sábado, 23 de marzo de 2019

Chiado Editorial: III Antología de Poesía Hispanoamericana Contemporánea “Y lo demás el silencio”, presentada en la Sala York de Madrid


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 Rogelio Sánchez Molero


 Trinidad Romero


Julia Sáez-Angulo
Fotos: Carmen Palomero


            23/3/19 .- MADRID.-  Chiado Editorial ha presentado la III Antología de Poesía Hispanoamericana Contemporánea Y lo demás es silencio, presentada en la Sala York del Cambridge Soho Club de Madrid. Filipe Costa, directivo de la editorial abrió el evento con palabras de bienvenida.

            Gonçalo Martins ha sido el antólogo de los más de 300 poetas, en su mayoría jóvenes, que participan en el libro, unos de acendrada trayectoria y otros emergentes. Entre los primeros Pilar Aroca, Rogelio Sánchez Molero, Teresa Pacheco Iniesta, José Félix Olalla, Mila de Juanes, María Villarroya, Manuel Quiroga Clérigo... Lástima que el antólogo no hay hecho una breve introducción de acogida y no apareció por el acto de presentación.

            Comenzar directamente con los poemas y acabar con ellos, sin un índice resulta seco, brusco, poco ágil de consulta y parece aprovechón del papel para meter  más autores y vender más libros. No está bien. Algo elemental y sorprendente para ser la tercera antología de poesía de Chiado: el orden alfabético internacional es por apellidos y no por nombres, como se ha hecho. No hacer un índice es un desordenado libro a voleo y los poetas no son tontos para que se les trate así.

            La idea de estas antologías es buena para dar cabida a los poetas, la poesía y la ocasión de figurar en un libro de manera asequible, pero habrán de evitarse los citados fallos, porque la edición es aceptable, si bien alguna poeta reclamaba una letra de mayor tamaño, máxime cuando el poemario es grande de formato. Hacer bien una antología de poetas será plausible, así no tanto. Los poetas, que son escritores inteligentes, lo agradecerán, lo mismo de la lectura colectiva de poemas con su propia voz.

Grupo musical que actuó en el evento
           



Manipulaciones nacionalistas educativas, puestas en evidencia por el libro de Pedro Antonio Heras "Educar en la mentira"


Un ensayo que desvela la manipulación a la que son sometidos los alumnos, por parte de nacionalistas, para adoctrinarlos en el independentismo

Pedro Antonio Heras


L.M.A.
          23 de marzo de 2019.- Educar en la mentira es el título del ensayo que acaba de publicar la editorial Almuzara, una obra de Pedro Antonio Heras quien saca a la luz la burda manipulación a la que son sometidos los alumnos, por parte de los nacionalistas, para adoctrinarlos en el independentismo.
Y es que, tal y como comenta en autor, desde el control de la enseñanza y de la cultura, los secesionistas se han dedicado –de forma tenaz y sin complejos– a levantar instrumentos y discursos nacionalistas que niegan la realidad común española.
Así, crear e inventar identidades ajenas al sentimiento nacional español proyectando sus procesos particulares y excluyentes de nacionalización como alternativas frontales y contrapuestas a la nación española es, a juicio de Pedro Antonio Heras, uno de los recursos más utilizados para el adoctrinamiento.
En este sentido, para llevar a cabo el empeño nacionalista de construir naciones, el ensayista asegura que se requiere obligatoriamente un intenso adoctrinamiento escolar y que ninguna faceta de la enseñanza quede libre de él.
Para ello, según narra el autor, los independentistas cuentan “con la colaboración de las editoriales nacionales de libros de texto escolares que presentan adaptaciones, mutilaciones y ocultaciones –sobre todo de los símbolos y realidades del conjunto de la nación– particulares en cada comunidad, y con el fervor de las editoriales de inspiración nacionalista existentes en cada comunidad plenamente identificadas con los proyectos nacionalistas. Si a esto sumamos la pasividad total de la Alta Inspección del Estado, el panorama no puede ser más desesperanzador”
Concretamente, este libro se centra en estudiar los textos de ciencias sociales e historia en el País Vasco y Cataluña, porque son los ejemplos más reales de la situación en cuestión. Esto no significa que el exceso de “particularismo y narcisismo empobrecedor y estéril”, se limite exclusivamente a las autonomías estudiadas, pero es, según Pedro Antonio Heras, “donde se alcanzan los mayores despropósitos”.
Acompañado de ejemplos clarificadores encontrados en libros y periódicos sobre esta realidad, el autor apela a las conciencias de la ciudadanía para que tengan presente los riesgos de una enseñanza en la que, “por delante de valores como razón y libertad, se anteponen las creencias y emociones identitarias excluyentes”.

"El juego del arte Pedagogías, arte y diseño" en la Fundación Juan March


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          22 marzo – 23 junio 2019


   L.M.A. 


