guinea Ecuatorial, 1947).
           Hijo de padres castellanos, se considera madrileño ya que residió en la capital desde los tres años.
             Su oficio, esmaltista, le llevó a sumergirse en el mundo del grabado, realizando varias exposiciones en Miami, Madrid, Rota (Cádiz) Sevilla y San Lorenzo de El Escorial.
      Obras en la Biblioteca Nacional, Museo de Arte Contemporáneo en Rota e Ilmo. Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial.
             En la actualidad reside en El Escorial.

 Grabados de Eduardo Cárcamo


martes, 4 de agosto de 2020

Crueldad: Dejar salir de España a un Rey anciano de 82 años

            

 Don Juan Carlos de Borbón, Rey Emérito



Por Julia Sáez-Angulo

Nada más patético y triste que ver partir -porque de una u otra manera lo han echado- a un anciano de 82 años de su casa, de la casa en la que ha vivido 42 años y desde la que ha llevado a cabo tantos servicios a España como Rey, como Jefe de Estado, como piloto del cambio, como motor de la Transición de una dictadura a una democracia, de la que hoy todos nos beneficiamos, los primeros, los políticos y diputados. La representación diplomática de Don Juan Carlos a gran escala no se podrá pagar nunca, porque ha sido silenciosa y eficaz.
            Y todo eso se lo pagamos con un desahucio de facto, que la sociedad no toleraría para el más indigente de los españoles y se ha hecho de modo miserable con quien ha hecho tanto por nosotros: el Rey Emérito español. El hecho conecta y así me ha venido a la memoria, con el maltrato a los ancianos que la POLITICA EN ESPAÑA está teniendo con nosotros los mayores durante la pandemia, relegándonos a segundo lugar en hospitales y ambulatorios, donde no se nos admitía. Un relegar al olvido y la muerte. Denuncias hay al respecto. Y siguen las buenas palabras, pero no los hechos.
            Que en la vida particular y privada Don Juan Carlos ha hecho algunas actuaciones que no son dignas de aplauso, puede ser. Humano es errar. Somos débiles y frágiles en nuestra condición humana. 
            Que nadie en las alturas haya frenado su salida como anciano y haya incluso sugerido y presionado para que se vaya de La Zarzuela, resulta indigno y será censurado por la Historia. No me cabe ninguna duda. Repito, a un anciano de 82 años, que no está precisamente muy fuerte de salud, echarlo de su casa es empeorar aún más su suerte, su ánimo y su espíritu. 
                     ¿Dónde está la gratitud de los demócratas para defenderle?  ¿dónde los empresarios a los que ayudó a crear empresas en su viajes como primer Embajador de España? ¿dónde el Cuarto Mandamiento? ¿Es que van a primar los voceras totalitarios?
                     Ha faltado magnanimidad. Sentimos vergüenza muchos españoles de esa actitud.
            Honestamente, Don Juan Carlos no se lo merece. Hay que hacer una valoración más amplia del comportamiento humano. Somos muchos los españoles que pensamos así.
                   No sabemos lo que se ha pactado detrás y por lo tanto nos atenemos a lo visto, la realidad del hecho: Un Rey de España al que se le echa directa o indirectamente de su casa y su patria.
            Dios quiera que vuelva pronto y se quede de nuevo con nosotros. En su casa. 



VIII EL HIERRO: MERODEANDO POR UN FINISTERRE PERDIDO


                                Al continente de La Atlántida y a las islas…sin demonios[1]

