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sábado, 7 de junio de 2025

ACACIA UCETA. Centenario de la poeta, celebrado en el Ateneo de Madrid


En el Ateneo de Madrid



    L.M.A.

    07.06.2025.- Madrid .- La Cátedra Mayor del Ateneo de Madrid celebró, el martes 3 de junio, el aniversario del nacimiento de Acacia Uceta, cuya larga trayectoria literaria, su sólida implantación y reconocimiento por la crítica especializada y la calidad de su obra la convirtieron en una de las voces más prestigiosas del panorama poético de la segunda mitad del siglo XX.  

 El acto se abrió con la Presentación de Miguel Losada, Vicepresidente de la Sección de Literatura, el cual recordó que Acacia Uceta se hizo socia del Ateneo en 1975, año en que la institución recobró la independencia y volvió a regirse por sus propios estatutos. En 1989 un grupo de socios la convencieron para que presentara su candidatura a Presidenta de la Sección de Literatura del Ateneo. Desde entonces, fue elegida 12 años consecutivos Presidenta, hasta la fecha de su fallecimiento, el 10 de diciembre de 2002. Tras rememorar los cientos de actos presididos por la homenajeada y la intensa labor que realizó de difusión cultural, se puso el énfasis en que no sólo intervinieron los grandes escritores del momento, también se recibió a los escritores que regresaron del exilio, se creó movimientos como Poetas sin Fronteras y se dialogó de temas polémicos del mundo literario. Además, Miguel Losada resaltó el interés especial de la Presidenta por los jóvenes poetas y narradores, y por las mujeres escritoras, en un tiempo todavía complicado. 

    Seguidamente tomó la palabra la hija de la escritora, Acacia Domínguez Uceta, que agradeció al Ateneo y a la sección de Literatura la celebración del acto y, de manera especial, a Miguel Losada, que fue compañero en la Sección durante los 12 años de presidencia de Acacia Uceta. Con unas emotivas palabras recordó la voz de su madre, siempre joven resonando en el Gran Salón que ha acogido la celebración de su Centenario. Emoción que contagió a los presentes al narrar la infancia de la escritora. Había nacido en la cercana calle Pelayo, en el seno de una familia enamorada de las Bellas Arte, los libros y la música clásica. Las mismas tres pasiones que acompañaron a Acacia toda su vida. Hija única del dibujante, pintor y decorador Rafael Uceta Sanz y de Acacia Malo Peñalver, profesora de francés, su prosperidad fue tronchada totalmente por la Guerra Civil. Los bombardeos, el hambre y la enfermedad dejaron en la escritora una herida que no dejó nunca de sangrar. Y escribió poemas recordando la gran tragedia de su vida. “Mi madre perteneció a la generación de los llamados Niños de la Guerra. La sombra del dolor y la muerte, vividos en la infancia, atraviesa de manera tangencial toda su obra”, nos dijo Acacia. La cual añadió que como hija había acompañado a su madre en todos los momentos de su vida, buenos y malos. A ello se unió su condición de escritora, confidente literaria y de ateneísta durante 4 décadas, pudiendo hablar con pleno conocimiento de su madre en todas sus facetas. Centró su intervención en dar a conocer la personalidad de Acacia Uceta y el universo poético que edificó apoyándose en fragmentos de sus poemas. Afirmó que consiguió salir de su trágica infancia y la temprana muerte de la madre gracias a su fuerza interior, que la caracterizó toda su vida y la condujo a la plenitud deseada. 

    Aunque empezó a escribir poemas a los 14 años, estudió Bellas Artes, que fue su primera vocación. En los primeros años de la posguerra la poesía no oficial se refugiaba en las tertulias literarias de algunos cafés. En la de Eduardo Alonso, Versos a media noche, del Café Varela, un 12 de mayo de 1950 leyó sus poemas por primera vez y conoció al que sería su esposo y compañero literario durante 51 años. Se trataba del escritor y periodista Enrique Domínguez Millán. Él la llevó a su ciudad natal, Cuenca, y la escritora se enamoró de la ciudad medieval entre las hoces. Su vida discurrió desde entonces entre Madrid y Cuenca. Llegaron los hijos y se sucedieron los años de plena actividad literaria: publicación de libros, recitales, conferencias y viajes por medio mundo. 

