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jueves, 19 de enero de 2017

Sampedro, Gloria Fuertes, Juan Rulfo, Umbral y Carmen de Burgos. Muestras bibliográficas 2017




L.M.A.

-19 de enero de 2017- A lo largo del 2017 se presentarán en el vestíbulo italiano de la Biblioteca Nacional de España diversas muestras bibliográficas en homenaje a varios escritores de habla hispana.

El año comenzará con Las Lecturas de José Luis Sampedro (1917- 2013): Amo los libros pero no me gusta coleccionarlos, una selección basada en el escritor, del que este año se cumple el centenario de su nacimiento. En el año 2007, José Luis Sampedro, dentro del ciclo La biblioteca de, organizado por la BNE, habló de las lecturas que, a lo largo de su vida, más le habían influido en su escritura, las cuales se han reflejado en esta muestra. Tendrá lugar en la antesala del Salón de Lectura desde el 1 de febrero al 16 de abril.

Sampedro, escritor y economista, estudió Ciencias Económicas en Madrid, carrera que terminó en 1947. Ha trabajado en el Banco Exterior de España, en el que ocupó diversos puestos, y ha sido Catedrático de Estructura Económica por la Universidad Complutense de Madrid, además de ejercer la docencia en las universidades de Salford y Liverpool. Entre 1977 y 1979 fue Senador por designación real y desde 1990 perteneció a la Real Academia Española hasta su muerte.

El resto de muestras que ofrecerá la BNE son las dedicadas a Gloria Fuertes (20 abril al 24 junio), Juan Rulfo (28 de junio al 9 de septiembre), y Francisco Umbral (13 septiembre al 18 noviembre).

La poetisa Gloria Fuertes (1917- 1998)  inicia su interés por las letras a la temprana edad de cinco años, cuando ya escribía y dibujaba sus propios cuentos. Empezó a escribir versos a los catorce años, a los quince los leía en Radio España de Madrid, y a los diecisiete dio forma a su primer libro de poemas, Isla ignorada, que sería publicado en 1950. Al fallecer su madre en 1934, entró a trabajar con diecisiete años en Talleres Metalúrgicos, y al año siguiente publicó sus primeros versos y dio sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid. Aunque siempre se definió como «autodidacta y poéticamente desescolarizada», su nombre ha quedado ligado a un movimiento literario, la generación del 50.

Por su parte, Juan Rulfo (1917-1986) fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52.[] Su reputación se asienta en dos libros: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete relatos y publicado en 1953, y su única novela, Pedro Páramo, publicada en 1955.  La contribución del autor a las letras hispanas fue premiada con el  Príncipe de Asturias en 1983.
En el caso de Umbral (1932-2007), fue un poeta, periodista, novelista, biógrafo y ensayista español. Su calidad literaria viene dada por su fecundidad creativa, su sensibilidad lingüística y la extrema originalidad de su estilo, muy impresionista, de sintaxis muy suelta, metafóricamente muy elaborado y complejo, flexible para los matices más esquivos de la actualidad, abundante en neologismos y alusiones intertextuales y, en suma, de una exigente calidad lírica y estética. Esta particularidad le hace especialmente intraducible y en consecuencia es un autor apenas vertido a otros idiomas y casi desconocido en el extranjero. Francisco Umbral es «uno de los primeros prosistas de la lengua española del siglo XX», según Fernando Lázaro Carreter, y Miguel Delibes lo califica como «el escritor más renovador y original de la prosa hispánica actual».
Como columnista practicó una especie de costumbrismo desclasado y antiburgués que no renunciaba al yo más intensamente romántico, e intentaba dar a lo cotidiano, en palabras de Novalis, la dignidad de lo desconocido, mezclando calle y cultura e impregnándose a veces de una desolada ternura. Como cronista político, Umbral hizo gala, además, de una gran acidez y mordacidad y una increíble intuición para captar la epidermis oculta de los asuntos.
El año lo cerrará Carmen de Burgos (1867-1932), que fue conocida por el seudónimo Colombine), de la que se conmemora el 150 aniversario de su nacimiento, en la exposición que se ofrecerá entre  el 22 noviembre, y el 13 enero de 2018.


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Periodista, traductora y activista de los derechos de la mujer española, se la considera la primera periodista profesional en España y en lengua española, por su condición de redactora del madrileño Diario Universal en 1906, periódico que dirigía Augusto Figueroa. Entre sus obras podemos encontrar ensayos como La mujer en España, y novelas como La mujer fantástica, de 1924. Firmó también con seudónimos como Gabriel Luna, Perico el de los Palotes, Raquel, Honorine o Marianela.



viernes, 25 de febrero de 2011

Roberto Fernández Balbuena, Fotografías en la exposición "Emulsiones históricas"



“Emulsiones históricas”
Fernández Balbuena
Galería Freijó
General Castaños, 7, 1º I; 28004 Madrid
Del 2 de marzo al 21 de mayo de 2011



Julia Sáez-Angulo

Arquitecto de profesión y reconocido pintor en las décadas de los años 20 y 30, Roberto Fernández Balbuena (Madrid, 1890 – México, 1966) cobra actualidad en una interesante colección de fotografías presentadas en la madrileña Galería Feijó. Su hija y heredera Guadalupe Fernández Gascón ha custodiado este valioso legado que ahora se presenta en la capital de España.

“Mi padre siempre llevaba la cámara colgada al cuello como un escapulario, para disparar una fotografía cuando veía un objetivo interesante, por esa razón no se le escapaban los momentos clave de una imagen”, ha declarado su hija Guadalupe, quien fue señalando las composiciones de objetos de su padre para fotografiarlas como bodegones en la intimidad.

