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martes, 16 de febrero de 2016

“Lo nunca visto”, exposición en la Fundación Juan March de Madrid



De la pintura informalista al fotolibro de postguerra [1945-1965]






L.M.A.

16.02. 2016 .- La exposición presenta la pintura europea de la postguerra –y hasta mediados de los años sesenta– junto a la fotografía de esas mismas décadas: se trata de “ver” la ruptura con la que los pintores y fotógrafos respondieron a la que fue la gran ruptura de las formas a escala mundial: la guerra

Desde el viernes 26 de febrero, y hasta el 5 de junio de 2016 se presenta en Madrid, en  la Fundación Juan March (www.march.es, Facebook, @fundacionmarch; +fundacionmarch), esta exposición de pintura y fotografía europea de postguerra: LO NUNCA VISTO De la pintura informalista al fotolibro de postguerra [1945-1965]


La Europa y el mundo posteriores a la Segunda Guerra Mundial vieron nacer una pintura radicalmente distinta a la del periodo de entreguerras. Al cubismo, los expresionismos o el surrealismo les sucedió una forma de pintura que precisamente se cuestionó pictóricamente y de un modo muy radical su "forma". A ese "otro" arte, conocido desde entonces como "informalismo", dio voz ya desde 1952 el crítico francés Michel Tapié en su libro Un art autre [Otro arte], desde cuyo subtítulo, Où il s'agit de nouveaux dévidages du réel [Cuando se trata de nuevos vaciados de lo real], ya se avanzaba el deseo por parte de su autor de tratar las nuevas formas, los nuevos dévidages [vaciados] que habían acontecido a lo real. La pintura de postguerra en toda Europa, en efecto, había empezado a servirse de "otros" materiales, de baja extracción y muy distintos a los nobles y convencionales materiales de la pintura: arenas, yesos, cartones, papeles, arpilleras, trapos y tejidos y toda clase de residuos y despojos; los artistas los utilizaron combinándolos, fragmentándolos, destruyéndolos o construyendo con ellos sobre el lienzo superficies y masas –en ocasiones muy densas– de materiales heteróclitos de apariencia informe o deformada, trabajados de formas también nuevas: con las manos, con espátulas y paletas; embadurnándolos, cosiéndolos, rasgándolos, pegándolos (y despegándolos), manchándolos o pintando con ellos. Los gestos de la pintura, en fin, cambiaron tanto como sus materiales y sus soportes, porque su tema había pasado a ser ella misma y sus formas –o sus deformaciones–.

Naturalmente, esa transformación de la pintura no respondía solo a experimentos formales: el deseo por hacer otro tipo de arte por parte de los pintores informalistas no fue, por supuesto, en absoluto ajeno a la experiencia universal de la guerra, porque, de una manera muy visible, la guerra –esta vez verdaderamente "mundial"– había dado prácticamente a todo el globo, desde Europa a Japón, otro "vaciado". Literalmente, la potencia destructora de la guerra había hecho pedazos, desfigurándola y deformándola, la fisonomía material y espiritual de todas las formas civilizadas, desde las de los seres humanos hasta las de los monumentos, las ciudades, los pueblos e incluso las de la propia naturaleza.

Ni el arte podía obviar esa destrucción ni quiso tratarla con formas del pasado. Tras la contienda, rotas las formas de lo real, pintores y fotógrafos buscaron nuevas posibilidades plásticas: el canon de las vanguardias había sido, de algún modo, una víctima más del conflicto. Responder al holocausto y a los campos de exterminio y trabajo, a Auschwitz y a Siberia, a Hiroshima o a las fotografías que la prensa gráfica y los documentales publicaban sobre los horrores acontecidos –masivas masacres de civiles, bombardeos incendiarios sobre Londres y Berlín o sobre ciudades con poca o ninguna importancia militar como Coventry, Dresde o Hamburgo, deportaciones en masa, desolación, muerte y destrucción– no era tarea fácil; pero tanto la pintura como la fotografía se aplicaron a ello con obras que aún hoy impresionan y conmueven.

