Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Madrid. 28 de enero – 4 de abril 2010
Comisarios: Fernando Huici y Juan Pérez de Ayala
Organizan SECC y Fundación Caixa Galicia
Julia Sáez-Angulo
Después de exhibirse en Galicia, la exposición “Maruja Mallo” se presenta ahora en la Real Academia de San Fernando la obra de esta mujer rompedora de su tiempo en mucho campos. En cuanto pintora dejó obras de interés de un período determinado, aunque no llegó a acuñar nunca unas señas de identidad propias que definan su arte de modo inmediato. La muestra ha sido organizada por la SECC y Caixa Galicia.
Un total de 131 obras componen la retrospectiva más amplia que se haya hecho de esta artista. En la muestra hay numerosas obras de colecciones particulares, entre ellas, del galerista Guillermo de Osma que recientemente adquirió una pintura de Maruja Mallo Viveiro, Lugo, 1902 – Madrid, 1995), que se daba por perdida, en una subasta de París.
Amiga y amante de Rafael Alberti y Miguel Hernández, Maruja Mallo fue todo un personaje controvertido en la sociedad madrileña de los años 30. Su pintura se tiñó de surrealismo emparentado con el de Ferrant o Benjamín Palencia. Su cuadro “Antro de fósiles” (1930) es uno de los más emblemáticos de este período.
Fue la primera mujer que ingresó en la Escuela de San Fernando, donde conoció a Dalí y donde se mostró como la gran transgresora de la llamada generación del 27. Colaboró con sus dibujos en la "Revista de Occidente".
Sus cabezas de mujer como la Negra (1946) que da imagen al catálogo y al folleto, tiene un cierto sabor de muralismo y transpiran la estética de los años 40, seguramente el mejor período de la autora. Se trata de sus “Retratos bidimensionales” para proclamar la paridad de la razas. Esta etapa se prolonga después con la de las máscaras.
Tras la geometría de Torres García
Las directrices del constructivismo de Joaquín Torres García y los comentarios sobre la proporción áurea de Matila G. Ghyka influyeron después en la medida y parcelación de sus composiciones plásticas.
Después de la guerra civil tuvo lugar el encuentro de Mallo con América y la rica fauna oceánico fue motivo de profunda inspiración para su pintura.
Maruja Mallo regresó a España en los 60 y siguió con su geometría partículas en las composiciones. Sus grabados frutales expuestos en su día en la galería Estiarte, acogen la expresividad y sugerencia sensual y sexual de las frutas abiertas por la mitad. La exposición en la Academia muestra algunas pinturas en este sentido.
En la inauguración de la exposición por la ministra de Cultura estuvieron presentes José María Luzón, José Luis Abellán, Manuel Alcorlo, Monique Bonet, Navascués, Antonio Bonet Correa y Carlota Álvarez Basso.
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