      23.03.19 .- Madrid .- Esta exposición, titulada “El juego del arte. Pedagogías, arte y diseño”, quiere mostrar, precisamente, hasta qué punto las nuevas pedagogías del siglo XIX más radicalmente basadas en el concepto de "juego" y en el "dibujo para todos" han sido un factor para explicar el surgimiento del arte de vanguardia y de la arquitectura y el diseño del siglo XX: se trata de buscar el origen del arte moderno también en la infancia de sus creadores, es decir, en las pedagogías en las que estos fueron educados, mostrando la relación de las teorías y las prácticas pedagógicas y sus juegos y juguetes educativos con el arte moderno, desde sus orígenes hasta finales del siglo pasado. Para ello, explorará una serie de relaciones e influencias mutuas que complementan la historia del arte, la arquitectura y el diseño modernos más allá del habitual orden formalista de los acontecimientos con el que se suelen narrar ambas historias en manuales y exposiciones.


 “Eso lo hace mi hijo de cuatro años”
Esta es una de esas frases que se oyen recurrentemente allí donde la conversación sobre el arte moderno y contemporáneo alcanza algún grado, por mínimo que sea, de polémica. Y ya ni siquiera es un argumento encendido. En general, se hace en el tono, más bien displicente, del comentario soltado al azar, en consonancia con el sentir de que, a diferencia del gran arte de siglos pasados, el del XX se caracteriza por una falta de seriedad, de madurez, de oficio manual y de talento: en definitiva, por una especie de endémico infantilismo, que aquejaría a buena parte de la producción del siglo.

Pero, ¿y si, efectivamente, ocurriera no solo que “eso” –el arte moderno y contemporáneo– lo pueden hacer niños de cuatro años, sino que, precisamente, solo pueden hacerlo ellos? ¿Y si lo que hubiera sucedido a los artistas del siglo XX, lo que explicaría el carácter común a muchas de sus prácticas, es que la mayoría hubiera decidido –con mayor o menor grado de conciencia– “hacerse como niños”? Y, sobre todo, ¿y si esa especie de vuelta a la infancia fuera algo más que una pose infantilizada y, en realidad, escondiera una seria sugerencia sobre el modo en el que quizá deberían repensarse determinados principios, que regulan no solo las artes de nuestro tiempo, sino los modos en los que educamos y somos educados, y en los que organizamos la relación específica entre medios y fines que determinan nuestra cultura? ¿Y si lo que pasa es que, si nos figuramos la historia del arte como una casa construida a lo largo de los siglos, deberíamos pensar que lo que ha ocurrido en ella durante el siglo XX es, sencillamente, que el arte se ha trasladado de las estancias principales y nobles al cuarto de juegos?

Esta aproximación genealógica al arte moderno se mostrará a través de una amplia selección de más de 300 manuales de dibujo y materiales, recursos y juegos educativos procedentes de la colección del profesor Juan Bordes, comisario invitado de la muestra, con obras y documentos de las vanguardias y el arte, el diseño y la arquitectura del siglo XX. Se trata de obras del cubismo (Gris, Braque, Picasso, el segundo cubismo), el neoplasticismo (Mondrian, Van der Leck, Van Doesburg, Rietveld y Van't Hoff), la Bauhaus (Gropius, Itten, Klee, Kandinsky, Gunta Stölzl, Feininger, Josef y Anni Albers), la obra de arquitectos y diseñadores como Ray y Charles Eames, Bruno Munari, Hermann Finsterlin, Bruno Taut, Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Enzo Mari o Marcel Breuer, además de obras suprematistas, constructivistas, futuristas, dadaístas o surrealistas y una amplia selección de artistas, diseñadores y arquitectos de la segunda mitad del siglo XX.


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En las últimas décadas, la relación entre el arte del siglo XX y el juego, la educación, la infancia o lo primitivo ha sido objeto de no pocas exposiciones: algunas se han dedicado a los juguetes populares; otras, a los juegos y juguetes diseñados por las vanguardias o por artistas, arquitectos y diseñadores contemporáneos; y otras, al dibujo o la literatura infantiles, a los libros de artista o a aquellos ilustrados para niños.

Sin embargo, las investigaciones que han rastreado la influencia que los nuevos modelos pedagógicos aparecidos en el siglo XIX para la educación del niño, y también para la enseñanza del dibujo, base de la práctica artística, han tenido en las vanguardias (y, por tanto, también en el arte, la arquitectura y el diseño de todo el siglo XX, herederos de aquellas), no se han resuelto en una exposición.

Precisamente ese es el relato visual pretendido por El juego del arte. Pedagogías, arte y diseño, que quiere hacer patente cómo las novedosas pedagogías del siglo XIX más radicalmente basadas en el juego y en la experiencia del “dibujo para todos”, inspiradas por el Émile (1762) de Jean Jacques Rousseau (1712-1778) y cuyo destilado más conocido quizá sea el sistema del Kindergarten de Friedrich Froebel (1782-1852), han sido un germen tan eficiente como desatendido del gran cambio introducido en la tradición por el arte moderno.