Y sin embargo, es muy posible que hoy, setenta años después del final de la Segunda Guerra Mundial –cuando la memoria ya no está viva y apenas hay testigos oculares de la catástrofe–, esas deformadas y abstractas formas del arte sean percibidas –al ser expuestas– sobre todo "formalmente": como una corriente pictórica más que añadir a la historia del arte, separada (como es propio no solo del paso del tiempo, sino del espacio expositivo) del terrible contexto al que respondía y al que se sobrepuso con gestos de una fuerza casi sin precedentes. Por eso, la exposición LO NUNCA VISTO. De la pintura informalista al fotolibro de postguerra [1945-1965] presenta la pintura europea de la postguerra –y hasta mediados de los años sesenta– junto a la fotografía de esas mismas décadas, con la pretensión de que el espectador se sumerja en el contexto histórico del momento y pueda entender la ruptura que los artistas llevaron a cabo tras la contienda.

La exposición presenta más de ciento sesenta obras, documentos y filmaciones procedentes de diversas instituciones y colecciones públicas y privadas, nacionales e internacionales como la Fondation Gandur pour l'Art de Ginebra, el Centre Pompidou, la Pinacoteca di Brera, el Museum Folkwang de Essen, la Colección Dietmar Siegert, la Fundación Foto Colectania, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Thyssen-Bornemisza o el Museu d'Art Contemporani de Barcelona, entre otras.

LO NUNCA VISTO. De la pintura informalista al fotolibro de postguerra [1945-1965] establece una relación estrecha entre pintura y fotografía gracias a un tipo de fotografía que insinúa planteamientos paralelos a los de la pintura, con trabajos como Chizu - The Map [El mapa] de Kikuji Kawada; además, pone de manifiesto la relación existente entre la abstracción europea de postguerra y los artistas de la Subjektive Fotografie alemana, con fotógrafos como Hermann Claasen, Helmut Lederer, el propio Otto Steinert o el español Francisco Gómez, así como al fotolibro y a la fotografía que se mueve en el ambiguo territorio del documento fotográfico y la forma artística.


martes, 1 de octubre de 2013

Mariano Rajoy inaugurará en Tokio: "Dentro y fuera. Las dos caras del Informalismo español"





L.M.A. 

El próximo 3 de octubre el presidente del Gobierno Mariano Rajoy inaugurará en Fukushima la exposición José María Sicilia. Fukushima. Flores de Invierno, que ha organizado Acción Cultural Española (AC/E) en colaboración con el Museo de Arte de la Prefectura de Fukushima y la Embajada de España en Tokio con motivo del Año Dual España-Japón para conmemorar el 400 aniversario del establecimiento de relaciones bilaterales entre ambos países.
En la inauguración el presidente estará acompañado por el Gobernador de la Prefectura de Fukushima, el Sr. Yuhei Sato; el alcalde, Sr. Takanori Seto; el director general de la Consejería de Educación de la Prefectura, Sr Akishige Sugi; el director del Museo Prefectural, el Sr. Hiroaki Hayakawa; la presidenta y la directora general de de Acción Cultural Española (AC/E), Dña. Teresa Lizaranzu y Dña. Elvira Marco, respectivamente, y el artista D. José María Sicilia.

José María Sicilia. Fukushima. Flores de Invierno, cuyo título se inspira en el relato “Flores de Verano” del escritor superviviente de la bomba atómica de Hiroshima, Tamiki Hara, podrá verse entre el Museo Prefectural de Fukushima entre el 4 de octubre y el 1 de diciembre y posteriormente, entre enero y marzo de 2014 en la Embajada de España en Tokio.
José María Sicilia (Madrid, 1954), uno de los artistas que mejor representa el panorama artístico español,  quedó fuertemente impresionado por el desplazamiento de miles de personas tras la tragedia del 11 de marzo de 2011 en Japón. “El tsunami sacó mucha gente de su propio espacio. Entonces vine a ver lo que pasaba”, dice el artista que investiga “los sonidos de las cosas que me interesan” y usa programas informáticos para convertirlos en objetos de dos y tres dimensiones. 
El artista visitó en múltiples ocasiones las zonas afectadas con el fin de investigar, descifrar y comprender lo que allí pasó y sigue pasando. El resultado de estas investigaciones artísticas queda recogido en una selección de piezas que incluye, entre otras, banderas, planchas de aluminio, papeles japoneses, esculturas, pinturas, gemas y piezas en oro, una instalación con obras realizadas por los niños de Tohoku en talleres infantiles dirigidos por el artista.
Las creaciones de Sicilia, que sin lugar a dudas conmoverán y sorprenderán a los espectadores de cualquier nacionalidad, aportan una visión profunda sobre la realidad de aquellas catástrofes.
Entre las piezas más representativas está un conjunto de banderas reunidas bajo el título de “Un país llamado Accidente” que exhiben dibujos de las grafías que genera la traducción del rugido del tsunami.
El espectador encontrará también una pieza de bronce pulido que representa la voz de Miki Endo alertando de la llegada del tsunami en la localidad de Minami Sanriku, una de las más devastadas por la gran ola.
La serie que da título a la muestra, Flores de invierno, consiste un conjunto de piezas en resina, de pequeño formato, generadas a partir de la traducción de los datos de la radioactividad del reactor nuclear número 1 de la central Daiichi en Fukushima.     
Sicilia es considerado junto a Miquel Barceló y Miguel Ángel Campano uno de los referentes de la renovación de la pintura española que tuvo lugar en la década de los ochenta y que se caracteriza por la fuerte tensión entre la abstracción y la figuración y el contraste entre vacíos y llenos. 