    Acacia fue construyendo una personalidad fuerte y profundamente humana, solidaria con los seres más desafortunados y absolutamente pacifista. Se interrogó por la esencia del ser humano y conoció en París el Existencialismo. Poco a poco cimentó una personalidad de absoluta independencia. Fue una libre pensadora con ideas muy avanzadas y una pionera. En el mundo literario también tuvo una actitud independiente con el fin de crear su propio universo poético. Una de sus múltiples facetas fue su actitud decidida en alcanzar la plena igualdad con los hombres en todos los campos. Abrió numerosos caminos a las escritoras. Fue de las primeras mujeres en pertenecer a una Real Academia de Artes y Letras, fundó el Grupo 14 de escritoras, creó el Premio Fémina junto a su amiga Carmen Conde, mantuvo durante décadas una tertulia de escritoras en el café jijón, etc. A continuación, la hija contó una anécdota de las duras condiciones de la mujer escritora en las décadas de los años 50, 60 y 70 del siglo pasado:  El novelista Luis Verenguer, jurado en 1970 del Premio Nacional de Literatura, aunque no conocía personalmente a Acacia apoyó la candidatura del libro Detrás de cada noche, en todas las votaciones. Al final se impuso la sin razón de que no se lo iban a dar a una mujer. Verenguer le hizo llegar a Acacia, a través del poeta Antonio Hernández, su disconformidad con tal decisión. Entonces Acacia le dijo a su hija: “lo único que no nos pueden negar es la obra que dejemos escrita.” Y la intervención finalizó con la lectura de un soneto de la homenajeada que define su personalidad.  

Estirpe.    Pertenezco a esa estirpe desdeñosa/que suele poner todo a una jugada, /que pierde todo sin que pierda nada/ y bajo el cierzo sigue siendo rosa. /

Mi actitud no es soberbia ni es hermosa: / es sólo y simplemente apasionada; /es dejarse quemar en llamarada/ por alumbrar con ella cada cosa. /

Yo me dejo ganar por no vencerme/ y me dejo prender por no ser noche/ y llegar con mi luz a la mañana. /

Mientras el triunfador se apaga y duerme/ sobre la dura almohada del reproche, / yo beso el día desde mi ventana. 

    Miguel Losada dio la palabra Martín Muelas, Catedrático de Literatura de la Universidad de Castilla-La Mancha, el cual realizó un análisis de los nueve poemarios que dejó la escritora. Por el tratamiento que realizó del paso del tiempo en su primer libro, “El corro de las horas” (1961), se la consideró una obra de carácter existencialista, característica que se acentúa en los dos poemarios siguientes: “Frente a un muro de cal abrasadora” (1967) y “Detrás de Cada Noche” (1970), que la sitúan en la llamada Segunda Generación de Posguerra, enunciada por Carlos Bousoño, aunque su poesía sobrepasa los estrechos límites temporales de la consideración generacional. En ellos, añadió Martín Muelas, se manifiestan el tiempo vivencial, el amor y la muerte y la esperanza de la propia vida, aunque sea en una soledad irrevocable. Su cuarto libro, “Al sur de las estrellas” (1976) presenta una exaltación vitalista que acrecienta la esperanza en el devenir humano. El amor al compañero de su vida se completa con los poemas dedicados a Cuenca y a los autores admirados por la escritora. “Íntima Dimensión” (1983) y “Árbol de Agua” (1987) marcan un nuevo rumbo en su poesía y ponen de manifiesto un perfecto equilibrio emocional. Cambia las referencias temporales en la organización de los poemarios, por referencias espaciales. “Íntima Dimensión” está dividido en tres partes: Esfera, Círculo y Espiral, como dimensiones habitables de estados de ánimo, en torno a las cuales se traza un camino hacia la perfección, con alusiones místicas a los laberintos interiores de un sujeto poético laico. Al final se llega a alcanzar la cima y a sentirse en plena comunión con la naturaleza. En “Árbol de Agua” se presenta un diálogo de amor con el Hacedor, que a veces se puede identificar con el Dios cristiano y otras con una fuerza absoluta, origen de todo lo creado. Con Cuenca roca viva (1980) y Calendario de Cuenca, hace de la ciudad motivo poético para reinventarla y ofrecerla como una realidad sensorial. En “Memorial de Afectos” (2004) se evocan las personas que habrían dejado su huella intelectual y afectiva en la autora. 

