[Del
26 de octubre de 2016 al 25 de febrero de 2017]
L.M.A.
Desde el centro de Europa. Fotografía
checa, 1912-1974, presenta en estas páginas una historia de más de sesenta años: la de la
fotografía artística de la actual Chequia, uno de los países de la Mitteleuropa
donde florecieron con especial intensidad tanto la vanguardia fotográfica de
los años veinte y treinta como la fotografía del surrealismo y el informalismo.
El Museu Fundación Juan March de Palma acoge entre octubre de 2016 y febrero de
2017 más de un centenar de fotografías —entre piezas individuales y obras
pertenecientes a grupos o series—, además de unos cuarenta libros y revistas
editados en la antigua Checoslovaquia, en los que se muestra el uso
característico de la fotografía en las publicaciones de la época. La exposición
itinerará posteriormente al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.
Todas las piezas proceden en
su totalidad de la Colección Dietmar Siegert (Múnich) que, por su
especialización y por la cualidad individual de las obras de su fondo
fotográfico, permite contar esa historia, muy desconocida, combinando la visión
de conjunto con la atención a la subjetividad de cada fotógrafo. El resultado
es un fresco fascinante y variado en el que se combinan nombres
internacionalmente reconocidos —como los de František Drtikol, Karel Teige o
Josef Sudek, con brillantes desconocidos, algunos de ellos casi inéditos, como
Alois Nožička o Miroslav Hák— y corrientes como el surrealismo, el
constructivismo, cierta fotografía subjetiva y el informalismo, que inundó la
postguerra mundial y que en la antigua Checoslovaquia significó la alternativa
expresionista y libre al realismo socialista, el “estilo ” artístico oficial.
La antigua Checoslovaquia
fue, a lo largo de su compleja historia, un país centroeuropeo a medio camino
entre la Europa occidental y la oriental, a pesar de su forzada adscripción al
bloque del Este durante la larga guerra fría. De la mano de Teige y de su
revista ReD (Revue Devětsil), en la que se recogían las últimas creaciones de
la asociación artística Devĕstil a la que él pertenecía, el país conectó desde
muy pronto con todos los grupos de vanguardia de otros países europeos, como
los futuristas, los surrealistas o los constructivistas, entre otros. Al igual
que en el norte y el sur de Europa, las vanguardias históricas también cedieron
su lugar en la antigua Checoslovaquia, tras la guerra y durante los años de
posguerra, al informalismo: de sus imágenes de desconchados, grietas y
destrucción surge la rara belleza de las fotografías de Emila Medková, Čestmír
Krátký o Ivo Přeček, entre otros, ampliamente representados en esta exposición.
Muchos de los trabajos
fotográficos de los autores aquí escogidos acabaron ocupando la portada de
revistas y publicaciones, un ámbito de la creación curiosamente menos
intensamente vigilado por la censura comunista. Un gran número de esas
cubiertas, creadas por los mismos artistas que definieron la vanguardia (y no
por diseñadores profesionales que intentaran imitarla), ponen de manifiesto el
alto nivel del diseño gráfico checo de la época. La colaboración entre las
distintas artes —poesía, fotografía, arquitectura, pintura o danza— dio lugar a
piezas bibliográficas excepcionales, que permiten repasar la influencia de la
vanguardia artística checa en el mundo editorial y que se convirtieron
—transformando los escaparates de las librerías en auténticos espacios
expositivos— en una forma de difusión y expresión de la libertad de los
artistas muy eficaz, por ser casi la única posible en un contexto oficial
cerrado y antagonista.
Desde
el centro de Europa. Fotografía checa, 1912-1974 itinerará posteriormente al
Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca y está acompañada de un catálogo en
castellano, con ensayos, textos biográficos y diversa documentación a cargo del
historiador y especialista checo Zdenek Primus.
Simultáneamente a esta muestra, se ofrece también en
el Museu la exposición de gabinete Grabados de
Picasso en la colección de la Fundación Juan March
Hasta el 4 de febrero de 2017
Pablo Picasso (Málaga, 1881 - Mougins, 1973) concedió
siempre una enorme importancia al grabado. Aunque utilizó esa técnica a lo
largo de toda su vida, en la década de los años 30 realizó varias series de
aguafuertes, consideradas desde entonces entre los ejemplos más relevantes de
la historia de la estampa.
Como muestra de la importancia que Pablo Picasso
(Málaga, 1881-Mougins, 1973) concedía al grabado, se presenta en esta ocasión
una selección de obra de los fondos de la Fundación Juan March que permite
recrear la trayectoria del artista en sus inicios y reconocer las cuestiones
formales e iconográficas que le interesaban. Así, en el conocido aguafuerte Le repas frugal [La comida frugal]
(1904), Picasso recurre al tema de la pobreza, característico de su periodo
azul, mientras que las escenas de circo expuestas pertenecen al periodo rosa y
reflejan su atracción por la vida cotidiana de los acróbatas. Se muestran
también grabados cubistas en los que Picasso intenta romper la perspectiva
tradicional y configura objetos descompuestos en tantos planos como posibles
puntos de vista.
Todas las
exposiciones:
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