Esta exposición es un oportuno diálogo intercultural que contribuye al acercamiento entre los creadores de España y Japón. Con ella el artista sirve de testigo artístico de uno de los más trágicos acontecimientos en la historia reciente de Japón.


viernes, 27 de septiembre de 2013

Dentro y fuera. Las dos caras del Informalismo español en la Colección del Museo Reina Sofía






FECHA Y LUGAR:        - National Museum of Western Art de Tokio
   Inauguración: 2 de octubre 2013
  Apertura al público: 3 de octubre 2013-5 enero 2014

- Nagasaki Prefectural Art Museum
17 enero-9 marzo 2014

ORGANIZACIÓN:          Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y Acción Cultural Española



L.M.A.
  
Con motivo de la inauguración del Año Dual España-Japón, el Museo Reina Sofía y Acción Cultural Española (AC/E) han organizado una exposición que bajo el nombre Dentro y fuera. Las dos caras del Informalismo español en la Colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, podrá visitarse en las ciudades de Tokio y Nagasaki desde octubre de este año y hasta marzo de 2014. El Año Dual España-Japón, que se celebra entre junio de 2013 y julio de 2014, conmemora el 400 aniversario del establecimiento de relaciones bilaterales entre ambos países.

Uno de estos proyectos es esta muestra que recoge 14 pinturas de cuatro de los artistas más significativos del Informalismo español: Antonio SauraAntoni TàpiesJosé Guerrero y Esteban Vicente. Esta corriente destaca tanto por su significación histórica como por la importancia que supone en su época para la recuperación del espíritu de vanguardia en el arte español.

La exposición se inaugurará en el National Museum of Western Art de la capital nipona el próximo 2 de octubre 2013 y permanecerá abierta al público desde el 3 de octubre hasta el 5 enero de 2014. Posteriormente y con una selección de 9 de las 14 obras citadas, viajará al Nagasaki Prefectural Art Museum, donde podrá contemplarse entre el 17 enero y el 9 marzo del próximo año.

En ambas muestras, que dan a conocer internacionalmente la riqueza de la colección del Museo Reina Sofía y estrechan la colaboración con otras instituciones tanto nacionales como extranjeras, podrán verse obras como La Grande Foule [La gran muchedumbre], 1963, de Antonio Saura; Tierra roja, 1955, de José Guerrero; Marrón con huellas de dedos laterales Nº LXIII, 1958, de Antoni Tàpies; y Midwest [Medio Oeste], 1953, de Esteban Vicente.

Esta generación de artistas españoles, muy apreciados en Japón, cuestionó de forma radical los principios estéticos de la cultura occidental y su sistema tradicional de representación, integrándose en esta nueva corriente informalista que se extiende con celeridad por toda Europa.

La exposición contrapone la obra que se realiza dentro y fuera de España. En la península trabajan Antonio Saura (Huesca, 1930) y Antoni Tàpies (Barcelona, 1923); mientras que José Guerrero (Granada, 1914) y Esteban Vicente (Turégano, 1903) se trasladan a Estados Unidos, donde trabajan en el contexto de la Escuela de Nueva York.

Su obra participa de un mismo lenguaje, la necesidad de encontrar una nueva forma de expresión, en la que se elimina cualquier referencia al mundo real y a la tradicional concepción del cuadro concebido como ventana. Saura y Tàpies encarnan la elaboración de esta pintura informal, que constituye la corriente dominante en el panorama plástico español en la década de los sesenta. Por su parte, Guerrero y Vicente trabajan en el contexto del expresionismo abstracto norteamericano, cuya abstracción reivindica el énfasis en los principios visuales de la pintura y en el trabajo sobre su propio medio: el color y la bidimensionalidad del lienzo.