    Martín Muelas afirmó que los cuatro libros publicados de 1961 a 1976 participan de manera transversal de las corrientes que se van sucediendo en la poesía española entre los años 50-70, con marcados rasgos personales. Acacia hace cuestión poética de su experiencia y expectativa vital desde una perspectiva histórica, es decir, su vida y la de parte de la sociedad en la que vive. Poeta comprometida socialmente con su tiempo también está comprometida con la búsqueda de una ética personal. Terminó Martín Muelas advirtiendo que Acacia tiene una poética propia alejada de grupúsculos coetáneos, que la alejaron de los que administraban el negocio. Tal vez esto sea la causa de mantenerse al margen de reconocimientos oficializados y sea necesario realizar una relectura centrada en sus propios versos. 

Tras las doctas palabras el homenaje dio un giro y los poetas tomaron la palabra resaltando la belleza y profundidad de contenido de la obra y la personalidad serena, firme y acogedora por la que destacó en el mundillo literario. Abrió el turno Fernando Beltrán que comenzó recordando la sobrecogedora conversación que tuvo con Acacia sobre el cáncer, que al poco tiempo le provocó la muerte. Confesó que quedo tan impresionado que le inspiró un conmovedor poema que compartió con los asistentes. Terminó su intervención con la lectura de Bombardeo, un poema que Acacia escribió en recuerdo de su compañero de colegio, muerto por las bombas. Fernando se lo dedicó a todos los niños que, en la actualidad, mueren en las contiendas, como sucede en Gaza. 

    Miguel Galanes tuvo una importante intervención al reconocer que su grupo generacional del 80 tuvo en Acacia el puente con las generaciones anteriores, siendo una figura inspiradora. Sentenció: 100 años no es mucho tiempo y menos 45. Hay que leer a los muertos. Hablar con ellos y sentirse feliz. Esa fuerza de Acacia de la que se ha hablado la tenía y la transmitía, e inspiró a nuestra generación una fuerza tremenda, en dos puntos importantes, la herida sin cerrar y la obsesión por el tiempo.  En su poesía se transmuta esa espiritualidad laica que la expande en la naturaleza y hacia el interior, y este es el puente entre tu madre y nosotros.  Tengo la emoción de haber convivido con una personalidad majestuosa. Una majestuosidad que no apagaba nada la cordialidad, no apagaba nada la sencillez ni la simpatía.

    Javier Lostalé señaló que: Acacia Uceta fue aglutinadora de diversas generaciones de poetas, como les ocurrió a Gerardo Diego y a Vicente Aleixandre. Recordó que su relación con Acacia fue a través de su compañero en Radio Nacional, al gran escritor Enrique Domínguez Millán. Manifestó que de la obra de Acacia había interiorizado palabras como amor, ya que todas las respuestas que daba al mundo eran a través del amor; la palabra belleza, que también es una palabra axial dentro de su obra y de su vida, pero una belleza surgida desde el interior y la palabra esperanza. Palabras que han germinado dentro de mí como otra palabra muy de Acacia, la palabra semilla. Y glosó los versos de su última etapa leyendo un poema de Amor, cuyo sujeto pasivo es Enrique Domínguez Millán y Belleza, del Libro “Árbol de Agua”. 

    Nares Montero, la joven escritora, contó como la descubrió por casualidad ojeando una antología realizada por Carmen Conde, en su librería de viejo favorita. Narró la búsqueda de unos libros agotados que encontró en lugares insólitos. Llegó a comprar uno en una noche de lluvia, en un polígono industrial de las afueras de Madrid. Lo que la atrapó de la poesía de Acacia fue la calma limpia con la que escribe, su manera de abrir un espacio que no nace siempre de la herida o del desarraigo, sino del conocimiento y de una aceptación profunda. Añadió: Acacia escribe desde un lugar sereno y lúcido, con una soledad que no pesa, sino que acompaña, un estar consigo misma que no aísla, sino que escucha. Creo que, en estos tiempos rotos, llenos de urgencias, de miedos y del genocidio, su poesía ofrece un lugar de impulso, una forma de confiar sin ingenuidad, una energía que no niega el dolor del mundo pero que tampoco se rinde ante él. Fue Una poeta consciente de su tiempo, comprometida con su realidad, y generosa en su impulso creador.  Leerla hoy es un acto de recuperación, pero también de contagio de su fe en lo humano, de su delicada forma de mirar, un recordatorio de que la poesía ilumina, acaricia, sostiene y que trasmite con fuerza que hay otra forma de habitar el mundo.  Y leyó un extracto de La Mañana, de “Detrás de cada noche”., y un poema de amor a Enrique, del libro “Memorial de afectos”.

