viernes, 19 de diciembre de 2025

El PARTICULAR “TIC” DE DINAH SALAMA

    Dejándose llevar por el inasible enigma de la poesía, Dinah Salama se ha centrado en los últimos años en algo tan inusual como la ilustración de poemarios. “Érase una voz”, de la poeta María Luisa García – Ochoa, es el último conjunto de poemas sobre el que Dinah Salama ha volcado su creatividad; y con las 25

imágenes que en un principio surgieron destinadas a completar la original obra literaria, ha compuesto la muestra “Pájaros y Párvulos”, que se exhibe en los bajos de la librería “Tipos Infames” (San Joaquín 3, Malasaña – Madrid), y que se podrá visitar hasta mediados de enero.

    Con el atractivo cocktail entre los diferentes elementos que integran cada imagen, todas ellas en tamaños breves o medianos, sobre fondo claro y sirviéndose de una amplia gama de colores, la frescura se fusiona con la profundidad de un rostro con ojos velados; las cabezas con picos alargados de pájaros rematan las figuras femeninas – de perfil –, integrándose en una misma realidad; relacionándose dentro de una singular estética surrealista, que aporta su sello a casi toda la exposición.

Si la infancia no es sólo diversión, aunque desde su riqueza de matices pueda servir al juego ilustrativo, también supone hondura,

reflexión y pensamiento, cercanía y distancia. Envuelta por un amplio abanico colorista añadiendo vistosidad y sorpresa en estos dibujos que se sirven a menudo del collage, hechos a pincel y tempura. Y que en su etapa ya de madurez confirman a Dinah Salama el acierto que tuvo al prolongar su descubrimiento infantil:

“Empecé a dibujar desde muy niña, como si fuera un “tic” natural, irremediable”, confesaría en una reciente entrevista.

        F. G. Román



jueves, 18 de diciembre de 2025

OCTAVIO UÑA. HOMENAJE EN SU OCHENTA ANIVERSARIO

Octavio Uña

 por Pedro García Cueto

        19.12.- 2025 .-Por los perfiles de Octavio Uña vive el paisaje castellano, la meseta, la luz del atardecer de una tierra de vino y de cosechas, abierta como una ventana a la luz del amanecer.

Octavio nació un 15 de diciembre de 1945 y aquí dejo una semblanza de este amigo, sabio como pocos, que destila la cultura castellana en las entrañas, que ha paseado por todas las Universidades del mundo, impartiendo conferencias, dando clases, etc.

Octavio Uña es poeta, ensayista, gran docente que ha alumbrado con su sabiduría a muchas generaciones y hombre que ha cultivado la palabra, su verdadero y hondo significado en cada rincón del mundo. Con Octavio uno siente la cercanía del amigo, del confidente, del sabio que camina al lado en un diálogo socrático con un tiempo adverso como este, donde los necios ocupan el poder, donde la cultura es de usar y tirar, donde los jóvenes no tienen referentes. Caminar con Octavio es transitar por las palabras, darlas el alto vuelo de una paloma o el crescendo de la música.

En su libro Castilla, Plaza mayor de soledades, que publicó Dykinson en el 2001 y que lleva ya tres ediciones, podemos sentir el apego a la tierra de un hombre que sabe que el caminante, siguiendo la senda de Antonio Machado, hace camino al andar.

En la “Elegía a León Felipe Camino” dice versos verdaderos:

“No morirán por siempre los pasos que tú diste / midiendo los senderos, / las voces que gritaste / el alma poseída de la noria. / Ni morirá el molino / mientras vuelva tu viento / sus contornos”.

Y ese poeta errante que lleva la voz de muchos emigrantes, ese poeta que late en cada paso y respira la desdicha de la vida. Para Octavio, resucita el espíritu de un hombre único que dejó su estela en el paisaje castellano.

Con un prólogo del eminente Pedro Laín Entralgo, donde dice de nuestro poeta:

“Qué sencilla, qué honda y patética hermosura la de las estampas que —simbólicamente— ponen ante nuestros ojos la vida y las cosas de que el adobe es marco”.

