jueves, 2 de octubre de 2025

MARY PAZ HERNÁNDEZ. Presentación de su libro de haikus “Alondras en los ojos”, en la Biblioteca de El Escorial

Mary Paz Hernández y Julia Sáez-Angulo

Julia Sáez-Angulo

Fotos: M. Eugenia Villalaín

3/10/25.- Madrid.- La escritora Julia Sáez-Angulo ha presentado el libro de haikus de la poeta Mary Luz Hernández, en la Biblioteca de El Escorial, dirigida por María Jesús Ortiz. La presentadora leyó la trayectoria literaria de la autora y dijo: 

Mary Paz Hernández, poeta y Escritora. Nace en Salamanca en 1953.  Actualmente reside en la Villa de El Escorial (Madrid). Comienza a escribir poesía en las revistas: “La Opinión de la Sierra”, y posteriormente también en “Apuntes de la Sierra” hasta 2018. Posteriormente publicó en 2019 en “Piedra de Molino” de Arcos de la Frontera; en “Papeles del Martes” de la Diputación de Salamanca; en la revista digital “La Mirada Actual” con poesía y crónicas, en la revista literaria Antológica “Amaryllis” de Priego, y en la revista “Estrechando las dos Orillas” de Algeciras. 

También ha publicado en las revistas digitales como “Oriflama”; en “Diarios del Covid-19” de México; en “Pluma y Tintero”; es colaboradora ocasional en la revista cultural digital “Poliedros” con su poesía, artículos y entrevistas.

Su poesía está en varias antologías de Alfred Asís en Isla Negra (Chile) como: “HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ” en 2012;  “HOMENAJE A LA MUJER BOLIVIANA” de 2015; “HOMENAJE A FEDERICO GARCÍA LORCA” de 2016;  “HOMENAJE A MARTÍN LUTHER KING” de 2017; “MIL ALMAS, MIL OBRAS” de 2017; “EL AMOR ES COMO EL MAR” 2018 de Editorial Nueva Estrella; en 2019 en la Antología  Lorquiana tomo III “EL  ABRAZO DEL NOGAL DE DAIMUZ”de la Edit. Juglar, en 2023 en la Antología IV Festival Internacional de Poesía de Benidorm en Edit. Enkuadres, y en 2023 en la Antología Lírica  EL  ESCORIAL. Escribió una reseña en 2020 sobre su buen amigo fallecido, Manuel Quiroga Clérigo, en El Faro de Melilla.Ha escrito un Epílogo para el libro “Lino Blanco” de María Victoria Caro Bernal. 

Ha participado en diversos recitales poéticos: En el grupo de poesía “Encuentros” del Círculo de Bellas Artes en Madrid; en el Ateneo de Madrid; en La Rioja Poética en Madrid, en el Ateneo de San Lorenzo de El Escorial, en el Liceo Poético de Benidorm, y en algunos otros. Es socia de ACE. Es socia de Cedro. 

Es autora de tres poemarios: “INSPIRACIONES DE LUZ” 2010; “AMANECER DE OCASOS” 2019, y en el año 2022 “DEL ALMA Y SU ALIENTO” Editorial Nueva Estrella y el actual libro de haikus con el bello título de “Alondras en los ojos”.

*****

Después de este breve currículo de la poeta solo me cabe hablar de su libro más reciente, “ALONDRAS EN LOS OJOS” del que escribí en su momento un prólogo y a él me remito, porque sigo pensando lo mismo, que cuando lo hice, ante de ir a la editorial. Lo titulé “El haiku, forma métrica asentada en el español” y que se ha publicado de modo abreviado, como les he dicho. En él quise detenerme en la composición métrica del haiku, que ha entrado de lleno en la métrica de la poesía en español y que dice así:  

La métrica japonesa del haiku ha entrado de lleno en la lírica española, ha seducido a los poetas hispanohablantes y se ha asentado en la literatura, casi con la misma fuerza que el romance octosílabo, que se aviene muy bien al castellano. El haiku es hoy un género poético afianzado y expandido en la literatura española, con un entusiasmo inusitado, que se traduce en concursos y antologías estimulados incluso por algunas Universidades y ciertas páginas de Internet.

Su capacidad de síntesis, con cinco, siete, cinco sílabas, hace brillar al haiku como un relámpago. Nuestro Baltasar Gracián nos lo advirtió hace tiempo: lo bueno si breve, dos veces bueno. En las artes plásticas se da el aforismo de que “lo poco y bueno enseña mejor que lo mucho”. 

