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martes, 24 de mayo de 2022

María Bernaldo de Quirós, primera mujer aviadora en España. Conferencia de Pilar de Arístegui en el Círculo Orellana


María Bernaldo de Quirós, primera mujer aviadora de España (1928)



 

Julia Sáez-Angulo

25/5/22.- Madrid.- María Bernaldo de Quirós fue la primera mujer piloto civil en España y sobre ella versó la conferencia de la escritora Pilar de Arístegui, que tuvo lugar en el Instituto Cervantes de Madrid, bajo el título “Volar fue mi vida”, dentro del ciclo “Españolas por descubrir”, que sostiene el Círculo Orellana. Esta sesión era la número 53 de esas vidas sobre españolas singulares, que se han recogido ya en un primer libro editado por Orellana, al que seguirán otros, hasta completar todos los nombres femeninos que se han glosado en el citado ciclo.
Leticia Espinosa de los Monteros, presidenta del Círculo  Orellana, abrió el acto para presentar a la conferenciante Pilar de Arístegui, quien hizo un recorrido por la vida singular de María Bernaldo de Quirós Bustillo (1892-1983). Al final del acto intervino en pantalla Jorge Bernaldo de Quirós y Trillas, también piloto de aviación militar, autor de la novela de ficción “La dama del cielo” (2021), basada en la vida de María, editado por Homo Legens.
En el acto estuvo presente Yolanda Gasso, la primera mujer, aviadora militar española en los 90.
“La memoria de la mujer no empieza en el siglo XX”, recordó Arístegui al comienzo de su exposición y subrayó “los pasos robados en el camino de la Historia de muchas de esas mujeres”. Como toda pionera, María de la Salud Bernaldo de Quirós se encontró con que no había precedente y requería tenacidad para conseguir su propósito. La conferenciante recordó la infancia en Asturias en medio de una familia aristocrática y la pérdida del esposo y dos hijos pequeños de María (“la muerte vino a buscarlos a la cuna”, dijo la futura aviadora), algo que sin duda le marcó ensu vida, si bien supo sobreponerse a este duro infortunio.
    “Frente a la barrera de los hombres, la libertad tiene un precio”. María lucho contra toda objeción y obstáculo, cuando quiso ser piloto e ingresó en la Escuela de Aviación de Getafe, una vez que se separó de su segundo marido cuando vivían en Ciudad Rodrigo y se fue a vivir sola a Madrid. Su deseo de volar nació después de un aterrizaje de emergencia de tres aviones militares en Ciudad Rodrigo y, su esposo, alcalde Sánchez Arjona del municipio, dio alojamiento a los pilotos. María se interesó por la idea de volar al hablar con el capital Antonio Rueda y cuando supo que ninguna mujer lo había hecho en España, se propuso ser la primera en hacerlo.
    José Díaz de Lecea y Julio Ruiz de Alda fueron sus mentores en el aprendizaje de vuelo -no sin dificultades varias en el deseo de formación de María en la Escuela, cuando más de uno creía que se trataba de un capricho femenino- hasta que obtuvo la licencia de la Escuela Nacional de Aeronáutica en 1928, tras un examen brillante. Toda pionera requiere tesón y formación destacada, insistió la conferenciante al referirse a María. Y su empeño llegó tras ver que, en su matrimonio, “la vida se marchitaba día a día”.
    “Ser pionera conlleva responsabilidad para seguir adelante, pese a las dudas propias y dificultades u objeciones de los otros”, señaló Arístegui. María Bernaldo de Quirós vivió un momento en que las proezas de la aviación se sucedían, como el vuelo de atravesar el Atlántico desde España por Ramón Franco y viceversa.
    “Volar, el viejo sueño de la humanidad, concebido por la mitología y llevado a cabo por hombres y mujeres se hizo realidad y destino en el caso de María Bernaldo de Quirós”. Durante la guerra civil española de 1936-39, María hizo vuelos de socorro y reconocimiento sobre el territorio de ambos bandos. Incluso se dice que llevó a cabo misiones secretas. El general Kindelán no le permitió ser piloto militar honoraria.
    La Escuela de Aviación quiso hacerle con el tiempo un homenaje, pero ella no aceptó. “Es demasiado tarde”, dijo. María fue amiga de intelectuales como Cesar González Ruano, Ramón J. Sender o Camilo José Cela. 
    Los finales rara vez son gloriosos y la soledad acompañó a María Bernaldo de Quirós cuando era una viejecita respetable, señaló Arístegui. “Mi presente apenas es la espera de mi último vuelo”, dijo. La conferenciante terminó citando a Lope de Vega: “Hice lo que pude/ Fortuna hizo lo que quiso”. Murió tras un accidente doméstico, cuando estaba sola en casa.
    Jorge B, de Quirós señaló, en su intervención por pantalla, la fuerza y resiliencia de María B. de Quirós para llevar a cabo su empeño como aviadora, una mujer que ya antes amaba las motos y automóviles y subrayó que fue una profesional que se anticipaba, dejando constancia escrita, a posibles emergencias o campos de aterrizaje, algo que hoy se recomienda en el aprendizaje. Recordó su afirmación: “Que se vayan acostumbrando los hombres, a que las mujeres servimos para algo más que bordar”. 
    La compañía aérea española Iberia dedicó un Airbus a nombre de María Bernaldo de Quirós.
    En el coloquio intervino el profesor Juan Manuel Riesgo, director de “La Conquista Española del Aire” y recordó el hermoso cuadro de María B. de Quirós en el Museo del Aire de Cuatro Vientos. Elogió la conferencia de Arístegui y su “habilidad para sobrevolar por los espacios procelosos de algunos episodios de la vida de la aviadora” y señaló el triste desaire que la piloto hizo al aviador José Antonio Silva, cuando este y su equipo, contra viento y marea, organizaron un homenaje a la primera piloto de España, pero ella lo rechazó.
    En privado, el profesor Riesgo desmintió los atribuidos amores de María y Lecea, por cuanto a este último no le interesaban precisamente las mujeres. Lecea al final de su vida se casó con una pariente para que le quedara a ella una pensión de viudedad. 
    En Llanes (Asturias) se le prepara actualmente un homenaje a María B. de Quirós.
           El Museo del Aire expone en su Hangar.-3 un avión De Haviland 60" Moth Major", idéntico al que poseyó y tripuló Maria Bernaldo de Quirós. Fue utilizado por la Aviación Republicana en la Batalla de Guadalajara y como este tipo de avión fue confiscado por la República a propietarios privados, tuvo vicisitudes muy similares  a las que pudo tener el propio avión de Maria Bernaldo de Quirós.