Pedro Laín, sabio indudable, pensador infatigable ve en la poesía de Octavio Uña el universo de un hombre que sabe y piensa en Castilla, en la tierra adusta, donde la vida se hace a golpe de azada y a golpe de corazón.

Y El Escorial, ese paisaje donde Octavio enseñó y ha hecho de él su hogar, su lumbre y la llama de sus palabras. Ha cultivado el poeta el lenguaje como el que cuida del telar, del rebaño, ha hecho del verbo el paso del tiempo, la fogata de la eternidad. Por ello, dice en “Cantoral”:

“Abierto el cantoral, de inéditos aromas / gimieron los espacios: ¿una pena? / ¿ilusiones quizá?, ¿tal vez las pompas / nemónicas en humo de mil velas?”.

Y llamará al Quijote “danzarín guerrero”, porque en Octavio vive el espíritu soñador del hidalgo de Cervantes, la voz de siglos que busca en el idioma la noche de los tiempos.

Y dirá a la madre: “Madre / ya no cruza Castilla aquel heroico tren de mis infancias”.

Pocos caminantes como Octavio Uña que ha hecho de este libro paisaje y paisanaje, árbol y rama, luz y sombra, de una Castilla a la que ama hasta las entrañas.

Me imagino paseando con Octavio, envuelto en el aroma de la tarde, mientras se avecina la noche del invierno en la silueta del monasterio de El Escorial. Juntamos las manos como dos solitarios que hemos hecho de la tarde un mimbre para abrigar ya la oquedad de la vida, la holgura del tiempo que quema, la brasa del lenguaje verdadero.

En Octavio Uña no solo vive un sabio, sino un amigo y un poeta que da alas a la tierra amada, a su Zamora, paseando con un Claudio Rodríguez que sigue vivo en nosotros, con un León Felipe que se marcha hacia ninguna parte.

Somos errantes, Octavio, pero volvemos siempre a nuestra España, esa que le dolió a Unamuno y que ahora está rota, como un cuenco que se hace pedazos. Pero la poesía y nuestra voz sigue viva y nuestra amistad, eterna ya en la noche de los tiempos.

Castilla, plaza mayor de soledades

Octavio Uña

Editorial Dykinson, tercera edición, 2001


ARTE PARA LA NAVIDAD. Pequeños formatos en pintura para regalos

Artistas participantes ante el arco de entrada



18/12/25.- Madrid.- Los franceses que saben mucho de pintura, por tradición, lo llaman “tableautine” y los galeristas que se le acercan “tablotín. Se trata del cuadro de pequeño formato, que muchos artistas han pintado como boceto. Joaquín Sorolla pintó un cerro de ellos, unos llegaron al gran formato y otros no. Y los que llegaron, no fueron del todo exactos. La Real Academia de San Fernando muestra algunos de ellos.
Pero ahora, para Navidad, hay galerías que convocan a sus artistas para que lleven a cabo cuadros de 20x 20 cm o de 35 x 23 cm, para animar a su clientela a regalar pintura como regalos de Navidad y Reyes Magos. No se trata ya de tablotines boceto, sino de obras definitivas.
Dos galerías madrileñas, Ra del Rey y Cano Estudio exponen muestras colectivas de diversos artistas de primera fila, bien seleccionados para no defraudar, que ofrecen una panoplia de formas y colores para todos los gustos de los coleccionistas o compradores al azar.
“Yo animé a mis artistas a que pintaran cuadros alegres y brillantes, como corresponde a estos días de luz y alegría”, dice Llanos Lerma, directora gerente de la galería Cano (c/ Alonso Cano, 7). En su galería muestran obra: Pilar Sagarra, Mónica Mittendorfer, Francisco Recuero, Guadalupe Luceño, M Luisa Valero, Charo Crespo, Javier Larrumbe y Pilar Pérez Hidalgo. Precios: de 200 a 600 euros. 
    Algunos coleccionistas conforman un políptico con pequeños cuadros de las mismas dimensiones.
La galería Ra del Rey (c/ Reina) también ofrece su tradicional muestra pictórica de cuadros 20 x 20, con obras de Carlota Cuesta, Charo Rincón, Carmen Pallarés, Adriana Zapisek, Pilar Suja, Pilar Engelmo…Hasta el 5 de enero de 2026.
Pilar Sagarra
Mónica Mittendorfer
Cuqui Valero
Paco Recuero
Charo Crespo
Pilar Pérez Hidalgo
Cuqui, Julia, Pilar y Mónica

