miércoles, 30 de octubre de 2019

VICENTE ARAGUAS PRESENTA “75 SAUDADES PARA ASCENDER AOS CEOS”, DE MANUEL VILANOVA, EN EDICIÓN BILINGÜE GALLEGO-CASTELLANO



Considerado el “testamento poético” del autor, recientemente fallecido



L.M.A.


Madrid, 30 de octubre de 2019. El profesor, escritor, crítico y traductor Vicente Araguas presentó hoy en la Delegación de la Xunta en Madrid/Casa de Galicia el libro “74 saudades para ascender aos ceos”/“74 saudades para ascender a los cielos”, el último poemario de Manuel Vilanova, recientemente fallecido. El poemario, traducido por Araguas al castellano, prologado por Manuel Forcadela y editado en la colección de poesía de Pigmalión, es considerado el “testamento poético” del autor, al que se rindió homenaje póstumo con la publicación y presentación de la obra.
Intervinieron en la presentación Vicente Araguas, el presidente del Grupo Editorial Sial-Pigmalión, Basilio Rodríguez Cañada, y el coordinador de Actividades de la Casa de Galicia, Ramón Jiménez, quien lo hizo en representación del delegado de la Xunta y director de la Casa, José Ramón Ónega.
Jiménez explicó que cuando la obra “estaba a punto de enviarse a imprenta se produjo el fallecimiento de su autor, en marzo de este año”. “Impresiona el hecho de que escribiera estos 74 poemas a sus 74 años, como si adivinara su destino de broche final, de recapitulación existencial a su brillante obra, considerada como renovadora de la lírica gallega contemporánea. De entre sus poemarios, debe indicarse que el titulado ´E direivos eu do mister das cobras´, de 1980, suele citarse como el más innovador del género en Galicia”, expuso. Añadió que Vilanova fue elogiado por Álvaro Cunqueiro, por Varela Jácome y por Fernández del Riego, escribió su obra en español y en gallego y “marcó un cambio de rumbo fundamental en la poesía gallega”.
Rodríguez Cañada recordó que este es el último libro escrito por el poeta Manuel Vilanova y afirmó que se ha convertido en su testamento poético. “No hay que preocuparse por la muerte / ya que no es más que un sueño / y acabar muriendo es un oficio…”, recitó algunos de sus versos. El editor afirmó que Vilanova, “nacido en Barbantes, Ourense en 1944 y fallecido en marzo de este año, es uno de los grandes poetas gallegos de todos los tiempos”. “Consciente de que su estado de salud no iba a darle mucho más tiempo, Manuel Vilanova se despide en esta obra de todo lo que ama. Lo hace echando la vista atrás sin dolor ni amargura. Vuelve a ser el niño que tenía la vieja ciudad de Orense como campo de juegos y que contemplaba el mundo por primera vez”, explicó. 74 poemas, 74 saudades (“Siento nostalgia de las voces de mis amigos de pantalón corto…”), son, dijo, “evocaciones de lo que no ha de volver, de aquello que convirtió al niño en hombre y al hombre en poeta”.
Araguas también abundó en la idea de que este libro, “desgraciadamente póstumo, es el testamento poético de Manuel Vilanova, uno de los poetas más grandes de Galicia en los últimos cuarenta años”. Autor de una obra "de culto" (los tiempos ligeros no pueden digerir tanta belleza, conceptual y formal, en todo su volumen), Vilanova alcanza altura rayanas en lo místico. Este último libro es un canto emocionado a Ourense capital. También a Barbantes, cuna y camposanto de Manuel. Un libro doloroso y dolorido, que vuelve a la niñez para retratarnos al adulto reflexivo y enamorado. Un libro inmenso", mantuvo.

En el Prólogo del libro, Forcadela expone que “a sus setenta y cuatro años”, Manuel Vilanova “escribe un libro de setenta y cuatro poemas. Un libro que es una recapitulación existencial y, por tanto, un ajuste de cuentas con lo vivido. Se trata de dar un vistazo al relato del camino, generalmente llamado autobiografía. Pero no olvidemos que estamos ante uno de los más grandes poetas que haya dado nuestro país en su milenio, ya sobrado, de existencia y que, por lo tanto, esta codificación del mundo, representado y percibido por los sentidos del autor no se producirá de manera común. Más bien, modificado por la originalidad de su peculiar voz”. Precisa además que es la serie de poemas “breves” más extensa del poeta, que “rara vez ultrapasan la página y que son fruto de la contención, del comedimiento”, y que en ellos la voz de Vilanova “se sitúa en un tiempo, la infancia, y en un lugar, Ourense, para revelarnos el mundo como un cosmos, como la organización perfecta de la felicidad”.

Manuel Vilanova (Barbantes, Ourense, 1944 – Vigo, Pontevedra, 2019). Cursó sus estudios de bachillerato en dos internados de Vigo y Santiago. Estudió Filología románica en Compostela, donde leyó su tesis de grado sobre la poética de Alberti. Fue profesor de métrica en la misma universidad y doctor por la UCM con un estudio sobre la soledad en la obra de Cernuda. Colaboró con notas de crítica en Cuadernos Hispanoamericanos y otras revistas. Ejerció el periodismo ocasionalmente y por divertimento. Desde el año 1975 hasta la jubilación fue catedrático de Lengua y Literatura españolas en Vigo.
Es autor de aproximadamente 1.300 poemas en gallego y castellano. Su poesía está recogida en los siguientes libros: Mejor el fuego (1972), El cazador de días (1977), A tarde chea de verán (1979), E direivos eu do mister das cobras (1980), A lenda das árbores de prata (1985, Premio da Crítica Galega), Casa para los ojos (1988), El quinto cáliz (1997), El corazón del pan (2002), A esmeralda branca (2006, Premio Nacional de la Crítica Española), Antonio das Mortes e a Muller de Verde (2010), Nin sequera no ceu (2011), Querido valle de lágrimas (2014), Un banco na Gran Vía (2016), Tres cantigas a Dionisio (2016, con grabados de Juan Carlos Ramos Dionis) y A substancia das horas (2017).

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