viernes, 28 de agosto de 2020

Mary Paz Hernández, poeta de “Amanecer de ocasos”



 Maripaz Hernandez, poeta. El Escorial, 2020



Julia Sáez-Angulo

            30/8/2020.- Madrid.- La poeta Mary Paz Hernández es la autora del libro de poemas Amanecer de ocasos (2019), publicado por la editorial Mundo Palabras. El libro se abre con la cita de Rabindranath Tagore: “La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”.
            El libro, que llega después de un primero Inspiraciones de luz (2009) se divide en tres partes: Sentimiento espiritual y amor; Búsqueda interior, y De la Sociedad y de la Naturaleza. Lleva varias ilustraciones de cuadros clásicos en solor.

            La poesía de Mary Paz Hernández Sánchez (Salamanca, 1953), está hecha de reflexión, de indagación, de cultura, de admiración por la belleza, la Naturaleza, la Mitología, la escritura… en todo ello se adivina una mirada curiosa y atenta.
Indago,
Y peregrino en Tu busca en mí misma,
Donde se esconden los amaneceres
Para que pueda alumbrar mis ocasos.

“… en ese camino a la sabiduría se hacen escasos los cinco sentidos para comprender un mundo en el que TODO va cambiando a cada instante, sublime verdad que el enigmático Heráclito captó hace ya veinticinco siglos y que el hombre de la calle parece haber olvidado. Bien haces Mary Paz en recordarnos estas verdades tan profundas que, a fuer de conocidas, están casi olvidadas”, escribe el filólogo José Nicás Montoto en el prólogo del poemario.

Me busco para percibir que existo
Y formo parte de la breve historia,
De una vida nacida exuberante
De promesas que están en el zaguán.

Anhelo y búsqueda se dan la mano en estos versos que rezuman filosofía existencia en algunos casos. “Lo raro es vivir” decía Carmen Martín Gaite. La trayectoria de la existencia es una sucesión de interrogantes, de perplejidades, sorpresa y asombros, que la poeta reconduce a sus versos.

Ecos mudos susurran en la mente,
mientras se van abriendo los postigos
enfocando los rayos la mesilla,
donde reposan silentes los libros
arcanos esperando conversar

El libro termina con el soneto Cauce que rebosa y pone de manifiesto el saber hacer de esta poeta, indagadora y luchadora. Se dice que el soneto es la prueba de fuego del poeta y ella la ha superado. Mari Paz Hernández, residente en El Escorial, cuenta con un tercer libro de poemas en la imprenta, que pronto verá la luz en estos tiempos inciertos de pandemia.

Más información
http://lamiradaactual.blogspot.com/2017/03/mary-paz-hernandez-poeta-invitada-de-la.html


Maripaz Hernández, escritora

*****

           AMANACERÁ PRONTO

                                   “Hay un cercano espejo donde se ven las alas/
                                   de pájaros que pasan” (Eugenio Montejo)

Mary Paz, por las tardes/retorna la tristeza;
rueda por las fachadas,/se esconde en los geranios,
acumula amarguras,/va secando miradas.
Ni siquiera los prunos,/con su color de aurora
alegran los rincones/del jardín destemplado
o la intensa ternura/que rezuman los sauces
pone breve nostalgia/en las ventanas altas.
En los tiempos de furia/los afectos fenecen,
las nubes del oeste/solo contienen barro;
las calles silenciosas/se llenan de vacío
y oscuras celosías/ocultan destemplanzas.

Se están atropellando/los siglos sin aliento,
crepúsculos antiguos/con sus soles dorados,
las sutiles caricias/en las pieles amadas,
las paces conseguidas/gracias a la inocencia
o aquellas cometas/y globos de colores
volando al infinito/en los días de infancia.
Ahora llueve con ganas/y está el mundo embarrado,
los amantes sollozan/en distintos desvanes
y políticos torpes/edifican esquirlas
escondiendo dolores/que a todos nos afectan.
.
Pero Cervantes dijo:/”nada dura cien años”,
no hay virus suficientes/para matar la risa,
ni existe en el planeta/de pájaros y besos
veneno suficiente/para drenar los lagos.
Luego vendrá la noche/con sus luces de agosto,
el orgullo solemne/de las rojas camelias,
el fuego y el destello/que envuelve a los humanos,
esos grillos brillantes/de élitros alegres;
la clara madrugada/iluminando acequias,
el enorme contagio/del amor, las manzanas,
los largos laberintos/de prados y magnolios,
mostrando los senderos/que ahora están cerrados.

Amanecerá pronto/y saldremos de viaje
llevando en la mochila/los paracetamoles,
las gafas de buceo,/la ilusión, la concordia,
imposibles sonetos/y sueños demorados:
unos irán al norte/en busca de gaviotas,
otros al sur, al este,/a las nuevas miradas,
a los días de vino/y al amor ya sin rejas,
a labios oferentes/y cuerpos sospechados.

Se irán celebrando/las fiestas atrasadas:
Feria de Abril, octubre,/verbenas en noviembre,
intimidades varias/al calor del otoño,
los drones vigilantes/ordenarán las playas,
helicópteros blancos/lanzarán azahares;
los niños, mariposas,/las abejas de cobre
llenarán los jardines/de forma inesperada,
correrán esas fuentes/con aguas de inocencia,
ahora confinadas/en medio del silencio.
Seguramente entonces/podremos abrazarnos.

Manuel Quiroga Clérigo,
Majadahonda, 12 de Mayo de 2020, con impaciencia, llueve.




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