Artistas 20 x 20 cm. en la galería Ra del Rey

DELAR ART "Let the Quantic BLOOM". Fundación Ernesto Ventós











miércoles, 17 de diciembre de 2025

ORIOL MASPONS, fotógrafo, en la Sala 54 del Museo de la Real Academia de San Fernando

Fotografía de Oriol Maspons

Del 17 de diciembre 2025 - 12 de abril de 2026


L.M.A.

        Madrid, 17 de diciembre de 2025. Ha tenido lugar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando la presentación a los medios de la nueva exposición de fotografía, Oriol Maspons. Han participado Tomás Marco, director de la Academia y Publio López Mondéjar, académico y foto-historiador. La muestra, décima de la serie Maestros de la fotografía en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, reúne una selección de doce obras de Oriol Maspons, miembro del grupo de fotógrafos de Barcelona.

    En esta ocasión es especialmente relevante el material bibliográfico y hemerográfico procedente de la colección Pedro Melero / Marisa Llorente, debido a la múltiple aparición de la obra de Oriol Maspons ilustrando cubiertas de libros, revistas y discos.

    La sala de fotografía se ha consolidado dentro del museo de la Academia, con la voluntad de extenderse en el futuro, si bien su tamaño es reducido, las obras que se muestran son fundamentales en la historia de la fotografía española. Iniciado por Alberto Schommer, los fondos de fotografía moderna de la Academia han seguido creciendo y conformando una colección excepcional que se muestran por autores en este espacio.

    Oriol Maspons (Barcelona, 1928-2013) fue uno de los más activos e influyentes fotógrafos de la Escuela de Barcelona, de la que fue uno de sus miembros más insignes. En 1951 ingresó en la Agrupación Fotográfica de Cataluña y dos años después comenzó su amistad con Catalá-Roca. Entre el salonismo de la Agrupación y el talento de Catalá, no tuvo dudas: eligió al maestro. En 1953 fue enviado a París por una compañía de seguros. Allí frecuentó los ambientes fotográficos y conoció a Robert Doisneau, Cartier Bresson, Brassaï, Guy Bourdin y a los miembros del influyente Grupo Los 30 x 40. Cuando en 1956 regresó a Barcelona, ya sabía que iba a ser fotógrafo, pero no un diletante aficionado como sus antiguos compañeros de la AFC, sino un fotógrafo profesional, capaz de hacer reportajes, retratos y fotografías de moda y de publicidad. 

    Desde entonces, y durante casi medio siglo, no dejó de trabajar para la prensa, las editoriales, los estudios de cine y las emergentes compañías publicitarias. En tan largos años reunió una obra importante, que comenzó a hacerse pública a partir de los años setenta. Asimismo, ha estado presente en todas las exposiciones, antologías y jornadas fotográficas importantes celebradas en España y países de Europa y América. Con el tiempo, se convirtió en uno de los ciudadanos más populares de su ciudad, que le premió en diversas ocasiones.

    “En la obra de Maspons -ha escrito Lluis Permanyer en el prólogo de uno de sus libros- conviven con toda naturalidad dos mundos bien distintos, el amable y mundano con el surrealista y denunciable. Tal dicotomía es habitual en él, ya que en el fondo no se plantea posiciones ideológicas, sino que hace en todo momento y en cada etapa lo que le pide el cuerpo y la cámara, porque casi siempre ha sido un ojo que vive tras el objetivo”.        Maspons trabajó siempre de una manera intuitiva, alejado de toda disciplina estética, mostrando siempre los aspectos más disonantes de la realidad. Así ha sido capaz de hallar la belleza en los ámbitos más variados del universo del tardofranquismo y de los umbrales de la democracia. Así fue capaz de legarnos una estampa comprensiva y deslumbrante de aquellos años de penitencia.