Más información

Díaz de Lecea y María B. de Quirós

Retrato de María B. de Quirós en el Museo de Aviación

jueves, 15 de noviembre de 2018

RETRATOS: Pilar de Arístegui, pintora, escritora y diplomática colateral


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Pilar de Arístegui




Julia Sáez-Angulo
 Fotos: Adriana Zapisek

            15/11/18 .- MADRID .- Ella deshace el dicterio de que los diplomáticos no son tan elegantes ni inteligentes como parecen, porque ella es bella, elegante e inteligente como diplomática, aunque lo sea de modo colateral, puesto que es hija, esposa, hermana y tía de diplomáticos. Además, quien la conoce sabe de su  gran tarea difusora de la cultura española en los ámbitos diplomáticos de más de diez países que ha recorrido como embajadora consorte en su vida, junto a su esposo el desparecido embajador Carlos Abella, autor del interesante libro El cautivo del Papa.

            Pilar de Arístegui Petit (Bruselas, Bélgica, 1954) tiene una dicción tan perfecta de la lengua castellana que ya la quisieran para sí los periodistas de la BBC cuando hablan la lengua de Shakespeare. Así lo pone de manifiesto en la presentación de sus libros como el llevado a cabo en la Fundación Ortega-Marañón de Madrid, con el título Laberinto de intrigas (editorial La Esfera de los Libros, 2018), sobre Doña Ana de Austria, reina de Francia. Hugo O´Donnell, historiador y duque de Tetuán junto al psiquiatra Enrique Rojas oficiaron la ceremonia de la presentación, presidida por el académico Julio Iglesias.

            La introducción impecable corrió a cargo de la editora Carmen de Blas, que eligió para la portada del libro un fragmento de cuadro de Rubens, con el oropel de un vestido femenino de brocado con flores de lis, que muestra el oropel de una Corte, sin mostrar la cabeza de la Dama. Toda una metáfora de la situación.

            Entre los asistentes al acto, una alteza real, Doña Ana de Orleans, diversas duquesas, marquesas y condesas –seguro que también alguna baronesa-, además de sus compañeras de baile (afición de la escritora), pueblo soberano y diversos plumillas como la que esto firma. Para quien no lo sepa, lo de plumilla es la denominación crítica con que nos obsequian los fotógrafos de prensa  a sus colegas informativos.

            La reivindicación del papel de la mujer en la historia es uno de los cometidos que se ha propuesto Pilar de Arístegui, como una labor de justicia, buena para las féminas y también para los varones que han de saber con rigor, que la mujer utilizó su inteligencia en el cordón umbilical de la humanidad.

            Ana de Austria, hija de Felipe III, esposa del alexistímico Luis XIII,  madre de Luis XIV el Rey Sol, fue una buen reina de Francia, que pasó lo suyo por tardar en ser madre, que llevo la cultura española a esa Corte que iba hacia la gloria, como ella había conocido con el Imperio Español y que transmitió a su hijo. La autora de Laberinto de intrigas lo narra muy bien y expone la sutil y compleja relación de esta reina con el cardenal Mazarino, que el duque de Tetual califica de amitié amoureuse.

            El libro de Arístegui vale la pena leerse, porque es riguroso con los datos históricos, por más que ponga sentimientos a los personajes, para dar en el clavo de la novela histórica, en un momento que en hay super-explotación del género histórico como señala el historiador Serafín Fanjul y que refleja el interés de los lectores por la historia, pese a su casi ausencia en el bachillerato.

            Pilar de Arístegui es también pintora y, además empezó más bien por aquí su vida de creadora y exposición al público. Acabo de ver uno de sus cuadros en el Castillo de Gmünd de la gran exposición que hizo el Grupo pro Arte y Cultura en dicho monumento austríaco. Hay otros muchos cuadros de la pintora/escritora en colecciones públicas y privadas. La autora escribió una novela histórica sobre la escultora La Rondana, que cuenta los avatares de esta castigada mujer.

            Nos gusta ver a Pilar de Arístegui en la Casa Museo El Romeral de Mayte Spínola, porque ella siempre regala sonrisas y amable cortesía. Una gema entre las mujeres creadoras de Arte.