Las obras que componen esta exposición, pertenecientes a estos cuatro artistas, ejemplifican dos vertientes pictóricas. La pintura de Guerrero y Vicente se asocia a un lenguaje abstracto que da cabida a sus aspiraciones de absoluta autonomía y libertad creativa, cuya renuncia de la representación subraya el trabajo del color, de su expresividad y de la luz que proporciona. La obra de Saura y Tàpies, es introspectiva, asociada a la reflexión sobre las raíces éticas de la libertad individual y ofrece rasgos gestuales y matéricos, resueltos mediante un cromatismo restringido a blancos, negros y tierras.

Estos dos modos de hacer dentro y fuera de España, proyectan la luz y la sombra que identifican las dos caras del Informalismo español.


domingo, 28 de julio de 2013

Jaume Estartús, Expresionismo gestual en su última serie pictórica “Amnios 2013”


 
Jaume Estartús                                         


Julia Sáez-Angulo

         El artista Estartús presenta su última serie pictórica titulada Amnios-2013 en la galería Pop Up Art Gallery de Barcelona, a partir del próximo día 19 de septiembre. La serie se compone de treinta y cinco cuadros –pintura y resina sobre lienzo- que ponen de relieve la vuelta al informalismo de este pintor proteico a lo largo de su trayectoria artística. Una treintena de obras de mediano formato, que ponen de relieve la maestría creadora en el color y el gesto.

         Después de su serie Relieves Comprometidos de 2011 -casi monocroma de grises-, Jaume Mestres Estartús (Barcelona, 1949) -Estartús como firma artística-, ha retomado la raíz  informalista de la tradición catalana y de su propio trabajo, principalmente en la serie titulada Vision Iron-2009, llevada a cabo fundamentalmente sobre chapa. El autor ha querido abundar en el gesto automático y el resultado es un expresionismo gestual concentrado en el concepto de los Amnios.

         Recordemos que Jaume Estartús es médico ginecólogo y en esta ocasión ha acudido como fuente de inspiración pictórica a las formas y sugerencias de los Amnios, la membrana interna que contiene el líquido amniótico y el feto en su interior. El corión es la membrana exterior que contiene los amnios y es parte de la placenta.

         No es que Estartús haya querido hacer una reproducción orgánica de los amnios. Nada más lejos. Un artista convoca una idea, un concepto, para indagar e investigar en una serie y, en este caso, su mirada se posó en los Amnios como punto de partida –así se aprecia sobre todo en los primeros cuadros de la serie- para tomarlos como pretexto de arranque en su trabajo pictórico con el color y el gesto sobre el soporte textil.

         No es el primer pintor que recurre a elementos orgánicos del cuerpo humano como dinámica y arranque de su pintura, (recordemos que la pintura de Luis Gordillo ha sido interpretada en ocasiones como desarrollo ampliado de la cadena del ADN). Son los resultados plásticos y pictóricos los que van a decir sobre la oportunidad, acierto o belleza de una serie.

Amnios 1


Claustro materno

         El concepto de Amnios tiene algo de protección en el núcleo primario o en la vida del claustro materno, de origen vital en suma. Estartús ha declarado en ocasiones que el amor por la madre le llevó en cierta medida a interesarse por la ginecología. La madre es siempre el amnios, la membrana que refugia y protege. El origen de la vida humana que con el tiempo produce esa “constante desazón: La velocidad con que se acaba nuestro existir”, según declaración del pintor en su blog personal.

         Desde el punto de vista plástico, Amnios-2013 refleja en su conjunto la vuelta al informalismo del autor desde otros presupuestos; el gusto por el gesto que marca su caligrafía pictórica personal; el reencuentro con lenguaje automático propio; el placer en la aplicación de los pigmentos y resinas sobre el lienzo; en suma, el amor a la pintura de Estartús. El arte toma de la naturaleza y de la reflexión interior. 

        Atrás quedó –al menos momentáneamente- la serie anterior sobre asuntos sociales comprometidos, para adentrarse en ese claustro materno de los Amnios-2013 donde el misterioso mundo interior femenino merece una traslación artística. El arte es una plasmación del mundo que no se expresa en términos lógicos cartesianos; tiene su propia sintaxis porque se dirime con otros presupuestos. El autor revela en este último trabajo el deseo de ir navegando entre diferentes cánones, por medio del conocimiento reflexivo y la libertad de trazo.