Como autor de estas cuartillas, recuerdo haber sentido desde mi infancia un apego notorio por el mundo insular, como me temo haberlo repicado aquí en más de una ocasión. Cierto es que el hecho de haber vivido los primeros dieciocho años de mi vida en Canarias puede explicar tal apego. Sin embargo, el transcurso de algo más de medio siglo, residiendo fuera del archipiélago, sí constituye un factor que podría haber ahondado en mí la pervivencia del llamamiento recurrente del archipiélago canario; aunque también lo haya sentido por parte de Córcega, Capri, Malta, Sicilia, Baleares y algunas pequeñas islas del Egeo griego, que tampoco me han sido ajenas.
En puridad, desde joven hice largas travesías por el Atlántico (norte) entre Las Palmas y Southampton cuando fui a residir al Reino Unido durante un par de años.[2] Corrían los años 60 del siglo pasado. O sea, cuando todos en Canarias nos referíamos entonces a aquella ex potencia marítima, perdida en aguas del noroeste de Europa, con el genérico de Inglaterra. Más allá del impacto que me produjo The British way of life en la etapa primeriza de mi existencia (por no hablar de mis estancias en el swinging London de aquella época y sus repercusiones tanto en mi persona como en el futuro historiador en que me convertí), he de puntualizar que no me ha parecido discordante aludir en estas páginas a otro referente marítimo, a un finisterre realmente perdido en ultramar.
La insularidad, en efecto, fue determinante en mi vida hasta que exigencias de diversa suerte me condujeron al afincamiento en Madrid y, ocasionalmente, en algunos países europeos y magrebíes. Este escueto telón de fondo viene a propósito del título de las cuartillas que estoy dedicando a paisajes que calaron hondo en mí, cuando los visité, o más de una vez, como ocurrió con la comarca de La Vera y de su monacato imperial en Yuste. Ahora sí creo que parece menos incongruente que haya redactado algunas pinceladas de mi viaje al finisterre perdido en ultramar y que lleva el nombre de isla de El Hierro, también denominada Faro hace muchos lustros, por los destellos dirigidos desde su pináculo a los navegantes que cruzaban el Atlántico, en ruta hacia la mar-océano.
                                         ***
             Ya en la Antigüedad, la minúscula isla de El Hierro fue incluida como un finisterre del orbe occidental, tal y como el geógrafo Claudio Ptolomeo (100 d.C-170 d.C.) la situó en su época. O sea, antes de que el meridiano londinense de Greenwich la ubicara en sus coordenadas actuales (27º 45’N 18º 00’0), como si de un gigantesco y visible farallón se tratara, antes de aventurarse las naves a surcar la mar-océano.
            La dislocación geográfica de El Hierro, junto con su reducida extensión y anfractuosa constitución territorial, poco abordable desde el océano, ponen en la pista del impacto que esta isla me produjo en mi lejana visita, de la que han transcurrido ya casi veinte años. Aterrizar en el diminuto aeropuerto de El Hierro, buscar acomodo en cualquiera de sus parajes e iniciar con calma los recorridos insulares que miran al valle de El Golfo, entre Punta Dehesa y Punta Salmona, es de por sí una aventura itineraria que cautiva la retina y el ánimo del visitante; sea que se contemple el panorama visto desde las aguas del “puntilloso” océano herreño, o sea que se contemple desde el pico de Malpaso (a unos 1253 m de altitud). Menos espectaculares son la costa y las playas que, entre los acantilados de basalto, van marcando la exteriorización de una isla replegada en poblados, caseríos y fincas donde abundan las plantas euphorbias. No obstante el predominio de estas plantas crasas, quedan en elevados puntos de El Hierro pinos canarienses y laureles de Indias; y descendiendo de las alturas no dejan de aparecer plantíos con árboles frutales, entre los que sobresalen abundantes higueras y sus tentadores ficus canarienses [3]. El sentimiento de estar a-isla-do del mundo invade al contemplar con entrega todos los lugares de este testigo insular, inmenso farallón, que solía indicar, junto con La Gomera, la ignota ruta que se convirtió en camino para las Indias de América a partir de 1492.
            Ahora bien, no quisiera limitarme solo a dar cuatro pinceladas descriptivas de El Hierro, también llamada en otro tiempo Faro; por ello, me veo obligado a subrayar algo más de la fisonomía de la isla, tan adusta como entrañable. No podré olvidar con facilidad el éxtasis naturista que me invadió contemplando las barranqueras secanas y los collados volcánicos; la parva, pero endémica, presencia vegetal, a la que acabo de aludir, y la detección de algo así como amagos volcánicos, también diminutos, revestidos de un cromatismo entre rojo sulfuroso y parduzco, nada infrecuente de contemplar en otras islas de Canarias. Y también es inolvidable el recorrido a pie de Valverde, capital de esta isla, que no se atreve a asomarse al imperioso Atlántico, puesto que se asienta, recoleta y escondida, en una tranquilidad urbana muy placentera, que la substrae de la temible tentación marítima.
El éxtasis motivado por el paisaje insular, bajo la luz del día, y el prístino silencio del cielo estrellado, durante la noche, me invitaron, como pocas veces, a la compenetración panteísta con el marco natural de El Hierro. Sentimiento del que no pude escaparme en su momento.
 Permítaseme, lector, como despedida, dar un salto anacrónico para finalizar mis merodeos herreños, al filo de un verso de Lope de Vega que todos aprendimos cuando cursábamos el bachillerato de antaño:
A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.

