EXPOSICIÓN 
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       SALAS A y B EDIFICIO JERÓNIMOS 
 
Comisarios: Alejandro Vergara, Jefe de      Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte (hasta 1700) del      Museo Nacional del Prado y Friso Lammertse, Conservador del Boijmans van      Beuningen Museum, Rotterdam, Países Bajos 
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Autorretrato        Van Dyck       Óleo sobre tabla, 43 x 32,5 cm       ca. 1615       Viena, Gemäldegalrie der Akademie der bildenen Künste 
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El Museo del Prado presenta una de      las mayores exposiciones de Van Dyck (1599-1641) en el mundo y la primera      que se celebra en España dedicada a su pintura y dibujos. La muestra,      patrocinada por la Fundación BBVA, será inaugurada el próximo lunes 19 de      noviembre por  SM la Reina, coincidiendo con la conmemoración del      193 aniversario del Museo. 
 
 
La exposición, que se abrirá al      público el martes, 20 de noviembre, está centrada exclusivamente en la      obra de juventud de Van Dyck y abarca a través de más de noventa pinturas      y dibujos el periodo comprendido entre 1615, aproximadamente, cuando el      artista contaba 15 años de edad, hasta su marcha de Amberes a Italia en      1621. Durante estos seis años de producción temprana, el inquieto y      extraordinariamente prolífico Van Dyck había pintado ya unos 160 cuadros,      muchos de ellos obras de gran tamaño y ambición creativa, de los que el      Prado posee el conjunto más importante. |  
 
  
  
 
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Antonio Van Dyck forma parte del exiguo      número de artistas que a lo largo de la historia han demostrado un      sorprendente talento precoz. La exposición arranca con un autorretrato      suyo fechado hacia 1615 cuando contaba solamente 15 o 16 años y abarca      hasta octubre de 1621, fecha en la que se traslada de Amberes, su ciudad      natal, a Italia.  
 
Durante estos seis años aproximadamente de su periodo en      Amberes, hasta la edad de veintidós, Van Dyck había pintado más de 160      cuadros, incluidos retratos y obras de mediano tamaño, pero también más      de una treintena de ambiciosas composiciones de gran formato. Su estrecha      relación con Rubens, al que sirvió como ayudante, plantea algunos de los      interrogantes más atractivos de esta etapa: ¿por qué Van Dyck creó obras      intentando parecerse lo más posible a su maestro y, sin embargo, se      distanció tanto en otras, otorgando a sus figuras un carácter naturalista      alejado de la idealización de Rubens?  
 
Dar sentido a la evolución del joven y a      menudo contradictorio pintor, además de poner de manifiesto la      extraordinaria calidad de su obra ya en este periodo, es el propósito de      esta exposición que incluirá cincuenta y dos pinturas y cuarenta      dibujos, un conjunto que evidenciará su precocidad, manifestada      no sólo en su gran productividad, sino en la calidad de sus obras.      Incluso de no haber pintado más que los cuadros de esta etapa temprana,      Van Dyck ocuparía también su sitio como uno de los pintores más      importantes del siglo XVII. 
 
Esta es una de las mayores      exposiciones que se han dedicado al arte de Van Dyck, la      primera que se dedica a su pintura en España, y la primera que se      centra en su obra de juventud desde la celebrada en la National      Gallery of Canada, en Ottawa, en 1980. El Prado posee la colección más      importante que existe de obra temprana de Van Dyck aportando cinco      pinturas a la exposición. Al margen del Museo del Prado, las colecciones      más importantes de cuadros del joven Van Dyck se encuentran en la      Gemäldegalerie de Dresde y el Museo del Hermitage de San Petersburgo.      Ambos museos han apoyado el proyecto expositivo con el préstamo de obras      (cuatro por parte del museo alemán y dos en el caso del museo ruso). 
 
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