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viernes, 13 de octubre de 2017

Fernando Moleres, fotografías del Monte Athos, expuestas en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela





 Monte Athos. Monasterios. Foto F Moleres




Julia Sáez-Angulo

            Fernando Moleres ha llevado a cabo una serie de  fotografías del Monte Athos en Grecia, que ha sido expuestas en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela. Un buen catálogo, titulado Monte Athos. Peregrinación á Santa Montaña, recoge las imágenes a disposición del público visitante. El volumen está editado por Publicaciones del citado museo.

            Fernando Moleres (Bilbao, 1963) trabajó en elcentro de salud de Orduña, hasta tomar conciencia de la importancia de la imagen tras un viaje a Nicaragua en 1987. Fotógrafo autodidacta, Molares se centra en lo social y realiza diversos viajes, entre ellos al Kurdistán en 1991, Sierra Leona y al Sáhara. Su carácter reivindicativo le hace centrarse en la explotación laboral infantil y a partir de ahí creó un programa de ayuda a la reinserción de los menores a través de la educación. Su último proyecto fue el Melting Landscapes, donde afronta el calentamiento global del Ártico.

            El monte Athos es el nombre que recibe la punta más oriental de las tres por las que la península Calcídica, en la Macedonia griega se adentra en el mar. La Santa Montaña, Agion Oros, da nombre oficial al territorio, donde se encuentra el Estado Monástico Autónomo de la Santa Montaña. Homero, esquilo, Sófocles y muchos otros autores antiguos se refirieron al Monte Athos en distintos pasajes de sus escritos.

            El monacato del Monte Athos es de gran importancia para la iglesia ortodoxa griega. A dicho monte no puede acceder las mujeres y siempre ha guardado un gran misterio sobre sus elevados dominios.

            “Aunque cada monasterio presenta una configuración arquitectónica diferente, sobre todo por la sucesiva adición de construcciones o reconstrucciones llevadas a cabo con el paso del tiempo responden por lo general a un mismo esquema de tradición bizantina que se reproduciría en el más antiguo (Gran Lavra) y que sería imitado en sucesivas fundaciones”, se cuenta en el texto del catálogo/libro.


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            Las hermosas fotografías de Moleres recogen imágenes de las montañas, los monasterios, los mosaicos y lugares sagrados del interior, los monjes ortodoxos en distintas actividades… en suma una rica panorámica de imágenes captadas por un profesional cotizado.






jueves, 23 de julio de 2015

El Museo de las Peregrinaciones y de Santiago (MDPS) cerrará sus puertas al público


Museo de las Peregrinaciones


L.M.A.

El Museo de las Peregrinaciones y de Santiago (MDPS) cerrará sus puertas al público en su sede de san Miguel el día 31 de julio

Este cierre es temporal puesto que se hace para poder llevar a cabo la ampliación del mismo en su nueva sede, situada en la plaza de Platerías. Allí trasladaremos los fondos de la colección para que puedan ser visitados en unas nuevas instalaciones y en mejores condiciones que las actuales.

La fecha de apertura será anunciada en su momento.
Esperamos en esta nueva etapa seguir contando con vuestra colaboración.

lunes, 24 de junio de 2013



Olga Seoane: Fotografías de “Peregrinación a las santas Marías de la Mar”, en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela

 Tres Marías en un capitel 



Julia Sáez-Angulo

         El Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela lleva una política de exposiciones sobre manifestaciones peregrinatorias en diversos territorios del mundo. Actualmente muestra las fotografías de Olga Seoane Paulus en la célebre peregrinación francesa a las tres Santas Marías del mar. “Les gens du chemin” –las gentes del camino- es el título francés en origen y que alude en buena parte a la numerosa presencia de la etnia gitana.

 Tres Marías


         Bieito Pérez Outeriño, director del citado Museo de las Peregrinaciones compostelano, escribe en el catálogo: “En un lugar paradisíaco, en la desembocadura del río Ródano, donde el agua y la tierra se mezclan en armónica convivencia habla la tradición de la llegada de diversas personas de gran relevancia, incluso del entorno familiar de Cristo, que se vieron obligadas a refugiarse en este lejano lugar de las Galias procedentes de Tierra Santa, de donde salieron a bordo de un barco sin velas y sin remos.”

         La procesión de las santas Marías (María Salomé, madre de Santiago el Mayor y Juan, y María Jacobé, madre de Santiago Alfeo, entre otros, y tantién la de santa Sara, ha sido el motivo del objetivo fotográfico de Olga Seoane. La leyenda y la devoción se la gente se mezcla en sus instantáneas, donde la presencia gitana cobra un valor enorme. Cinco años de trabajo que se decantan en una selección admirable.