El haiku es instantaneidad, es la aprehensión de un momento único por medio de un chispazo poético —la intuición creadora—, no tiene nada que ver con el carácter fenoménico del acto poético que —en palabras de Amigó— "se constituye como ser haciéndose”, en un instante eterno, superando la temporalidad por medio de la palabra, porque la palabra la crea la realidad. 

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define el haiku con claridad: “Composición poética de origen japonés, que consta de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente”, frente al tanka: “poema de origen japonés que consta de cinco versos, pentasílabos el primero y el tercero, y heptasílabos los restantes”.

Matsuo Basho (1644-1694) fue uno de los grandes maestros del haiku japonés y es uno de los más invocados. Célebre su haiku:

Un viejo estanque,

salta una rana, ¡plof!

Ruido de agua.

Otro

Se extingue el día

pero no el canto 

de la alondra

*****

El ladrón

se llevó todo.

Salvo la luna de mi ventana.

RYÔKAN

Los haikus, dada su brevedad, deben leerse despacio, incluso dos veces.

La aparente sencillez y la economía de palabras hace del haiku una composición poética breve y directa, que conlleva con frecuencia cargas de profundidad. Su capacidad de sugerencia resulta a veces infinita. Desde principios del XX que vino a aparecer en nuestras letras, el haiku no ha dejado de crecer en su presencia, no en número de poemas, sino en el interés y ejercicio de nuestros vates.

Los japoneses estrictos del haiku clásico afirman que, para ser tal, ha de conllevar una insinuación o alusión a la naturaleza y a la mutación de las estaciones del año. Pero, el haiku ha ido abriendo sus propios horizontes y se ha introducido en otros territorios, prescindiendo de aquella regla de origen.

“La desaparición de ciertas palabras relacionadas con los cambios de estación en el uso cotidiano afecta a la poesía tradicional nipona, estrechamente vinculada con los ritmos de la naturaleza en el haiku y el tanka”, señala Gonzalo Robledo en una crónica desde Tokio: “La disrupción de los ciclos climáticos, ocasionada por el calentamiento global, ha empezado a afectar al haihu, que se inspira en el flujo del tiempo y los ritmos de la naturaleza para construir sus fugaces universos”.

El haiku juega con el instante fugaz, el “attimo fugente” que dicen los italianos. Es como un relámpago.

    El cerezo, la flor y la luna han sido protagonistas clave en el haiku japonés tradicional. El haiku español, y yo llamaría ya occidental, se ha abierto a otras muchas consideraciones y va más allá de la tradición. Casi me atrevería a decir que el haiku se atiene simplemente a la métrica de cinco-siete-cinco en sus versos y estructura, para caminar después libremente por el pensamiento del poeta.

Históricamente en España, en sintonía con simbolistas y modernistas franceses, se produjo una influencia del haiku que algunos poetas llevaron adelante, como es el caso de Manuel Machado, modernista, que los denominó haikai y así, aparecen en sus libros. No olvidemos que en las Bellas Artes de Francia se produjo un inusitado interés por la cultura de Japón y se tradujo en un movimiento que se denominó japonismo (1850-1940).

Susana Benet señala que “cuando el haiku se introduce en España, a principios del siglo XX, ya existe una estrofa tradicional muy similar, compuesta por versos de 5-7-5-7. Se trata de la seguidilla y la copla, que aparte de ser estrofa literaria, es también una forma del cante flamenco y tiene su origen en la Edad Media”. Y lo ilustra con una seguidilla del poeta Federico García Lorca, que bebió siempre en la tradición del pueblo: 

Hacia Roma caminan

 dos peregrinos, 

a que los case el Papa, 

porque son primos. 

A primeros del XX, escritores españoles e hispanos de relieve mostraron su interés por el haiku, atraídos por su inteligente y poética sencillez. Ernestina de Champourcín, poeta de la Generación del 27, y su esposo Juan José Domenchina tradujeron numerosos haikus durante su estancia de exiliados en México durante los años 40. Juan Ramón Jimenez y los hermanos Manuel y Antonio Machado también lo cultivaron… José Juan Tablada, Jorge Luis Borges, Mario Benedetti y Octavio Paz… nos dejaron bellos haikus durante ese mismo periodo en la literatura hispanoamericana.