 Pepa Bueno basó su intervención en la poesía amorosa de Acacia leyendo varios extractos del Mediodía, de “Detrás de Cada Noche” y uno de sus poemas más profundos y vitales: Por el Hombre, del libro “Frente a un muro de cal abrasadora”

    Rafael Soler recordó su etapa de joven poeta en el Ateneo junto a Miguel Galanes, Fernando Beltran y Acacia, hija. Dirigiéndose a su compañera de generación le dijo que su madre siempre fue para él la fuerza, una mujer muy entera, con una mirada muy franca, siempre acogedora, dando ánimos. Tu padre era de dar consejos. Tu madre trasmitía una enorme serenidad. Para mí Acacia fue una mujer segura de sí misma que impregnaba a todos. Rafael se decantó por leer Desesperado Intento, del libro “Al sur de las estrellas”, un poema que recoge el canto a la vida, el amor a la vida de Acacia Uceta. 

 Miguel Losada leyó de su libro preferido, “Íntima Dimensión” y cerró el acto recordando que hasta mayo del 2026 se celebrará el Centenario y habrá que hablar de otros aspectos de su obra, como las Bellas Artes y la poesía, la ciencia entrelazada con la filosofía y de la narrativa, de sus novelas publicadas. 

    Una cerrada ovación puso fin a 90 minutos de homenaje deslumbrante por la profundidad de las intervenciones y por la emoción al recordar a una poeta tan admirada y querida que supo ayudar a los demás y crear una red de afectos que pervive frente al paso del tiempo. 



jueves, 29 de mayo de 2025

XUAN CÁNDANO, autor del libro «Operación Caperucita y la película de los sueños rotos del antifranquismo»






            Juan Manuel Riesgo

    30.05.2025.- Madrid.- Estuve en la 5ª planta del Ateneo de Madrid, hoy 29  de mayo, en una presentación muy buena, por mi amigo  el catedrático de Historia  Contemporánea, Enrique Moradiellos, de un interesante libro de Xuan Cándano, «Operación Caperucita y la película de los sueños rotos del antifranquismo»,  explicando la verdad del asesinato por la ETA, de Carrero  Blanco, la implicación de la comunista  Eva Forest, que también participó en el atentado de la calle del Correo y desactivando las teorías absurdas conspiranoides  que implicaban  a Kissinger.

Un libro sobre cómo se fraguó con la estrategia de Eva Forest, esposa de Alfonso Sastre, tanto el asesinato de Carrero Blanco, como el atentado de la Calle del Correo.

     Había poca gente, quizás los ateneistas estaban muy  cansados por las elecciones de ayer. Y apenas se vendieron libros....Basilio R. Cañada y Manuel Pimentel se habrían sorprendido  mucho o quizás no.

    Este Cándano tiene un libro sensacional publicado en 2006 : El Pacto de  Santoña (1937). La rendición del Nacionalismo vasco al fascismo. Trata de una de las muchas traiciones de los vascos, cuando quisieron  hacer un pacto entre vaticanistas con los italianos.  Que por supuesto el General Franco no aceptó.

    Los vascos dijeron que : "ocupadas las provincias vascas por el Ejército Nacional, ningún gudari vasco   derramaría su sangre por Santander o Asturias". Es decir lo mismo que le hicieron a Mariano Rajoy y lo que le harán  a Pedro Sánchez. Al tiempo... 

    Este era un libro sensacional para presentar en los Colegios Mayores África o Guadalupe. Ya que además está escrito por un gran  periodista padre de un colegial del Guadalupe.

