sábado, 21 de noviembre de 2015

Miguel Ruiz Trigueros, autor del libro "Los bailarines de Kronvalda"





Julia Sáez-Angulo


         Miguel Ruiz Trigueros es el autor del libro Los bailarines de Kronvalda, una novela publicada en edición personal, que se desenvuelve en diversas geografías y ciudades, dotándola de un marcado aire cosmopolita.

         Su protagonista, un profesor universitario que contempla el paso del tiempo y como sus aspiraciones, sueños, anhelos y ambiciones van  orillándose en el juego de vivir, aceptar y rechazar la sociedad ambiente en el que uno inexorablemente ha de vivir.

M. Ruiz Trigueros

                  Miguel Ruiz Trigueros (Málaga, 1961) reside en Málaga después de una vida de globre trotter entre Europa, América Latina y Estados Unidos.  Viajar es un observatorio elevado, desde el que el autor ha visto y vivido en propia carne y ajena, lo que sucede a medida que avanza el tiempo como medida de las cosas.

         Ruiz Trigueros dirige  tertulias culturales de filosofía, filosofia da historia y economía en Málaga. Lo que la Unesco denominaría un “animador cultural”. Un hombre culto y erudito.

         Narratividad y sentimientos emotivos en un profesor, Gabriel del Valle, se dan la mano en este libro de Ruiz Trigueros. Descripción externa e intimidad de los personajes se entrelazan para contar la historia. Lisboa y San Francisco, como referentes, entre otros lugares.
        
         La novela  comienza así:¿Que hacia yo subido en aquel tren con rumbo a Oxford? Era un vagón de primera clase y excepto por el terciopelo de color Burdeos de las butacas y la cercanía del maquinista, nadie diría que se diferenciaba mucho de los vagones de cola, donde unos turistas americanos se habían instalado con mochilas repletas de latas de bebida, ávidos de nuevos objetivos para sus cámaras polaroid. Algunos de ellos se entretenían...

         Novela amena, bien escrita, que se antoja en buena parte autobiográfica, en sintonía con la denominada auto-ficción. Lástima que el libro sea una edición personal; queda extraño. Es preferible que los libros salgan siempre de una editorial ajena al propio autor, que facilite la distribución.


         

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