         Las gentes del camino, “peregrinos gitanos de toda Europa, va a este rincón de Galia todos los años para rendir culto a su patrona, Sara, la madona oscura”, recuerda Anxo M. Lorenzo, secretario general de Cultura de la Xunta gallega. “Su carácter de pueblo errante y nómada, irreductible a normas y convecciones sociales, halla aquí una expresión única, que la fotógrafa Olga Seoane ha sabido captar con hondura y pasión técnica”, añade.


         De “sorprendentes y coloristas imágenes” califica las imágenes Xesús Vázquez Abad, consejero de Cultura de la Xunta de Galicia.




         

martes, 5 de enero de 2010

Sabine Weiss, Fotografa de "El hombre ante sus Creencias" en el Museo de las Peregrinaciones

Sabine Weiss, El hombre y sus creencias
Comisario: Hector Fouce
Museo de las Peregrinaciones
Santiago de Compostela
Diciembre 2009 – Enero 2010-01-05


Julia Sáez-Angulo

Consagrada al reportaje fotográfico en blanco y negro, Sabine Weiss (Saint-Gingoph. Suiza, 1924) presenta una hermosa exposición de fotografías en las que el hecho religioso se tiñe de personajes singulares como curas con sotana que patinan; bonzos que rezan en la calle; familias junto a las tumbas de sus difuntos; coptos que muestran sus iconos; mujeres que lucen su chador; santones hindúes en las aceras; rosarios colgados junto a una herradura… Imágenes que impactan por su naturalidad y sencillez, contempladas desde la observación y el respeto a los creyentes, desde la ternura y la luz.

Una gran muestra en el Museo de las Peregrinaciones en este Año Jacobeo en el que miles de visitantes pisaran las tierras gallegas y la catedral con la fachada del obradoiro. Sabine Weiss es una fotógrafa sabia que ha sabido ver en las infinitas gamas del gris que hay entre el blanco y negro, una manera de transmitir el misterio de la fe unido a unos protagonistas o a unos objetos que nos hacen amar o sonreír.

La fotógrafa suiza ha dedicado buena parte de su vida a la fotografía de moda, principalmente en la revista “Vogue”, pero su sensibilidad humanitaria le ha llevado más allá con su cámara y objetivo. Viajera y amante del arte ha publicado numerosos libros temáticos con sus obras en las que huye del tremendismo y ofrece una mirada franca y directa. Teatro, ciudades o niños, han sido algunos de los temas plasmados por Weiss. La emoción sin truculencia ni ternurismo es el resultado de su fotografía. Es la fidelidad a la condición humana que se manifiesta con naturalidad.

Para el comisario de la exposición en el Museo de las Peregrinaciones, Héctor Fouce, “Los humanos son, en esencia, el resultado de sus creencias. El creer anticipa al hacer para definir quienes somos. Pero en nuestra sociedad contemporánea. Creer es un acto desvalorizado, una reminiscencia de lo antiguo; en las sociedades modernas no hay creencias, sino opiniones, argumentos, posiciones, puntos de vista (…) Sin embargo, los individuos y los grupos humanos resisten tercamente esta imaginada modernidad libre de creencias”.

Una mirada humanista sobre los hombres
Fouce resalta “el trabajo profundamente humanista de Weiss en busca de cómo los humanos manifiestan sus creencias es, como en tantos otros fotógrafos de esta corriente estética, filosófica y ética, un estudio casi antropológico sobre lo que los humanos somos” .

Frente a la idea de fanatismo, Weiss nos ofrece unas imágenes de vida y trabajo, de paz y felicidad, de coexistencia amorosa entre los hombres, de experiencias naturales y sin conflicto, como la venta de flores a la puerta de un cementerio o la visita a un lugar sagrado con una camiseta de dibujo erótico.

Respeto, sonrisa, ironía y simpatía humana en las fotos de Sabine Weiss, que sugieren más allá de la propia imagen, que invitan a la reflexión como iconos, vivo reflejo de vidas de los hombres y mujeres a los que apresa en su objetivo. Su recorrido como fotógrafa es amplio en esta muestra: desde un gesto mínimo a lo más sagrado de una comunidad religiosa, donde a veces se mixtifica con otras situaciones porque el hombre no es una criatura de bordes duros o de esquizofrenias beligerantes, sino de un día a día con la hermosa monotonía de la calma.

En suma, una exposición digna de aplauso de una fotógrafa realmente artista.