    Siete años después de su muerte, el Museo Nacional de Arte de Cataluña le dedicó una extraordinaria exposición antológica, significativamente titulada, La fotografía útil, que reunió sus obras más conocidas y muchas de las que habían quedado ocultas en el desorden de su archivo, dice Publio López Mondéjar, Académico. Sección de Artes de la Imagen.



SHIMAGUNI. Atlas narrado de las islas de Japón





J.S.A.

18/12/25.- Madrid.- Nórdicalibros publica el libro, en pasta dura, “Shimaguni. Atlas narrado de las islas de Japón, escrito por Francesca Scotti y Uragami Kazihisa.    Un libro que nos invita a conocer Japón a través de sus islas, su cultura y su historia. 
    Dice el mito que Japón nació por voluntad divina de una lanza sumergida en el océano: los terrones de sal, que gotearon de su punta al ser extraída, formaron la primera isla. Son fragmentos que mantienen su individualidad al mismo tiempo que forman parte de un todo más complejo. 
    El recorrido de este atlas, que va desde la nevada Hokkaido hasta la tropical Okinawa, está hecho de verdad y narración: las islas son verdaderas —historia, naturaleza, geografía, cultura—, su exploración es narrativa. Las evocadoras ilustraciones de Uragami Kazuhisa impregnan nuestra mirada con el inmenso encanto japonés.
    «Shimaguni es un Atlas poético que permite vivir Japón, un “país archipiélago” (en japonés “shimaguni”), en sus detalles, lejos de las metrópolis y de los puntos de vista mediáticos comunes. 
    La pluma de Francesca Scotti, en su atlas “hecho de tierra y mar”, acompaña al lector en una exploración maravillosa e inédita para descubrir el archipiélago del Sol Naciente», escribe Carlos Tortarolo.



CHARLES VILLENEUVE, PINTOR VIRTUOSO DEL DIBUJO Y LA ACUARELA. Visita de AMCA




        18.12.2025.- Madrid

Es uno de los nombres más brillantes de la actualidad en el campo del arte. No sólo pinta, hace arte aplicado, muebles de diseño y libros, que resultan piezas de colección. Se define a sí mismo como un artesano, comenzó trabajando la madera como ebanista, estudiando después diseño y arquitectura. Arquitecto, diseñador, ebanista y pintor. Pero cuando contemplamos su obra, asohora, vemos que se trata de un virtuoso del dibujo y la acuarela. Pareciera que pinta el rumor del agua y el bisbiseo del viento, que hace titilar la luz, que espejea como un arcano.
    En octubre de 2021 expuso en Casa de Vacas del Retiro, con un éxito descomunal: 92.193 visitantes en veinte días de exposición. Causó gran conmoción su imaginario y, sobre todo, la evidencia de su proceso de ejecución. Él diseñó y montó la exposición, así como las vitrinas y el mobiliario, diseñado y hecho todo por él mismo. ¡Es difícil olvidar el trasiego de personas y la admiración púbica que produjo!
    El sábado 29 de noviembre, la visita a su taller, programada por AMCA, se transformó en una mágica performance. Su taller, un edificio de tres plantas, barrio de Carabanchel, es poco común a día de hoy. En la tercera, su rincón de las ideas, rodeado de sus libros esboza, ensaya, idea, diseña el trabajo que luego lleva a cabo. En la segunda, el taller de ebanistería, cuajado de herramientas, muebles en marcha y objetos. En la primera, sus obras, el taller de pintor que celebra el epitalamio del dibujo y la acuarela.
    Charles Villeneuve, Nantes 1971, pertenece a una familia de artesanos y en ella forma el oficio. Comienza a trabajar como arquitecto, pero lo que le satisface es la pintura. Deja todo lo demás y se consagra a la acuarela a través de sus evidentes dotes de dibujante. Una estancia formadora, en la Casa de Velázquez, le ligan a Madrid y desde los inicios de siglo reside entre nosotros, exponiendo regularmente en Francia, Italia y España.
A todo esto, le precede la obtención del Premio Nacional de Arquitectura de la Academie de Beaux Arts de París, en 1997, lo que antes fuera el Prix Roma. Luego ha obtenido numerosos galardones, internet está repleto de sus referencias. Si voy a comentar su sensibilidad y osadía, su chispa creativa, su capacidad de crear nuevas sensaciones al espectador. Y su maestría para la composición, que es determinante.
    Nos ha recibido ante la obra que tiene en ejecución, una vista de París, inédita, impresionante, desde la noria de la Concorde, que permite una vista de águila, en la que el aire abraza el corazón de la ciudad exornado del misterio parigot y de la luz plateada. Y lo ha hecho analizando la luz de Seurat y de la que el proyecta para dirigir nuestra mirada en la cartografía de su icono. Ha explicado su proceso, desde los blocs de apuntes, cuajados de dibujos y su interpretación de la acuarela como una meguez, siempre utilizando el blanco del papel.
    Villeneuve es el pintor de la luz, sea el asunto cual fuere. Cuando pinta Madrid, esa luz se vuelve más cruda, más azulosa, velazqueña; cuando París, aparecen los grises y los pardos, el centelleo argénteo del Sena y las sombras nostálgicas del acordeón. El gran pensador y poeta rumano, Lucian Blaga, en un aforismo decía: “Es verdad que las sombras se parecen a la oscuridad, pero son hijas de la luz”.
    ¿Qué hace de Charles Villeneuve un artista diferente? Su composición, su dibujo, su capacidad para resolver grandes panorámicas, con una sutileza y elegancia manifiestas. Su material, el papel y la acuarela. Su procedimiento, pintura del natural. Toma infinitos apuntes in situ, en cuadernos que exhibe, y luego en el estudio, con la morosidad del tallador de diamantes, da vida a esas enormes instantáneas, que subyugan. Paisajista urbano, a modo, pero también de interiores, retratista, calígrafo y botánico. 
    No trata de poner la pintura a merced de la acuarela, sino de hacer realismo con la ductilidad de la acuarela. A menudo vemos pintura a la acuarela con carácter obsoleto, enmarañado y confuso, pero hasta la mancha debe estar definida. Con él, la acuarela se limpia, se poetiza, se atreve, vibra, aspirando a la perfección y la belleza ¿No es eso al arte? Su pulcritud, su valentía, su acierto, sus novedosas soluciones hacen de su obra un idiolecto que le distingue y le ensalza. Une al rigor de sus formas la sensación mágica de los ambientes, que transforma en vistas espectaculares seduciendo al espectador.
    Inteligente a la vista, además es un hombre culto, leído, bibliófilo, al día de las novedades. Salta de la Perspectiva pictorum del jesuita Andrea Pozzo a Who Paid the Piper? de Frances Stonor Saunders; De Re Aedificatoria de Leon Battista Alberti a los diseñadores de Oviedo, de Joachim du Bellay a Francis Vielé-Griffin, del pintor danés Vilhelm Hammershoi a la música de Satie. Del olvido a la memoria, de Homero y la Odisea a Kavafis y Borges, príncipes de Ítaca. Una obra que imbrica realidad y ficción, ensueño y referencia, emoción y misterio, cercana, seductora, deslumbrante, pulcra.
    Entre los presentes en este encuentro afortunado con un Villeneuve volcánico y feraz: Esther Plaza, Manoli Ruiz, Margarita Gámez, Fran Úbeda; Vidal Abascal y Cristina Rodríguez Sastre, con sus hijos encantadores; Ana Resler, Mª Teresa García Buey y César San Pablo, Tono Brotons, Malen Olmedilla, Emilia de Dios, Julia Roncero, Ángel Pedro Gómez, Ángel Martínez Ballesta y el abajo firmante, que le agradece su acogida en nombre de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte.
    Tomás Paredes