“Las vanguardias van a encontrar en el haiku una forma idónea de expresar su poética, así, por ejemplo, el ultraísmo, ο patentemente en el imaginismo” escribe Ricardo de la Fuente Ballesteros. Para Edra Pound, “la poesía debe eliminar todo lo superficial y lo que él llama "retórica", lo ornamental, en suma (…) Si leemos los textos de los años 20, cada verso se carga de una imagen y de un modelo constructivo muy repetido: la acumulación de imágenes que repercuten en una metáfora final, dentro de un molde poemático brevísimo

    Para Fernando Sánchez Dragó, “El haiku es una forma lírica y una forma métrica estrictamente nipona que refleja una actitud tan estrictamente japonesa, como lo es el haragei o arte de comunicar sin recurrir a la palabra. Eso es lo que sucede, por ejemplo, en el sumo y en su equivalente español, el toreo”. Vicente Haya añadiría, que la fiebre japonesa por el haiku tiene en la modernidad, su continuación en la afición nipona a la fotografía.

    Alicia Mariño, profesora de literatura de la Universidad a Distancia (UNED), llega a definir el haiku como “una composición poética poderosa que te lleva incluso a pensar en haikus”.

    Por citar algunos autores que han publicado haikus recientemente, cabe señalar a José María Bermejo, María Huidobro, Alicia Mariño, Rosa Yagüe, Pepa Miranda, May Gracia, Julia Sáez-Angulo, Mar Capitán…

        ALONDRAS EN LOS OJOS

Del haiku y la poesía japonesa se ha escrito mucho y podríamos seguir escribiendo más, pero hemos venido a hablar de mi libro, como diría Francisco Umbral, del libro de Mary Paz Hernández, con el bello título de “Alondras en los ojos”.

El libro se me antoja un canto poético a la naturaleza, con toda la sugerente presencia de paisaje, sol, agua, lluvia, plantas, animales…

Un desfile de presencias y sonoridades de una fauna real, que se hace más real aún en los versos: alondras mariposas, murciélagos, salamandras, gusanos, grillos, jilgueros, gorriones, palomas, ovejas, moscas, abejas, vencejos, águilas, libélulas, patos, peces, salmones, ranas, avispas, perros, estorninos… 

También un animal de fantasía: el unicornio, de origen Indo, pero, sobre todo, acuñado en occidente durante la Edad Media.

El catálogo de animales parece exhaustivo y nos lleva a pensar en esa vecindad o cercanía del hombre y la mujer con los otros seres de su mismo reino natural. Todo un vocabulario que se hace lírico después de ser natural, que podría incluso resultar didáctico para los jóvenes lectores, con una ilustración de imágenes al lado de cada haiku.

El reino de Flora también aparece con sus presencias sugerentes y sonoras. El ciclo de Ceres y Proserpina, que se alterna con Platón en el Hades: lilas, sauces, jazmines, almendros, glicinas, manglares, rosa, acebo, trigales, cipreses, crisantemos, cerezos, juncos, jacintos…

Como en un Génesis, una nueva cosmogonía, en el libro “Alondras en los ojos” llega después el varón, la hembra; el hombre, la mujer, niños, niñas, campesinos… geishas, ninfas… 

Las estaciones del año emergen, palpitan, sobrevuelan. Hay floración en primavera, plenitud en estío, dorados en otoño… Evocaciones de Arcadia, de paraíso, pero no solo de naturaleza, sino de emociones, sentimientos y pensamientos, evocados con frecuencia a través de esa naturaleza hermosa, fértil, metáfora de tantas cosas.

Canta el jilguero

Posado en la cornisa

De la esperanza

    En los haikus de Mary Paz Hernández hay también guiños al Japón, origen del haiku, cuando menciona el monte Fuji, los lotos o los nenúfares, tan de aquella tierra y su poesía.

Luce en otoño

Su corona de nieve

El monte Fuji.

    En suma, estamos ante un libro de haikus rico en vocabulario y sugerencias poéticas, en metáforas, en el que la Naturaleza y el Arte se imbrican para seguir con el ritmo de las estaciones y la vida, los distintos estados del alma y el espíritu.

En el crepúsculo

Se adentra por los pliegues

La soledad.

    Entre los asistentes, el poeta Chema Gómez Hontoria yMaría Eugenia Villalaí, editora.

May Paz y Julia



No hay comentarios: