martes, 2 de abril de 2024

II Crónicas de NUEVA YORK.- Apuntes de "socialité" en la entrega de Medallas de Oro Mayte Spínola


Karenna, Mariluz, Mayte y Paula
Foto de grupo ante el Nasdaq


Julia Sáez-Angulo

Fotos: Paula Fuster, Carmen Palomero, Paz Pérez-Bilbao

https://www.youtube.com/watch?v=Xkj_cYRIpT8

https://lamiradaactual.blogspot.com/2024/04/entrega-de-las-medallas-de-oro-mayte.html


2/4/24.- Nueva York.- La entrega de Medallas de Oro Mayte Spínola, siempre evento cultural, también se prestan a comentarios de socialité, que una, yo misma por ejemplo -frívola donde las haya- no me privo de hacerlos. Después de todo, como dice mi maestra, la periodista Carmen Duerto, la crónica social es mucho más humana que la política y más en estos tiempos.

Mayte Spínola, con su vestido Yves Saint Laurent azul marino estaba elegantísima. Dijo que era de temporada anterior, pero ya se sabe que la definición de clásico es "permanente". Ella realza todo. El azul marino, decía mi progenitora, es un color de primavera, que no procede en invierno. Y la primavera en Nueva York ha saltado con muchas y preciosas flores que brotan en los maceteros. “Hay que tener tiempo para mirar una flor”, nos recomendó Karenna Gore en su magnífico discurso en el Nasdaq.

A bote pronto, los colores dominantes en el evento Mayte Spínola eran el negro y el rojo. Muy stendhaliano todo. Chus Gabilondo hacía honor al dicho de André Bretón: “Solo un artista latinoamericano sabe combinar los rojos con armonía”. Claro que Chus es vasca/mallorquina, pero yo necesitaba citar a Bretón. ¿O fue Duchamp? Además uno de sus rojos decían que si era berenjena... ¡Vaya usted a saber!

    Carlos Creus Moreira, presidente de WISe-ART, nacido en Algeciras, es hoy un hombre brillante e internacional en sus negocios (además de generoso e impecable de trato), pero yo siempre pienso en la realidad del “cherchez la femme”. Anne Sophie Feuardent (su apellido “Fuego ardiente” solo lo pronunciamos bien los que sabemos francés) es una mujer bella, sonriente y discreta, que hace unas fotos extraordinarias. Su ropa llevaba el sello de Carolina Herrera. Detrás de un gran hombre siempre hay una mujer excepcional. Carlos Creus es un afortunado junto a Anne. Tienen seis hijos.

Alba Fernández-Barreiros, alta y joven, estuvo magnífica en la conducción del evento al micro. Tiene todo el arte del saber estar.

    Begoña Arana fue de las Medallas de Oro más aplaudidas en el evento. Su tarea social, creando más de 30 albergues para “homeless” en España, bien lo merece. Sentí de veras no poder hablar más con ella, pero ya se sabe que la vida social entretiene con los saludos, conversaciones, referencias, sonrisas, inclinaciones… Iré a visitar a Begoña a Algeciras, donde trabaja también su marido policía, que la acompañó a Nueva York, uno de los héroes que luchan contra el narco-tráfico del Estrecho.

    Grachya Barreiros lucía palmito con una preciosa chaqueta/abrigo, bordada, traída de Kazakistán, donde ha estado recientemente. Maite Blázquez lo puso de manifiesto, porque también ha viajado a Kazakistán y Samarcanda junto a María Jesús de Frutos -Susi para los amigos- y también adquirieron prendas con ese delicado trabajo textil. Maite lamentaba que, fue  generosa regalando las prendas que trajo y se ha quedado sin ninguna para ella. Pero, lo dicho: Kazakistán está de moda. Maite y Susi, influencers y viajeras, lo han puesto de moda. Ellas se alojan en el Hyatt de Nueva York. Mayte Spínola y Paz Pérez-Bilbao en el The Pierre, ambos hoteles de lo más plus, no lejos de Tiffany y Central Park. Carmen, Amparo y yo en el Harrington.

    Valeria Cotoner, joven diseñadora premiada, conversó ampliamente con la maestra de la moda Carolina Herrera, fina y elegante como un junco, para envidia de las que somos rellenitas. Siempre nos queda el consuelo de pensar que pasarán hambre. Cerca de ellas estaba Olimpia Báez.

        Para la coleccionista de arte Solita Cohen, Mayte pidió un aplauso, porque se acababa de casar en Jerusalén y estaba más bella y elegante en su sobriedad.

    En el evento de este año en las Medallas de Mayte Spínola, abundaron las duquesas: de Gandía -que hizo doblete en la entrega-, de Granada, de Iturbeta, Duques de Cardona, pero también hubo una marquesa de Vívola (nuestra Rocío Barreiros), una condesa del Valle de Suchil, Alicia, más un Archiduque de Austria, Tadeo Salvador de Habsburgo-Lorena, además de numerosos excelentísimos señores y señoras. “Nobleza obliga”.           Había también un par de bimillonarios que quieren pasar desapercibidos y no debo decir sus nombres.  

    Mayte Spínola nos proporciona reuniones de glamour, en estos tiempos zafios. Y en esta  ocasión, por su 80 cumpleaños, el acto cultural se lo organizó Carlos Creus en el Nasdaq, quien quizás nos lleve a todos a California el próximo mes de octubre, donde lanzará un satélite de comunicaciones para la seguridad cibernética. Lo estamos deseando.