Masas cromáticas y filamentos libres

         El artista no pinta ni dibuja amnios de modo naturalista, pero aquellos aparecen o están presentes en su obra de modo velado, diferente, transmutado en gesto y color.

         Benoit Mandelbrot lo dice con palabras poéticas: Les nuages ne sont pas des spheres,/ les montagnes ne sont pas des cônes,/ les côtes ne sont pas de cercles,/ l´ecorce nést pas lisse et/ l´eclaire ne dessine pas une ligne droite.

Los Amnios-2013 de la serie de Estartús son y no son amnios; son algo más allá de amnios. Son pintura/pintura hecha fundamentalmente de automatismo de autor. Partiendo de un concepto y una reflexión mental, de formas ovoides, casi embrionarias, con cierta alusión orgánica (véanse números 1 y 2, por ejemplo), la serie se va abriendo y esponjando las formas, que a veces se subdividen en una suerte de diálogo y tensión cromática (números 6, 7 y 19). De vida en marcha; de proceso pictórico sin solución de continuidad.

El pintor crea con frecuencia cierta espacialidad o transparencia entre las formas (número 20), erigiendo visualmente espacios intermedios en la pintura. Las formas, masas pictóricas, se relacionan con fuerza o dinamismo en la geografía del lienzo.

El trazo gestual se hace a veces más filamentoso, a modo de lacerías o arabescos rápidos sui generis, que mezclan ritmos y colores con libertad y desenvoltura (números 16, 17, 21, 33 y 34).

La relación de los colores de las distintas obras se distribuye en predominancias de rojo y negro, índigos poderosos con el negro (cuadros 26 y 27) o tierras y ocres que se acercan a la naturaleza.

El pigmento se aplica y desliza con libertad hasta que el pintor “encuentra” –al decir de Picasso- lo que desea y pone punto final al cuadro. El goteo y salpicado del pigmento –el dripping-completan la actuación del pintor.



Un quiebro en cada serie

Estartús, como Gerhard Richter –el gran pintor alemán del siglo XXI- no quiere caer en la cárcel del estilo y por ello, abre y cierra paréntesis en cada una de sus series. Es la mejor manera de no fabricar cuadros, sino de crear obras que responden en cada momento a una investigación renovada. El autor hace un quiebro con rigor y libertad en su lenguaje y se renueva como Ave Fénix. Sus coleccionistas están de enhorabuena y podrán disfrutar de las distintas etapas del pintor, sintiendo libremente sus preferencias por una u otra.

Hay coleccionistas de una sola firma en sus distintas etapas. Los artistas como Estartús se prestan mejor a ello. El C.A.C de Málaga presentó hace pocos años una colección privada de unos alemanes, centrada en su totalidad sobre Richter. Seguir la trayectoria pictórica de Estartús es dejarse sorprender en cada exposición por un nuevo planteamiento conceptual y plástico. Cada exposición es una vuelta de tuerca dorada en su pintura. Una colección sobre la obra de Estatús a lo largo de su carrera es una epifanía de hallazgos artísticos.


www. estartus.es
http://estartusnews.blogspot.com.es/
http//www.estartus.es/#!amnios/c1ff9

Estartús
Amnios – 2013
Pop Up Art Gallery
calle Rector Ubach nº 55
Barcelona
A partir del 19 de septiembre de 2013


lunes, 18 de enero de 2010

Jaume Estartús, expone “Estructuras Neoinformalistas” en la madrileña Galería Victor i Fils




Jaume Estartús


J.S.A.


      El pintor Jaume Estartús presenta la exposición “Estructuras Neoinformalistas”, selección de obras en diferentes formatos y soportes, como planchas de hierro, grandes puertas de madera o lienzos. La muestra tendrá lugar en la galería Victor i Fils de Madrid a partir del próximo 10 de febrero. Con motivo de la inauguración, se presentará un gran libro que recoge la vida y obra del artista catálán.

        Estartús, ha renovado la manera de entender el arte abstracto con una técnica creativa sobre metal muy particular. A través de la oxidación natural, mediante fuego y ácidos, y la mezcla de colores con arena, cemento, yeso, polvo de mármol y otros materiales, Estartús consigue efectos estéticos sorprendentes, de gran impacto visual. Todo su dominio técnico queda reflejado en esta muestra, al presentar sus obras en formatos diferentes.

