viernes, 19 de marzo de 2021

“Cornucopia”. Reseñas de literatura contemporánea (2006-2020)”, de Ariadna G. García con prólogo de Javier Lostalé




Julia Sáez-Angulo

-18/3/21.- Madrid.- La crítica literaria es un arte cuando se hace bien. Ariadna G. García ha querido codificar o acoger en un solo libro las críticas dispersas en distintos medios y fechas, ordenándolas por autores españoles y extranjeros -sin dejar fuera a las autoras-, así como por fechas. El resultado es este libro titulado “Cornucopia”. Reseñas de literatura contemporánea (2006-2020)”, que ha sido publicado por la editorial Polibea en la colección “la espada en el ágata”.

El escritor Javier Lostalé dice en el prólogo que “Cornucopia” es un libro de consulta, de aprendizaje, que nos invita también a la lectura y a la relectura. Un ejercicio de estilo y una obra literaria en sí misma. Una lección de literatura encarnada, sujeta al tiempo, pero con sueño y deseo de eternidad”. 

La lectura de este libro invita a asentir o discrepar con igual placer en ambos sentidos. Hay afirmaciones variadas como la que Amalia G. García escribe a propósito de Carmen Jodra: “Sé que la poesía, salvo excepciones, no suele ser santo de devoción del que guste alardear (desplazada, sin duda, por el mayor prestigio social que tienen otros géneros), sino que, por el contrario, exige un culto privado (circunscrito a la esfera de lo doméstico) que se venera en la intimidad de una habitación propia, caso distinto del de la novela, que suele consumirse en espacio públicos, como el metro).

De Javier Lostalé, la autora dice: “Sus horas de escritura se parecen a las de un artesano, modela lentamente hundiendo sus manos en el corazón del barro. Trabaja hasta mancharse con la vida. Pero son sus poemas sutiles, refinados y profundos, lo mismo que vasijas de cerámica. Su obra, estoy segura, pervivirá en el tiempo. “No hay olvido posible” para tan alta poesía”.

De Pureza Canelo, Amalia G. afirma que “lo mismo que Cernuda y Unamuno pretende levantsas “un poema sin lindes para saludar a quien por nuestro lado pase”; abriga la esperanza de que “un surco mío pudiera alguien prolongarlo en una porción de tierra”.

Angelina Gatell se empeña en mantener la llama de lo sido para calentarse en la vejez, pero también -confiesa- “porque el olvido/ solo nos hace frágiles”, explica la autora. De Gloria Fuertes, señala su libro “Me crece la barba”, antología que da oportunidad a los lectores de romper la barrera de los prejuicios. A Elena Quiroga la califica de gran novelista, “una de las mejores del siglo XX”, una mujer, que pese a la marginación femenina fue tejiendo su obra literaria sin descanso.

De Ramiro Pinilla la autora destaca que “fue ajeno a los focos y las prisas editoriales, a las imposiciones del mercado y a cuanta injerencia pudiese manipular el contenido y los tiempos de sus libros. “Escribió una obra rotunda, tan original como invisible”. De José María Bermejo recomienda su “Cuaderno griego”, un baño en el clasicismo en el que todos nos sustentamos.

Y así, toda una sucesión de juicios, afirmaciones, negaciones, énfasis y preferencias que gustará a los amantes de la crítica literaria, del análisis de texto, que se decía en nuestro Bachillerato.


1 comentario:

Ariadna G. García dijo...
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