Julia
Sáez-Angulo
“Paisajes simbólicos en Cine y
pintura” es el libro de Abraham Domínguez
Belloso, publicado por la editorial Liber Factory. Un volumen breve, de 111
páginas, pero intenso de contenido. El libro lleva como subtítulo comentario:
“De Caspar David Friedrich a Francis Ford Coppola”.
“A
las Ninfas, inspiradoras de los artistas” dice la dedicatoria del libro que
sumerge al lector en los capítulos: “Paisajes oníricos en eterna
descomposición”. La Edad de Oro. Luis Buñuel (1930); Escenarios idílicos en
territorio romántico”. “Rebeca” (1940). Alfred Hitchcock; “Drácula” de Bram
Stoker (1992), Francis Ford Coppola.
“Paisajes
saturnianos con el expresionismo pictórico y cinematográfico” es el título de
tercer capítulo con “Los Nibelungos” (1924), Fritz Läng, y “Las tres luces” (1921) también de Fritz Läng
como contenido.
“El
árbol como una imagen de soledad y de expresión humana” es el título del epílogo.
“Friedrich
en sus paisajes intenta desentrañar la voluntad de la Naturaleza penetrando en
su mundo interior, cuyos vestidos son la niebla y la tiniebla”, dice Abraham
Domínguez, y añade:
“Munch,
Nolde o Frizt Lang desarrollan en su obra pictórica y cinematográfica) la
concepción trágica de los pintores románticos y dotan al paisaje a través del
color o del blanco y negro de un simbolismo cósmico. La Naturaleza se percibe
en sus impulso contradictorios de atracción y destrucción mediante la
imaginación y la subjetividad”.
“La
pintura sigue alimentando al cine y el cine a la pintura y parce casi
inconcebible en muchos casos”, dice el autor en sus conclusiones. “En cuanto al
paisaje, se ha convertido en un elemento indispensable en ambas
manifestaciones, siendo quizás una manera de liberarse, una vía de escape de lo
social o simplemente un estado de naturaleza no deformada con la que pintores y
cineastas sueñan…”
Dominguez Belloso es doctor en Historia del Arte, profesor y piloto de vuelo.
Dominguez Belloso es doctor en Historia del Arte, profesor y piloto de vuelo.
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