    Amparo Alegría, buena escultora, disfrutaba como nadie en la fiesta, aunque Mayte repite es que es un encuentro cultural -que lo es. La capacidad de disfrute de Amparo es envidiable, para las que somos seriecitas. Es una socialité nata, una “relaciones públicas” formidable, con bonita sonrisa, siempre ornada de rouge Christian Dior. Cuando topó con unos paisanos murcianos se puso muy contenta, porque ella presume de ser “una chica de la huerta”. Amparo nos ha avanzado que hoy se va a comprar un perfume en Tiffany, con su envoltorio azul característico. Audrey Hepburn la observará desde lo alto.

    Carmen Palomero, nuestra filóloga hispánica particular, lee, corrige y supervisa, para que nuestros escritos salgan con los puntos y las comas en su sitio y las consonantes reduplicadas allí donde proceda. Sabe mucho de protocolo y nos asesora convenientemente. Es un lujo en el Grupo pro Arte Cultura. Cuando subíamos en el elevador, el ascensorista afro-americano no pudo menos que decirle: “Qué bien huele, señora”. Estoy segura de que el aroma emanaba del espíritu de Carmen, más que de su perfume.

    Alicia Pardo de Garay, condesa del Valle de Suchill, con su delicado aire adolescente, nos contó su interés y preocupación por hacer conocer y divulgar el celiaquismo, que ella padece desde hace diez años. Le conmueve cuando prepara y regala tartas de chocolate, que ella misma prepara con ingredientes para celiacos, y la disfrutan aquellas personas que tienen esa presencia. Amparo Alegría, que también cuenta como celíaca, la comprende. Quizás Alicia escriba un libro con su vida y experiencias al respecto. “Ahora tengo más que un por qué, un para qué hacer ese libro”, dice convencida. Su esposo Ramón, conde del Valle de Suchil, nos miraba cariñoso y atento. Al poco se acercó Nicolás, hijo de Alicia, que sostiene la mejor reserva de aves en la Patagonia, a la que nos invita a visitar. Alicia y Nicolás, su hijo se parecen de modo asombroso en los ojos y la mirada.

    Algunas de las presentes quizás nos pasamos con los brilli-brilli de nuestros atuendos. La más plus, Nathalie Gromova con un brillantísimo vestido de Elie Saab, el cotizado modista que trabaja sobre todo para las mujeres de Oriente y/o países árabes, donde permanece el sueño de “Las mil y una noches”, además de la quimera de Al Andalus.

    Y para terminar la voz potente y maravillosa de la cantante de ópera Marina Fita, delgada como un fideo, acompañada de viola -Lourdes Rosales- y violín -Ignacio Lara-, músicos españoles, profesores en un Conservatorio en Nueva York. Es nuestra diáspora de talentos, porque los aprecian y cobran el triple de sueldo. España educa a sus cerebros y son los de fuera los que se benefician de ello. Pascual Osa asegura que a Marina Fita muy pronto se la verá en la Scala de Milán y en la ópera de Viena.

    Lo de las fotos de grupo o de familia fue un paseo por el edificio del Nasdaq. Una foto fuera, frente a la torre de los luminosos, entre el divertimento y el alboroto. ¡Como huele a marihuana!, exclamaba más de uno. Ciertamente, la ciudad del Hudson está envuelta en aroma de hierba, sobre todo en Times Square.  Otra foto en el interior, planta baja, preparada para salir al aire de los luminosos al mismo tiempo que se hace la fotografía. Y una tercera foto, para los premiados con las Medallas de Oro Mayte Spínola, en la plataforma donde las recibieron.

    Han sido días de encuentro y celebración inolvidables, junto a Mayte Spínola y Carlos Creus. ¡Dios los bendiga en esta Pascua de Resurrección de Cristo!

Los músicos Lourdes Rosales y Ignacio Lara, viola y violín

Paz y Susi Frutos

Mayte junto a los directores de orquesta Pascual Osa y Roberto Montenegro


Julia Sáez-Angulo en la terraza del Nasdaq

Carmen Palomero, Nicolás López Sanz, compositor, Julia Sáez-Angulo y Amparo Alegría

Los dos músicos, a la izda junto a Julia Sáez-Angulo, Pascual Osa, Carmen Palomero, Paula Fuster, Amparo Alegría y Chuc Gabilondo

7 comentarios:

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

Muy divertida tu última crónica de tu periplo neoyorquino,todos muy guapos y elegantes.KUKA BASTARDÉS

Belén dijo...

Estupenda cronica ,que buena organización y fotos
.Muchisimas gracias parece que estuviésemos allí con todos vosotros;

Raúl dijo...

Julia
Felicidades por tu nuevo viaje.
raúl

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

Julia Marina : Gracias por la magnífica crónica

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...


ADRIANA ZAPISEK : 9:05 (hace 8 horas)
Impresionante me encantó la nota, es como si hubiera estado allí, junto a uds acompañándolos !!

Trinidad Romero-Blanco dijo...

Estupendo, Julia, Me alegro sobre todo por ti. Un cariñoso abrazo, Trinidad Romero

Anónimo dijo...

Gracias Julia, un placer verte de nuevo y disfrutar de la amistad.