    Ocurrió que empezó la confusión en la Fundación  de Colegios Mayores MAEC/AECID. El ex conserje Críspulo Julián, nombrado por los políticos Director de la Fundación, por envidia prescindió de Basilio R. Cañada y los segundos cargos, ni vivían ya en los Colegios. Una no era precisamente culta, otra decía que hacíamos demasiadas conferencias, cursos, presentaciones de libros y clases de idiomas y que ella no podía  quedarse por la  tarde, que tenia dos hijos malos estudiantes. Con lo cual nada mas comer a costa del Colegio claro, se iba a su casa a las tres La Extensión Universitaria de los colegiales no le importaba lo más mínimo. 

    Total, un libro tan importante,  no se presentó en los CMU África  y Guadalupe y, como está agotado, y no se ha reeditado, alcanza un precio astronómico en internet.

Sinopsis .- En los últimos años del franquismo, la conexión entre un grupo de intelectuales de izquierdas y ETA hizo posibles dos atentados que cambiaron la historia de España: el del almirante Carrero Blanco y el de la cafetería Rolando de la calle del Correo, ambos en Madrid. El grupo, el Comité Karl Marx, estaba encabezado por Eva Forest, la persona clave en los dos atentados y esposa del dramaturgo Alfonso Sastre. El brutal atentado de la calle del Correo provocó trece muertos, el encarcelamiento de los miembros del Comité y la escisión de ETA en las ramas militar y político-militar. Debido a la amnistía de 1977, nunca llegó a celebrarse el juicio.

Cincuenta años después Xuan Cándano desvela, tras una rigurosa investigación, los misterios y secretos de un atentado cuyos autores llamaron Operación Caperucita.

lunes, 26 de mayo de 2025

ELENA ROBAYNA, ganadora del Premio Sergio Estévez


* Claudine Kloetzsli entre los artistas que exponen en MUNDART-Madrid


Carmen Lastra, miembro del jurado del Premio, con Claudine Koetzli

Claudine y la escultora Elena Santos


        L. A. M
       Fotos: Lola Rodríguez

    26.05.2025.- Madrid.- Exposición en el Ateneo de Madrid de la exposición número 12 de MUNDART-Madrid comisariada por Sergio Estévez  en una convocatoria que se repite cada año. Elena Robayna Abreut es la ganadora del Premio Sergio Estévez de este año. 
    
    Mas información
Pintura de Pura Ramos 
Pintura de Ángeles Cifuentes
Lola Rodríguez Casanova

miércoles, 21 de mayo de 2025

MARIO VARGAS LLOSA. Homenaje en el Ateneo de Madrid y presentación del libro "El polemista arriesgado"


Intervinientes en el Ateneo y video de M. Corina Machado


Julia Sáez-Angulo
        Fotos Luis Magán y Lola Casanova

22/5/25 .- Madrid.- Varios líderes políticos españoles y latinoamericanos han celebrado el talento (y el talante) de Mario Vargas Llosa en un homenaje que elogia su compromiso político e intelectual, en el libro “El polemista arriesgado”. De ellos, varios expresidentes españoles e iberoamericanos le rindieron homenaje en el Ateneo de Madrid: Mariano Rajoy, presidente del Gobierno España (2011-2018); José María Aznar, expresidente de España (1996-2004); Felipe Calderón, presidente de México (2006-2012); Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica (2010-2014); Iván Duque, presidente de Colombia (2018-2022); Mauricio Macri, presidente de Argentina (2015-2019); Jamil Mahuad, presidente de Ecuador (1998-2000) y Jorge Tuto Quiroga, presidente de Bolivia (2001-2002) han sido los expresidentes que han acudido a la presentación de este miércoles. Todos ellos autores del libro. 
María Corina Machado, de Venezuela envió un video para la ocasión. El acto fue moderado por el periodista Álvaro Vargas Llosa. Estuvieron presentes en el acto, abarrotado de público: el director literario de la editorial Debate, Miguel Aguilar, y Gerardo Bongiovanni, director de la Fundación Internacional para la Libertad.
Las intervenciones giraron a sus encuentros y anécdotas con el premio Nobel peruano al que se homenajeaba.
El expresidente Duque señaló que Vargas Llosa, en sus libros y artículos “era un cartógrafo del poder y un mensajero del lenguaje liberal… El primer escritor en lengua española que entró en la Academia Francesa”.
El expresidente Aznar señaló tres cosas: que Vargas Llosa era un escribidor muy superior a la media; un amigo de muchos momentos vividos con gratitud y un compatriota que amaba a su patria peruana y a su tierra española. Recordó que fueron juntos al teatro el día anterior a las votaciones de su primera legislatura, demostrando su apoyo personal.
El expresidente Rajoy señaló al “extraordinario escritor” como alguien siempre pendiente de la libertad, y señaló que hoy los grandes enemigos de la misma es el populismo, enemigo de la calidad de la Democracia, y señaló a Perón como “el primer populista de Iberoamérica”. “Hay que hacer pedagogía de los valores de la democracia y procurar que se presenten los mejores a la política, que es siempre dura”. “Vendrán tiempos mejores, porque otra cosa no sirve para nada”, concluyó.
Laura Chinchilla, expresidente de Costa Rica, señaló que la excepcionalidad de su país en cuanto a la violencia, se debe a que en origen, estuvo lejano de los poderes coloniales, tuvo poca población india y no tuvo ejércitos libertadores. Ello los libro del autoritarismo y la violencia fratricida, contra lo que lucho el pensamiento y la escritura de Vargas Llosa, que siempre alertó contra los totalitarismos. “Hay que proteger las instituciones, porque a veces el pueblo se equivoca al votar y solo ellas pueden salvarlo”.
El expresidente Calderón subrayó la afirmación de Vargas Llosa cuando dijo que “México era la dictadura perfecta”, porque siempre ganaba el señalado por el gobernador de cada momento. En México solo hay apariencia de separación de poderes, como lo señalan las normas por las que se rigen las instituciones. Elogió a Vargas Llosa porque bajó a la arena política, frente a las “orugas doctas que se encuentran en la torre de marfil”.
El expresidente Macri recordó que a Vargas Llosa le dolía “el deterioro de Argentina”; un escritor, que decía lo correcto delante de quien estuviera, fue un continuo defensor de la libertad, y “perdiendo, ganó” en las elecciones peruanas a las que se presentó.
El expresidente Mahuad elogió el libro de Vargas Llosa “Historia de un deicidio”, un mito literario impresionante, donde puso de manifiesto la esencia iberoamericana y gusto por “el milagro”, lo real maravilloso, lo mágico… que lleva a creer a los que pontifican la política de altura, son impacientes y caen en el populismo que promete solucionarlo todo de inmediato. Recordó a Santos Chocano: “la libertad y la democracia reman siempre juntas”. “La política no es el arte de lo posible, sino hacer posible lo que es necesario”, concluyó.
El expresidente Quiroga recordó que el premio Nobel peruano creció sus primeros años en Cochabamba (Bolivia), esos años que fueron os más importantes de su vida, porque allí “aprendió a leer”, según confesión del propio escritor.  Alabó el “coraje de Mario” para decir siempre lo que pensaba, aunque ello le costara dejar de vender muchos libros, en quienes no compartían sus ideas. “Lo que piensa lo defiende”. “La definición de progreso es Suiza, donde nadie conoce apenas a sus políticos”, señaló.
Alvaro Vargas Llosa comentó al final con humor que su padre era especialista “en meter la pata y meterse en casa ajena”. Siempre defendió los valores de libertad y democracia, como claves para los ciudadanos.





Expresidenta de Costa Rica y Luis Magán
Lola R. Casanova


El polemista arriesgado

miércoles, 29 de enero de 2025

FINA DE CALDERÓN (1927-2010). Recuerdo-homenaje, coordinado por Giovanna de Calderón y Miguel Losada en el Ateneo de Madrid

Luis Alberto de Cuenca, Giovanna de Calderón y Miguel Losada
Giovanna de Calderón y los intervinientes en el homenaje



Julia Sáez-Angulo
Fotos: Adriana Zapisek

29/1/25.- Madrid.- “Fina de Calderón. Rompiendo moldes” ha sido el título del recuerdo homenaje a la poeta madrileña que dirigió en su día “Los miércoles de la Poesía”. El acto, que ha tenido lugar en la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid, fue coordinado por Giovanna de Calderón, hija de la poeta, y el poeta Miguel Losada, que hablaron ampliamente sobre la vida y obra de la escritora, quien fue socia del Ateneo durante 35 años. La velada fue ilustrada y amena, con un público entregado a la escritora, en el que figuraban numerosos poetas.
    Seguidamente intervinieron con sus recuerdos y elogios de la autora, los poetas Luis Alberto de Cuenca, Jaime Siles, Fanny Rubio y Javier Lostalé. Todos ellos leyeron, al final, poemas de Fina de Calderón (Josefina de Attard y Tello. Madrid, 1927-2010).
    Miguel Losada habló con gran simpatía de Fina, a la que conoció y trató, una mujer culta, avanzada y decidida con grandes dotes de sociabilidad en todos los ámbitos de la sociedad, tanto aristocrática como intelectual o popular. Sabía tocar el violín y compuso ballets y más de 200 canciones populares. Fue una buena letrista. Compuso una opereta y puso música a los cuentos infantiles que escribió la reina Fabiola de los belgas. Fina conoció y trató a numerosos escritores franceses,como Colette, Malraux, Cocteau, Montherland… ya que estudió en París, y recibió en su Cigarral del Ángel en Toledo a numerosos escritores. Leyó el poema de Fina “A un ciprés”.
Giovanna de Calderón contó anécdotas divertidas de su madre, a la que describió con “la fuerza de la pasión” siempre entre la literatura y la música. Fue una mujer valiente en medio de sus dificultades físicas de movilidad. Fina, que conoció de niña a Federico García Lorca, recordó siempre su poema sobre las muletas, cuando la niña se negaba a usarlas “son alas para las niñas buenas”. Contó la visita de la escritora a Rafael Alberti y María Teresa León en Roma. Y recordó cuando Fina decía: La poesía se cuela en la rendija del alma para todo aquel que se para a admirarla”. Losada leyó el poema “Compraventa”.
Luis Alberto de Cuenca, buen amigo de Fina, recordó que él la llamaba Shirley, como la joven actriz norteamericana y a ella le gustaba. Resaltó la importancia de “Los miércoles de la poesía”, tertulia que creó en el Centro Cultural de la Villa, a la que todos los alcaldes, desde Tierno Galván respetaron. Se llenaba la sala y allí recitaba el actor Paco Valladares. Preguntó por el Archivo de sus documentos y se dijo, que buena parte de él se donó a la institución Matritense y otras cosas como dibujos y libros dedicados, se subastaron. Fina recibió la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, siendo Luis Alberto de Cuenca, Secretario General de Cultura. Luis Alberto leyó el poema “Un abrigo gris”.
Jaime Siles, profesor, que llegó ex profeso de Valencia para el homenaje, que también trató de cerca a Fina, habló de ella con mucho afecto y recordaba que con frecuencia recibía ella en la cama, a las personas con las que tenía más confianza, a la manera de las damas francesas del XII. “Fina desplazaba cultura como un portaaviones”, dijo y resaltó su cultura francesa y sus contactos con escritores galos como Sartre, François Mauriac, Montherland o con figuras de la canción como Edith Piaf o Maurice Chevalier. Fue brillante conferenciante y “siempre soñó con la Casa de la Poesía en Madrid”. Ojalá se logre algún día (la casa de Vicente Aleixandre se barajó como ideal para ello). Siles leyó el poema dedicado a Luis Felipe Vivanco.
Fanny Rubio recordó las frecuentes llamadas de teléfono de Fina y sus conversaciones, así como el hecho de enviarle una alumna paraguaya, que le ayudó a ordenar su Archivo. Era una mujer de la burguesía madrileña, que tenía un gran conocimiento e instinto por las luces, en sentido de ilustrada. Para ella, la poesía era el eje regenerativo. Fina quiso volar  e irse a las alturas, de ahí sus libros y versos, cuyos títulos abundan en ese sentido, como “la muletas son alas/ para las niñas buenas”, que le dedicó Lorca siendo niña. Hizo de las alas su método. Tenía una gran capacidad para recuperar emociones. Amó los espacios de Toledo, Madrid y Andalucía. Juan Manuel de Prada señaló en el prólogo de uno de sus libros, que Fina pertenecía a la tercera España del diálogo y la no confrontación. Leyó el poema “A Claudio Rodríguez”.
-Javier Lostalé, finalmente, subrayó la gran capacidad creativa de la autora, así como la de generar lazos de amistad entre los escritores. Era una mujer que vivía con las voces de los otros. Su tertulia “Los miércoles de la Poesía” y la de Rafael Montesinos, fueron las más importantes del siglo XX en Madrid. Recordó que su antología “Plural” era magnífica, pero ya era hora de publicar sus Obras Completas. Y comentó algunas de las afirmaciones del prólogo de Jaime Siles para la citada antología.
Para terminar, se estimó la conveniencia de que figurase el retrato de Fina de Calderón, ahora que el Ateneo está recobrando rostros de mujeres socias en el pasado, dentro de su galería de retratos, en la que faltan también los de Josefina de la Torre y Acacia Uceta, entre otros. 