       El autor desea, por encima de todo, que sus cuadros emocionen al espectador. “El exceso de intelectualismo lastra la intención del artista”, ha declarado en diversas ocasiones. “Son más importantes las sensaciones y emociones que una obra transmite que su propia comprensión”, concluye.

Proceso creativo y libre interpretación

Con motivo de la exposición Estartus ha accedido a una entrevista:

- ¿Cómo ha sido el proceso creativo de “Estructuras Neoformalistas?

- Como autor de una obra comienzo generalmente su creación con una intención concreta deseando que la mayoría de sus observadores la reinterprete lo más acorde posible a como la he pensado y querido. Sin embargo, la misma será observada y entendida en una pluralidad de individuos cada uno de los cuales vendrá cargado de sus propias características psicológicas y filosóficas, su propia formación ambiental y cultural esas especificaciones de la sensibilidad que entrañan las contingencias inmediatas y la situación histórica; por consiguiente por honesto y total que sea el compromiso de fidelidad con respecto a la obra que ha de apreciarse todo deleite será inevitablemente personal y captará la obra en uno de sus aspectos posibles.

Cuando tengo frente a mí la pureza de una tela blanca se establece un mutuo diálogo. El cuadro, aparentemente blanco, se va creando, formando poco a poco en mí mismo. Llega un momento en que no puedo resistir la tentación de vencer su serenidad. A veces, sucede, que después de minutos, horas, no se establece esta comunicación, o bien que la visión global de su estructura se me escapa. Ello provoca en mí irritación difícil de explicar y me siento insatisfecho. Una vez establecido el primer contacto, sucede un estado de desconcierto tras el automatismo de la elaboración de la primera materia. Este primer contacto con la obra, y todas las posteriores intervenciones, están sujetos, quiérase o no, a una serie de limitaciones que en sí mismas pueden constituir su posible eventual grandeza. Yo soy consciente de la propia limitación y creo que mi verdadera fuerza nace de ella, de su austeridad y de la sencillez de los medios puestos en acción.

La idea de Baudelaire sobre la concepción del artista moderno, reflejada en “El arte del Filosófico” define claramente la complejidad del hecho creativo desde una óptica moderna en cuanto a la necesidad de unir en un solo espejo de proyección infinita (la obra de arte) el entorno del artista y él mismo.
Todo artista debe ser fruto de su tiempo, reflejar su época, ser poroso a todo aquello que acontece, sean hechos humanos, sociales o culturales, pero de otra parte, es el resultado de una serie acumulativa de experiencias personales, de vivencias que se articulan desordenadamente, tal y como es la vida, para formar parte de un magma turbulento que se erigirá indiscutible, fluido y con fuerza. Por ello, a veces la obra adquiere cotas de máxima brutalidad y agresividad que contrastan decididamente con otras invadidas de ternura.

Vivir el Arte como aventura

Hay que ser inconformista y autocrítico con la propia obra y consigo mismo, y plantearse el trabajo como la consecuencia de una introspección, de una necesidad de encontrarse y volverse a encontrar constantemente.

Desafiar lo establecido, imponerse cuestiones de una forma simétrica, vivir el arte como una aventura que empieza de nuevo cada día, deben ser las bases de un trabajo de investigación hecho en solitario y que nunca debe darse por concluido, sino que resta abierto a elementos enriquecedores, a futuras aportaciones.
Hay que huir del autoacademicismo, de la creación de un estilo como fórmula que aplica sistemáticamente unas soluciones. Hay que buscar y provocar continuamente un estado de opinión a favor o en contra de nuestra propuesta.

Esta actitud de investigación y experimentación constante hace incidir la obra dentro de una vía de progreso, tal y como la han entendido las vanguardias, cargada de idealismo y utopía. La utopía como listón límite para propiciar un cambio, como condición necesaria para conmover y hacer vibrar el presente. La utopía pretende expresar aquello que ha estado buscado durante milenios de reflexión filosófica y que no es más que la esencia del hombre, la finalidad de su existencia o su papel en el mundo.

La plancha de hierro como soporte en vez de lienzo

-¿Por qué ha elegido el metal como material básico de su expresión?

