Julia
Sáez-Angulo
29/07/17 .- La Audiencia
Provincial de Madrid ha fallado sobre el autobús de Hazte Oír, que fue retirado
por autoridades municipales y comunitarias de la capital, entre otras ciudades,
organizando un gran escándalo público con graves acusaciones para sus
promotores. Éstos solo pretendían establecen un debate de opiniones sobre la
ley LGTB, denominada ley mordaza, porque obliga a todos a pasar por sus horcas
caudinas de pensamiento, opinión y conducta, sin alternativa posible de
discrepancia. Los promotores con un niño y una niña en a la vista exterior del
autobús discrepaban de la LGTB impuesta.
El fallo judicial no puede
ser más claro: "Admitir la
persecución de ideas que molestan a algunos o bastantes no es democrático y
supone apoyar una visión sesgada del poder político como instrumento para
imponer una filosofía que tiende a sustituir la antigua teocracia por una nueva
ideocracia".
Más claro, imposible; más
silenciado el fallo, también. La LGTB es la nueva Inquisición ante los ciudadanos: padres, profesores,
creyentes… ¿dónde está ahora la rectificación y acogida de la alcaldesa y la
presidenta de la Comunidad de Madrid del PP? Solo saben apuntarse a lo progre y
a imponerlo, sin permitir valores diferentes o en contra.
Hay dictaduras moderadas por la corrupción en el tiempo como
la de Franco y democracias segadora de libertades, como la de Hitler, que lo
llevó al poder. Los españoles hemos conocido ambas cosas. La democracia de España
lleva camino de siega de libertades, con tantas prohibiciones de opinión y de
acción de sus ciudadanos y con tanta “senda marcada” para la cuestión de género
o para los toros, por poner ejemplos.
Hacer política no es utilizar laboratorios sociales, experimentar
e imponer las paridas de los think tank de cierta minorías –con frecuencia
venidos de fuera- porque suenen a progre.
Léase de nuevo el fallo de la Audiencia Provincial de
Madrid. No hay nada más que decir.
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