martes, 30 de junio de 2020

Esperanza d´Ors, escultora de la figura humana andrógina y exenta de ropajes. EXPOSICIÓN VIRTUAL


Mimética desilusión. El signo de los tiempos , 2015-2016





Esperanza d´Ors interpretando "Diario de un loco" de Lu Shun, dirigida por el dramaturgo Ignacio Amestoy (1975)

L.M.A.

03.07.2020 .- Madrid.- Esperanza d’Ors, proveniente del campo teórico del arte, realiza su primera exposición como escultora a los treinta años, siguiendo, como ella suele decir, “la llamada de la sangre”, pues su abuela paterna María Pérez-Peix, alias TELUR, fue una pionera que, a comienzos del siglo XX, inicia su actividad escultórica profesional, llegando a realizar tres exposiciones individuales, en Barcelona, en París y en el Lyceum Club de Madrid.
D’Ors es una artista que utiliza la figura humana, sola o en grupo,  como centro de su trabajo, pero siempre exenta de ropajes y con un marcado carácter andrógino.
Formada en el valor del palabra humanística (Licenciada en Literatura Hispánica, UCM), profundizó en el valor gestual del cuerpo y la figura humana, en sus estudios de Arte Dramático (RESAD) y sobre la escena, entendiendo hoy, en nuestra contemporaneidad, la defensa de dicha figura como una respuesta al poshumanismo iconoclasta que vivimos: “¡El hombre, ha de ser siempre el centro del universo!”.
Sus figuras, las más de las veces insertadas en paisajes de carácter metafísico, hablan de nuestro carácter itinerante y poseen unas profundas reminiscencias clásicas que remiten a la antigüedad clásica, a Grecia, a Roma, a Egipto y a Asia, por lo que no resulta extraño que en 1991, recibiera por sus Ícaros, la Medalla de Oro de la Bienal de Alejandría.
Su trabajo parte de la leyenda de los mitos clásicos, en una personal lectura por la que desfilan Prometeo, Sísifo, Ícaro y Narciso, o Afrodita Pandora y Penélope, consiguiendo con ello llevarnos a la reflexión sobre la condición humana.

Le avalan más de una treintena de exposiciones individuales y una docena de monumentos en ciudades españolas. Y lo que constituye para ella, hoy en día, su reto cotidiano, es la inserción de la escultura --liberada ya de su carácter textual, narrativo y ejemplificador, a la que se vio sometida durante siglos-- en el arriesgado escenario de la ciudad contemporánea, respondiendo al auténtico sentir de nuestro tiempo democrático, para lograr de igual modo con ello, la recuperación de su valor primigenio: hablar de los anhelos profundos del hombre y su combate, desde el principio de la Historia, para vencer la soledad.

Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/2010/10/esperanza-dors-ha-expuesto-hombres-como.html

 Contenedor humano ,2017


El regreso de Ícaro con su ala de surf. Obra pública, Puerto de Alicante 1998

 Las sirenas que provocaron a Ulises , 2000


3 comentarios:

Lou Ventura dijo...

El trabajo de Esperanza D,Ors, que admiro hace mucho tiempo, pone a los seres humanos en el centro del universo, como las esculturas de Rodin o Giacometti, sus figuras nos estremecen porque tienen en ellas todo lo grande y todo lo vulnerable del humano, de un modo abstracto, mas que hombres o mujeres, son cuerpos que encierran un eapíritu vivo, y nos sentimos aludidos, porque los conocemos bien

Carlos Uralde dijo...

Las composiciones de Esperanza D’Ors parten de una conciencia sobre nuestro entorno, hoy ensanchado a todo el planeta, a toda la Humanidad. Sus creaciones tienen maestría y personalidad, pero también un mensaje implícito que, en unos casos quedan resumidos en la hermosura del ser humano, y en otros, dejan claramente explicitadas nuestras debilidades y pecados. Véase el primero de esta serie, en donde la artista nos enfrenta al “mimetismo” que aleja a nuestros contemporáneos de la capacidad de pensar por sí mismos, de discernir, de generar nuevas ideas y originales propuestas, que distinguen al individuo de la manada. La obra es muy bella, pero –además– es también alertadora.

Anónimo dijo...

Soberbia escultura más allá del re3alismo