Igor Borozan expone su pintura en el Taller del Prado de Madrid
Julia Sáez-Angulo
El artista italiano M. Igor Borozan (Saragevo, 1968) expone sus últimas
pinturas en el Taller del Prado de Madrid, dirigido por Francisco Molina
Montero. Borozan muestra desde el denominado “Abbozzo Pittorico” hasta las
escenas de baile y danza.
El pintor italiano que vivió en Madrid y viaja a España con frecuencia, es un
gran aficionado al Flamenco, “un arte que es mucho más que cante y baile, es
una filosofía de vida”, explica al tiempo que cita algunos cantaores amigos
suyos.
Algunos de los dibujos a grafito, también llevados a grabados
representan de modo libro el “Teatro Apolo”, cuna de las grandes representaciones
de cante y baile en la historia de Madrid, recuerda Igor Borozan.
“Soy italiano de madre croata. Mis otros abuelos eran de
Venecia”, aclara el autor.
El “abbozzo pittorico” es una de las fórmulas más antiguas
en la pintura, a base de betún de Judea y pigmento negro, recuerda Borozan al
tiempo que señala algunas de sus piezas con esta técnica. “Es el claroscuro de
Caravaggio”, añade.
En su libro que lleva el título de “Abbozzo pittorico” recuerda que expuso en la llamada Fortaleza
Española, en Malta, y de aquella estancia pintó la obra “Sol y sombra de Caravaggio”.
La camisa blanca es un elemento repetido por Igor Borozan en
sus obras pictóricas. Un icono perfecto y querido por el autor. “Una prenda que
está siempre cerca del cuerpo del hombre”, dice el artista, que la utiliza como
objeto, no solo como modelo de reinterpretación, de instalación en algunas fachadas
de los espacios donde expone.
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