L.M.A.
30/3/21.- Madrid.- Un asesino anónimo se toma la justicia por mano propia. Una historia donde el bien y el mal están divididos por una línea demasiado fina. Carlos Salem ha escrito una novela negra “Los que merecen morir”, libro 40 del autor, publicado por la editorial Alrevés.
«Me llamo Nadie» será lo último que escuchen las víctimas de este asesino sin rostro antes de su último suspiro. Su misión, ejecutar a aquellos que han salido indemnes de sus culpas gracias a las grietas del sistema; pero quizás hay algo más. La ola de crímenes tiene en jaque a la policía, y para detener a Nadie recurren a Severo Justo, el policía más condecorado y apegado al reglamento, con un pasado singular como sacerdote y que decide que este será el último caso que resuelva antes de suicidarse. Para atrapar al asesino, Severo reúne un equipo heterogéneo que incluye a Dalia Fierro, una psiquiatra con cuatro doctorados y docenas de voces que discuten en su cabeza, una hacker octogenaria y un forense que habla con los muertos. Pero el asesino se obsesiona con el pasado de Severo Justo y decide incluirlo en sus planes. Nadie está a salvo de Nadie.
Dalia recapitula:
—Cuatro muertos en menos de tres meses, incluido el banquero. El primero fue un constructor valenciano que fraguó con éxito una quiebra fraudulenta y dejó en la calle a cientos de obreros. El segundo, un pervertido que abusó sexualmente de su hija durante años, pero como tenía un buen abogado acabó quedándose con la custodia de la cría. Y el tercero, un traficante de poca monta que decidió expandir sus negocios en plan vintage y tenía gente vendiendo heroína en los institutos de Vigo. Unos cabrones de cuidado, sin duda. Pero de segunda división. Lo de Calzado es de Champions, Justo. ¿Estáis seguros de que es el mismo asesino?
—Decídelo tú misma, Dalia.
Saca de un sobre las fotos que extiende en abanico sobre la mesa, como una mano de póquer macabro. Son bastante parecidas, aunque el suelo bajo los cuerpos y las ropas de los cadáveres las diferencian. Solo eso, al menos a primera vista. Porque ninguno muestra un rostro que lo distinga. A todos les han envuelto la cabeza con tantas vueltas de film de cocina que sus facciones se parecen. Y sobre el pecho, una tarjeta idéntica, con la misma frase: Me llamo Nadie”.
Argentino en España
Carlos Salem nació en Argentina y lleva en España «algo más de media vida». Es novelista, poeta y periodista. En narrativa, la novela negra es su campo de acción habitual, aunque como define Fernando Marías: «Salem es un género en sí mismo». Desde que debutó en 2007, sus obras han sido publicadas en Italia, Alemania y especialmente en Francia, donde goza de gran prestigio. Ha ganado los premios Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón, Novelpol, París Noir, Mandarache, Internacional Seseña de Novela, Valencia Negra y Violeta Negra, además de ser finalista en varias ocasiones del Dashiell Hammett, o de los Prix 813 y SCNF en Francia.
Entre sus títulos destacados: Camino de ida, Matar y guardar la ropa, Pero sigo siendo el rey, Cracovia sin ti, Un jamón calibre 45, En el cielo no hay cerveza, Muerto el perro, Un violín con las venas cortadas o El último caso de Johnny Bourbon. Los que merecen morir es su libro número 40, en el que presenta a Dalia Fierro, Severo J Justo y la Brigada de los Apóstoles, a quienes asegura que «voy a seguirles la pista».
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2 comentarios:
Pues como algún lector le dé por imitar a "Nadie" no va a quedar aquí " Títere con cabeza" porque cabrones hay a mansalva.
Interesante libro pero peligroso.
Feliz Domingo de Resurrección .
Saludos.
Queridos amigos
Este odiseico libro de Salem quizá tenga poco de sagrado (o mucho) pero lo que han robado los estados... ¡Mi madre! Ni todas las montañas de la tierra apiladas lo igualarían. Además de liberar asesinos, los estados se han cargado con la vida de incontables millones de personas. De modo que este Don Nadie, si es malo, no lo es tanto en comparación.
Muchos saludos,
Raúl
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