Algunas de esas naturalezas muertas llevan dibujos o ilustraciones de Elvira Gascón Vera (Soria, 1911 – México, 2000), esposa de Fernández Balbuena, porque el autor así los dispuso para sus fotos. Este año se celebra el centenario de Elvira Gascón y la hija, que donó en su día diversas obras de sus archivos a la Residencia de Estudiantes, confía en que se haga la gran exposición de su madre como dibujante, cartelista, grabadora, esmaltista e ilustradora.

Junto a los bodegones, se presentan fotografías con paisajes de México, algunos tan hermosos como los reflejos solares entre ahuehuetes, árboles característicos del citado país, conocidos como “el árbol de la Noche Triste” bajo el que la leyenda cuenta que lloró Hernán Cortés.

Las piezas son de los años 50, cuando el escritor mexicano Juan Rulfo escribía la novela “Pedro Páramo”, y ambos, Fernández Balbuena y Rulfo, salían de excursión con sus cámaras y compartían su afición por la fotografía.


En los fondos del Museo Reina Sofía

La obra plástica de Fernández Balbuena, reconocida en España antes del exilio del autor en México, mereció diversos premios y medallas; más de una decena de pinturas de estilo noucentista figuran en los fondos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

La tarea cultural política de Fernández Balbuena la pudimos recordar y contemplar en una exposición reciente que tuvo lugar en el Museo del Prado para rememorar la operación de salvamento de sus obras durante la guerra civil española de 1936-39.

Durante la II República Roberto Fernández Balbuena fue presidente de la Junta de Salvación del Patrimonio y subdirector del Museo del Prado, así como agregado cultural en la Embajada de España en Suecia.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha publicado recientemente en un libro, la tesis de María Díez Ibargoitia bajo el título “Roberto Fernández Balbuena: la formación arquitectónica de un pintor”.

Más información www.freijofineart.com



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lunes, 17 de enero de 2011

Alberto Infante recita “Los Poemas de Massachussets” en Madrid



“Los poemas de Massachussets”
Alberto Infante
Ediciones Vitrubio
Madrid, 2009 (75 pags) 10 Euros




Pertenece a la fecunda saga de médicos literatos con don Gregorio Marañón a la cabeza. Alberto Infante ha llevado a cabo un recital de su último libro “Los poemas de Massachussets” en el aula de Poesía “Orillas de Ávila” en Madrid. El autor ha sido presentado por el poeta –a su vez farmacéutico- José Félix Olalla y por María Anunciación Guil Redondo, vicepresidenta del Hogar de Ávila en la capital de España.

Alberto Infante Campos (Madrid, 1979) es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense Actualmente trabaja como profesor de la Escuela Nacional de Salud Pública en Madrid. Su amor por la creatividad literaria se traduce en los poemarios “La sal de la vida” y “Diario de ruta” (2006), igualmente publicados por Vitrubio.

Según declaraciones del autor: “Los poemas de Massachussets” es mi libro de poemas más ambicioso hasta el momento. Escrito entre 2005 y 2006, arranca con una Oración a modo de conjuro para limpiarle al lector los malos humos y el polvo del camino. Le sigue Retrato en sepia con poemas antiguos que han resistido (me parece) los efectos del tiempo y la distancia; una suerte de paso atrás para tomar impulso y entrar en materia explorando lo absurdo e irónico de la vida en la tercera parte, No hay Godot en Becket, cuyos poemas suponen una evolución, hasta cierto punto lógica, del estado de ánimo, más optimista y vital, de mis dos libros anteriores (La sal de la vida y Diario de Ruta). Ironía y desaliento de los que ayuda a reponerse el retorno a los poetas preferidos que, como reza el título de la siguiente sección, Siempre están. Mi deuda con ellos es, y seguirá siendo, impagable”.


“Reconfortado, el poeta puede reemprender el viaje (¡siempre el viaje!), cruzar el Atlántico y recorrer bajo la dulce luz de agosto las colinas de Massachusetts: desde Salem, la cuna de Nathaniel Hawthorne, a las Berkshires, donde Melville escribió Moby Dick, pasando por Amherst y la casa de donde prácticamente no salió Emily Dickinson. El libro concluye con un largo poema en prosa para cuyo hilo conductor, a medio camino entre la esperanza y la desesperación, y modalidad expresiva, coloquial y dialogada a ratos, reconozco mi deuda con Ashbery. Su título es más que una mera declaración de intenciones: Sostenido destello en busca de algo”.

Un excelente recital


Infante es un excelente rapsoda. Lee, recita, declama y gesticula como un buen actor que sabe dar vida al verso. Reflexiona sobre la poesía y en el poema “Preceptiva” da una serie de consejos con sabor irónico para un poeta novel que termina diciendo: “Tembloroso, acércate a lo que queda”.


Para el autor, la poesía habla del amor (“comercio sentimental profundo”, lo definió con cierto humor), la vida y la muerte, al decir de Rilke y Juan Rulfo entre otros muchos poetas. Escritor culto, cosmopolita y viajero, los lugares le incitan al poema, como París, India, Massachussets...

Le gustan las variaciones sobre poemas de otros vates como “sobre un tema de Franz Wirgh” o de una cita de García Montero. También dedica sus particulares homenajes a poetas como Vicente Aleixandre o Lao Tse.


“La poesía tiene componentes de exploración y búsqueda, de revelación de algún secreto y de experimentación”, concluyó.

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