Meimouna Hached Khabou
Víctor Morales Lezcano
01.04.18 .- MADRID .- Unos cuantos devotos de la necesidad
histórica de seguir profundizando en el campo de los diálogos ribereños
─inter-mediterráneos, por excelencia─ estamos de enhorabuena. Veamos por qué.
Acaba de salir impreso un libro que
ha preparado la hispanista tunecina Meimouna Hached Khabou, de la Universidad
de la Manouba.
Se trata de un volumen que recoge
doce entrevistas realizadas a un abanico de españoles significativos del
“empeño” vocacional de dar a conocer sus percepciones y experiencias
individuales, no solo sobre la República de Túnez o el Magreb, sino también, y
en menor medida, sobre el fascinante, al tiempo que proceloso, palimpsesto
mediterráneo.
Nos hallamos ─creo─ ante una obra
que cumple sobradamente los fines propuestos: trasladar al lector la complejidad de las relaciones internacionales
entre España y los países de allende su frontera sur, tanto ayer como en la
actualidad.
Desfilan, a través de las páginas de
Diálogos ribereños II: conversaciones con
miembros de la élite española (ed. Diwan), los recuerdos, las expectativas
y los anhelos de dos diplomáticos, que hemos perdido, como fueron Alfonso de la
Serna (+ 2006) y Ramón Villanueva (+ 2018); de profesores e investigadores del
mundo árabe-islámico y sus conexiones con el orbe hispano, como es el caso de
Pedro Martínez Montávez, por hacer una mención indicativa.
En la praxis y metodología oralista
de que hacen gala la autora y sus colaboradores, se ha contado, también, con testimonios
de españoles transterrados al sempiterno Túnez ─referente vecino de moriscos,
cautivos de infieles, viajeros ocasionales y exiliados de finales de los años
30 del siglo XX─. Las páginas de estos Diálogos
ribereños no están exentas tampoco de un aliento humano que se alterna con
las sugestivas ─y controvertidas─ recuperaciones culturalistas en que abunda el
plantel más intelectual de los entrevistados.
Cierto es que, en más de una
ocasión, Diálogos ribereños… se
resiente del tiempo histórico en que estamos instalados. O sea, que aquello que
hace no demasiados años aparecía, y nos parecía de un modo dado, presenta ahora
un perfil “desobediente”, alterado.
Esta publicación, sin embargo,
arrastra al lector de turno y le incita a indagar en el palimpsesto que ha sido
─y es─ el mar entre tierras.
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