Luis Alberto de Cuenca, poeta
Luis Alberto de Cuenca, poeta
Fanny Rubio, poeta
Javier Lostalé, poeta
Giovanna de Calderón y Adriana Zapisek

Jaime Siles y Julia Sáez-Angulo
 
Luis Alberto de Cuenca y Julia Sáez-Angulo
Dolores y Adriana

martes, 16 de julio de 2024

JEAN PAUL LEON YODH, autor del libro “La palabra desnuda”, humor y amor como tabla de náufrago


Jean Paul Leon Yodh, escritor
Jean Paul en una librería madrileña


Julia Sáez-Angulo
        Fotos: Ofelia Leon

9/7/24.- Madrid.- Jean Paul Leon es el autor del libro  “La palabra desnuda”, publicado  por Albert Editor y que fue presentado en el Ateneo de Madrid, y más adelante por Alan Smith y Antonio Román, en un debate animado.  “Mujeres en la cruz” (2020) y “Hebras hebraicas” (2023) son los títulos de sus libros anteriores.
    “Humor y amor como tabla de náufrago”, viene a decir la profesora y crítica literaria Concha D´Olhaberriague, en el analítico prólogo que lo precede, refiriéndose a la escritura del autor. “Más no hemos de olvidar que ser un náufrago, como decía Ortega y Gasset, no equivale a ser un ahogado”.
Escritor y pintor, Jean Paul Leon Yodh (1955), francés/español o más bien cosmopolita y políglota, ha residido en distintas ciudades del mundo: Valladolid, Nueva York, París, Madrid… Hombre de lenturas y notable observador de la vida y la cultura, nos ofrece en este su tercer libro una suerte de recopilación de ensayos en los que muestra con amor, humor, sentido crítico y narrativo. Su estilo es desenfadado y culto al mismo tiempo, con una audacia sorprendente.
        (Algunos amigos españoles castellanizamos su nombre a Juan Pablo, porque el castellano castellaniza todo: Sorbona, Londres, Turín, Milán...)
El libro "La palabra desnuda" lo estructura su autor en distintos capítulos que acogen tres apartados a los que, sistemáticamente, denomina: Diminutos, II minutos y X minutos. Los títulos de los capítulos son: La espesa tinta del pensamiento; En boca cerrada; El aplauso de una audiencia ausente; Modus vivendi…Juntaletras; Lenguaje animal; Esquizofrenia rota en dos; Desplumados; Misivas evasivas y trifulcas familiares; La obscura dictadura en las artes plásticas; Showbiz; Efluvios primitivos; Mis Buenos Aires queridos; Reliquias; Hasta las apariencias engañan; L´Ecriture et la vie.
Gracia y soltura verbal, desparpajo, confidencias, ironía, sátira, escatología, alguna ligera irreverencia, humor negro y humor judío en ocasiones… Un totum revolutum que evidencia un dominio del lenguaje, fruto de inteligencia y muchas lecturas. Se lee con agrado por el buen tono, entre culto y coloquial, que pone de manifiesto el dominio de la lengua en diversos registros.
Narrador de crónicas, relatos, microrrelatos…
 El libro es una miscelánea amena que hace sonreír en medio del lenguaje culto y coloquial en que se debate.
“La palabra con su honor debería honrar al que escucha la radio, al que se calla en la Academia, al que se aleja del criterio infame de la arena pública, al que escucha chascarrillos extravagantes en el corazón de la perfumería de señoras, en la peluquería del Hola, en la gresca de la partida de mus, en la sala de espera masificada del hospital…” escribe León Yodh en su preámbulo.
Ecos de UmbralRamón Gómez de la Serna y sus greguerías resuenan en su escritura: “La palestra con micrófono incluido se convirtió en un mentidero, un burladero donde ocultarse para no decir nada…y dar mucho que hablar.
        Más información

Jean Paul Leon firma su libro