***


[1] El lector habrá advertido que la dedicatoria hace una doble alusión: por una parte, a La Atlántida, un supuesto continente hundido en el océano en la noche de los tiempos; y a la novela de Carmen Laforet, La isla y sus demonios (1ª ed., 1952).
[2] El autor de estas cuartillas fue lector de español en la Mosley Grammar School (Birmingham) y becario del Consejo Británico, en Londres.
[3] El garoé fue el árbol sagrado de los bimbaches o habitantes indígenas de El Hierro. Sobre las dimensiones prehistóricas de Canarias, véase la sugestiva interpretación de Antonio Tejera Gaspar en Mitología de las culturas prehistóricas de las Islas Canarias. Ed. Universidad de La Laguna, 1991-1992, 79 p.

PEDRO MARCOS BUSTAMANTE (1921-2001): “Toda mi producción paisajística está basada en mi amor por la tierra” EXPOSICIÓN VIRTUAL

Pintura de Pedro Bustamante
Pedro Marcos Bustamante, pintor. Retrato por Antonia Nieto 




Por Antonia Nieto Saltar  

5/8/20 .-  “Soy un pintor contemplativo, me pronuncio sobre mí mismo cuando pinto”.    
·      Yo tengo el dolor dentro muy dentro   
·      Yo tengo la tristeza soterrada   
·      Yo tengo la soledad con epicentro
·      Yo tengo la ansiedad de la nostalgia  
Es el pintor de la soledad. De la soledad que planea sobre el hombre como un castigo y de esa otra sublime que constituye la mayor conquista del ser humano.   “Yo hubiera gozado intensamente, de haber podido contemplar las, sin duda, emocionantes edades geológicas y orogénicas, el vital esfuerzo paritario de la tierra, o el hervidero febril de sus aguas primigenias”.  
“Yo hubiera gozado contemplando el primer amanecer en el primer día, el esplendor estremecido de las estrellas en el alba de los tiempos y el cántico del viento en las estepas”.  “Imagino con fervor religioso la primera tormenta con su estruendo de trompetas, el primer llanto de un niño y el nacimiento de la primera espiga”.                                              
“Yo amo el alto vuelo de la alondra, el fulgor del trigo mecido por el viento y la áspera corteza pétrea de los montes.   Yo amo el viento que hace estremecer la encina, el canto del ave cruzando el páramo, y el cálido atardecer en la planicie”.   “Yo amo el árbol solitario, la llanura sin límites, el alto cielo atormentado y el eterno misterio de la tierra.   Yo amo a la Castilla geológica, al sol que abrasa sus collados, al horizonte dilatado de sus tierras y al brillo alegre de sus ojos, la apostura gentil de su figura y la tristeza mía en mi soledad de ermitaño”.  
Hablar de Pedro Marcos Bustamante (1921-2001)no me es difícil, os diré como esposa, compartimos once años de nuestras vidas y como pintora un mismo estudio. Tuve la gran suerte de conocer y gozar su desbordante humanidad. Poseía una demostrada bondad y un exquisito lenguaje; tímido, pero buen conversador, austero y tierno, agudo, recto; la agudeza de sus ojos grises, que no fríos, hablaban de la fuerza creadora que ha quedado reflejada en sus obras.  
Sé del gran amor y respeto que sentía por todo lo creado. El Universo y la Creación le fascinaban; nuestras tertulias muy a menudo giraban alrededor de ello. En su trayectoria como pintor, realizó numerosas exposiciones y obtuvo Entre 1957 y 1981 un buen número de premios, entre otros:  
Premios: Premio “García Ramos” Real Academia  Sta. Isabel de Hungría en  Sevilla  ·      Premio  “La carretera en el Arte”       Tercer premio Uva de Oro Valdepeñas.       Premio Pámpano de Oro Valdepeñas  ·      Premio especial “Antonio Casero” Madrid  ·      Primera Medalla Salón de Otoño Madrid  ·      Premio especial “Princesa Sofía”  Salón de Otoño Madrid  ·      Premio “Ciudad de Alcorcón”,                                                  Premio “Ciudad de Manzanares.”                                                         
Es un artista forjado en el trabajo y cuya obra ha merecido las más prestigiosas distinciones en certámenes y concursos, o estar colgadas en varios museos importantes. Es uno de los tantos autores de prestigio lamentablemente olvidado.  
   




"Monte Pelado" (1999). Colección particular El Escorial



 Autorretratos de Pedro Bustamante

Pedro Bustamente, pintor