La muestra quiere hacer visible que la génesis del arte moderno también se encuentra en la infancia de sus protagonistas y en la educación que recibieron. No se trata, por tanto, de ver el arte del siglo XX desde la perspectiva de un niño, sino de verlo como el resultado, también, de los niños que alguna vez fueron los protagonistas de esa historia.

La amplitud y la complejidad “comparatista” del proyecto, desarrollado durante los dos últimos años, ha necesitado apoyarse en muchos préstamos procedentes de colecciones e instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales. Con ellos, la exposición confronta una amplia y nunca expuesta selección de manuales y métodos de dibujo, de materiales, recursos y juegos educativos procedentes de la colección de Juan Bordes, comisario invitado de la muestra, con obras de los principales artistas, arquitectos y diseñadores del siglo XX.

En El juego del arte. Pedagogías, arte y diseño, que cuenta también con Norman Brosterman y Juliet Kinchin en su equipo curatorial, los juegos educativos se alinean con las obras de arte, la arquitectura y el diseño del siglo XX atendiendo no solo a sus similitudes formales –que son evidentes–, sino también a los casos históricamente documentados de tantos artistas efectivamente educados en las nuevas pedagogías. Presenta las raíces de un arte, el del siglo XX, que puede y debe entenderse como el juego elemental y profundo de artistas que se entienden a sí mismos como niños profesionalizados.

La muestra y el catálogo correspondiente son fruto de una investigación cuyos antecedentes más remotos y directos –las publicaciones de Juan Bordes y de Norman Brosterman, que el lector encontrará citadas en los tres ensayos que configuran el catálogo– se remontan a la década de los años noventa. La exposición ocupa un espacio que aún estaba vacante a pesar de las muchas muestras que, en las últimas décadas, han tenido por objeto la infancia, la educación, el juego y el arte, el diseño y la arquitectura modernas, con sus importantes reflejos en la plástica, pero también en la política y la sociedad.

Actividades relacionadas con la exposición


·       Mesa redonda
La exposición explicada
2 abril 2019
Un coloquio con apoyo audiovisual con dos expertos ligados a la concepción y organización de la muestra, Juan Bordes, comisario invitado de esta exposición, y Manuel Fontán del Junco, Director de Museos y Exposiciones de la Fundación Juan March y co-comisario de la muestra, moderado por el arquitecto y escritor Santiago de Molina (podrá seguirse en directo en www.march.es/directo).

GIANNA PRODAN, POETA INVITADA DE “LA MIRADA ACTUAL"


           


 Gianna Prodan


L.M.A.

            23/3/19 .- MADRID .- Gianna Prodam (Trieste, 1934), residente en Madrid, escribe poesía desde los 8 años, es autora de varios libros como Esplendor de la noche, Tiempo de los cristales, Los dioses abandonan Alejandría, Tarde en casa, Diccionario del siglo XX en la provincia de Ciudad de Real... Es viuda del escultor ciudad-realino Joaquín Donaire (1923 – 2003) y ha traducido varios libros literarios del italiano al castellano. Es miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte, AECA/Spain.




MEDITERRÁNEO

                                                                                    El día surgía
                                                                                    A la llamada de un dios
                                                                                    Entre los altos templos de corales                                                                                                   Un canto de sirenas…

La gran mañana deslumbraba la bahía.
Ligeras brumas entre órganos de basalto.
Ámbar sobre los cuerpos del verano al sol.
Viento de Sur y escamas de peces
Sobre mis manos atentas a las palabras,
A lo que se dice y a lo que está escondido.

¿Qué vértigo levantará nuestras alas
Hacia un espacio de músicas y cometas?
¿Y qué lenguas de purísimos fuegos
Lamerán nuestras escamas de sirena
Sobre esta playa inundada de luz
Donde sonríen acordes luminosos?

Tranquilas orillas y leves ondas azules.
Grutas sumergidas y sonido de conchas.
El sol resplandece y el gran mar reverbera
Consciente de su perfume y de un misterio
Que esconde, cauto, en su mundo de algas.
            Oh, ¡gran Mediterráneo de las barbas azules!


MARFILEÑO  PERFIL

Quisiera despertarme entre ramas de cerezos,
Y avanzar en las horas transparentes
Que se abren en el aire como pétalos,
Cómo alas de una flor inmensa. 
           
Me pondré una túnica bordada…
Y un collar de rojos corales.
Me peinaré como una dama antigua
De tersa frente y perfil marfileño.
Porque siento que en mí habita una diosa,
Una salvaje diosa del Adriático
Que alza un himno al gozo de la vida
Y se rebela contra su trágico fin
Que, cómo el ocaso de esta tarde,
Romperá los cristales de mis días.