-Constituyó para mí un punto de inflexión el abandono del soporte del lienzo tradicional por la plancha de hierro. Me obsesionó el tratar de conferir mayor protagonismo al soporte de la obra. Quería realzar la importancia del medio sobre el cual se iba a levantar la obra. Quería realzar la importancia del medio sobre el cual se iba a levantar la obra. Deseaba llegar a conjugar una colaboración que ejerciera de efecto potenciador mutuo.

Desde la perspectiva del procedimiento técnico, el proceso de las planchas empieza con su perfecto corte a láser, para lograr un espesor mínimo de 1mm y así rebajar extraordinariamente su peso facilitando de esta forma su instalación en las paredes, incluso tan frecuentes hoy en día de pladur. Asimismo, se realiza mediante técnica de láser las cuatro perforaciones en las esquinas, para poder atornillarlas al bastidor reforzado de madera, una vez encoladas con cola de impacto en el mismo.

Una vez preparadas, se someten a una primera fase de oxidación natural, dejándolas un mínimo de 15 días a la intemperie. Después se modula la oxidación obtenida sometiéndolas a calentamientos parciales y tratándolas según los casos con ácido nítrico, ácido sulfúrico, hipoclorito sódico, cloro puro sólido, agua oxigenada entre otros, hasta lograr la textura deseada.

Una vez preparado el soporte, se ejecuta la obra trasladando el boceto previo ejecutado a lápiz sobre papel, o directamente dibujando con lápiz graso sobre la misma plancha. Se utiliza para su realización pintura al óleo, lápiz de cera graso y como materia volumétrica se emplea una pasta férrica (oxiron- forja) calentada y mezclada con arena de playa filtrada. En ocasiones también se usa una mezcla de polvo de mármol con resinas de poliéster, ó colas sintéticas y cuando aparecen los collages de madera, ésta se encola directamente sobre la plancha mediante cola de impacto.
Una vez terminada la obra, para detener el proceso de oxidación, se efectúan tres capas de fijación con un aerosol de solución alcohólica de resina transparente sintético mate, dando por terminada su realización.

Pintor intuitivo y prioridad sensitiva

-¿Como ha evolucionado como artista? ¿Cuáles serían, si puede precisarlos, los puntos de inflexión en su carrera?

-Soy un pintor intuitivo, pero no por ello dejo de ser reflexivo. Antepongo la práctica a la teoría, pues mi teoría es a menudo el resultado de la práctica. La prioridad es sensitiva; la reflexión es a posteriori y me sirve para adentrarme en nuevas y diferentes obras. Hoy por hoy mi pintura recupera en constantes cíclicas momentos expresivos ya trabajados (nueva objetividad, informalismo, realismo crítico, gestualismo, espacialismo, etc) a los que añado cierta dosis de graffiti espontáneos, garabatos biomorfos, una cierta violencia gestual y una dureza argumental ocasional que no hacen más que dar continuidad a un discurso que en último término resulta tan absorbente para el autor como para el espectador.

Sin embargo, y a consecuencia de mi carácter, una de mis divisas es el cambio, la variación, la búsqueda constante de elementos que puedan enriquecer aquello que ya haya dicho en otra ocasión, o aquello que cero que aún no he dicho. La aventura sigue y la investigación se prolonga desde una consciencia de contemporaneidad que no vacila en extraer de las fuentes más primitivas parte de la inspiración, pero que apela al hombre de hoy con un lenguaje actual.

La materia, evidentemente, es una trampa, como lo es todo en arte, pero se trata de reconocer a tiempo donde está esa trampa y procurar no caer en ella.

Hay pintores que trabajan en una misma dirección a lo largo de su vida. Morando, por ejemplo, parecía pintar siempre el mismo cuadro; se limitaba a las naturalezas muertas y a las gamas grises y compactas. En realidad, sin embargo, como que profundizaba siempre en la misma forma, se iban produciendo cambios. Yo personalmente estoy más determinado por todo lo que me rodea, por la visión y la sensibilidad plástica del determinado por todo lo que me rodea, por la visión y la sensibilidad plástica del mundo; y no solo eso, me siento también muy determinado por los materiales con los que trabajo. Estas determinaciones por el exterior pueden hacer pensar que yo no tengo estilo.

Con referencia a los materiales, estos ejercen sobre mí una tiranía formidable, en el sentido de que para mí, cada material demanda un lenguaje particular, un tratamiento coherente con él mismo. No hablo claro del material ya recreado y poetizado, sino de la determinación que impone su naturaleza original. Esta tiranía hace que, muchas veces, tenga que modificar la trayectoria de la obra y ello puede conducir a la errónea opinión de que en mí producción hay diferentes direcciones y hasta incluso contradicciones. En una palabra, falta de personalidad. Pero yo estoy convencido de que la personalidad se establece detrás de estas apariencias, en la capacidad de transformar y modificar los materiales, formando conjuntos o síntesis. Si se analizan todos los períodos de mi producción, creo que puede observarse que bajo los cambios materiales y de lenguaje, existe una lírica vertebradota que continuidad y la personalidad.

Todas las potencias, en diálogo para crear

-Para usted” el exceso de intelectualismo lastra la intención del artista” ¿cree que el arte hay que explicarlo?

-No se pinta solo desde las manos hacia fuera, bien al contrario: se crea dentro, con todas las potencias en diálogo. La teoría viene después. Si aparece antes, se convierte en un cáncer que no puede integrarse en la vida.

Yo busco una estructura que signifique todo aquello que yo soy, con el propósito de abarcar todo aquello que he vivido. Y no se trata de una represión nostálgica en la niñez, sino por el contrario, de una reactualización, de vida actual.

Todo aquel que analice con detenimiento mi obra, acabará descubriendo una poética directamente inspirada en el medio natural y el rico espectro de sensaciones que este es capaz de generar.

Eso se traduce en momentos de una evidente amabilidad, alternando con otros de una contundencia provocadora, brutal. En esto coincido con lo que decía Joan Miró, que “la fuerza viene de la tierra, para poder recibir directamente de los elementos naturales la fecunda energía creativa”

Entiendo la producción artística como una forma de conocimiento, un análisis fenomenológico para aprender de la realidad, es decir, un tránsito entre la objetividad de la materia y la subjetividad de la experiencia. El artista desencadena un proceso de relaciones plásticas entre el objeto, los elementos que le rodean y el sujeto, de manera que provoca un flujo de relaciones interactivas capaces de generar unos estímulos que transformará en cuadros. En este punto coincido con el filósofo Kant cuando defendía en su “Crítica de la razón pura”, que “todo conocimiento empieza con una experiencia sensible”

La crítica como prestigio teórico y difusión

-¿Qué papel cree que juega la crítica hoy?

-Hoy día se busca sacarle provecho al arte en términos se prestigio o reclamo mediático, o bien como valor material. Esa inmediatez y mediatización, dos conceptos que se dan la mano, requieren que la obra llame la atención a cualquier precio.

No me gusta ni el arte espectáculo ni esta mediatización excesiva del arte, a menudo sólo de un arte determinado. Tampoco me interesa en absoluto esa necesidad constante de representar el papel de “vedette”. Yo ya tengo en lenguaje, un concepto y una conciencia plena de lo que quiero hacer y de mi trabajo. Incluso he integrado ingredientes de experimentación en mi quehacer, algunos de ellos bien aceptados y otros no, e incluso caricaturizados también; no importa eso está bien.

Es obvio que el siglo XX ha servido para que el artista tenga la libertad de expresarse como le apetezca, pero ahora estamos en un momento en que hacer lo que uno quiera se ha convertido en la máxima prioridad. Por encima de la calidad de la obra o los motivos profundos que la justifican, lo que prima hoy día es la provocación. Y a mí eso no me gusta.



Se han abandonado los dogmas de la moda

-Cómo artista que se ha mantenido al margen de los canales comerciales, ¿qué opina de la situación económica actual?

-Es evidente que intentar ser tan diferente de los demás como sea posible a menudo es una propuesta personal desoladora y estéril la mayoría de ocasiones. Absorto por esta necesidad de rotura, hay que tratar de rechazar cualquier planteamiento tradicional de arte y toda coherencia, utilizando la experiencia y la técnica adquiridas como arma plástica, tratando de arrancar la corteza del mundo para tratar de ver la potencia de sus entrañas. Algunos bautizan esta acción de informalista, otros son más partidarios de una estética neoexpresionista o neofigurativa, mientras que los restantes incapaces de clasificar lo inclasificable, terminan por aceptarlo simplemente como pintura matérica.

Afortunadamente (o por la intersección de las crisis económicas y del control del mercado del arte en la ejecución artística) hemos ido abandonando los dogmas de la moda para conceder un abanico más amplio a la modernidad. Además los nuevos avances tecnológicos han provocado un giro coperniano a toda la sociedad y el arte no ha estado el margen.