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Julia
Sáez-Angulo
11/02/18
.- MADRID .- Las tres hermanas, célebre
obra dramática del escritor ruso Anton Chèjov, ha sido pasada por la
deconstrucción de José Sanchís Sinisterra en la sala Jardiel Poncela del Teatro
Fernán Gómez.
Las tres hermanas. Deconstructing Chéjov
se pone en pie en el escenario con las tres voces de las actrices Marta
Domingo, Patricia Mendoza y Mireia Trías, bajo la dirección de Raimon Molins en
una producción de Atrium del 2 al 25 de febrero.
Sinisterra
recrea los tres personajes femeninos y articula con ellas otras voces, como las
del hermano feminista o los varones amigos que supuestamente desfilan por la
casa como amigos del padre ya fallecido, de las hermanas o pretendientes de las
mismas.
La
presencia ausente de una brigada en la ciudad de cien mil habitantes parece
animar e informar la vida, que se apagará en buen parte cuando oficiales y
soldados tengan que partir y dejar la vida cotidiana en algo más insípido o
menos estimulantes.
Las tres
hermanas hablan, gritan, repiten, gesticulan, corren, agobian, mueven las
agujas de los relojes del fondo para subrayar con más fuerza la idea del paso
del tiempo. Hermanas que se confunden a veces con las actrices que han de
interpretar ese texto en un solapamiento no siempre feliz. Hermanas que se cansan, se aburren y... a veces, el espectador con ellas.
Hay
que vivir, pese a la decepción de la vida. Hay que soñar, aunque sea con Moscú,
como les sucede a ellas, en una esperanza vacua de mejorar el presente. Hay que
trabajar, estar juntas, sostenerse en las frustraciones y esperanzas…
Es la
monotonía de la vida y su falta de estímulos. El mito de Sísifo, sin salida
posible, sobre todo para la soñadora condición femenina, sin demasiadas perspectivas,
sobre todo en tiempos de Chèjov.
Tres
hermanas, tres actrices, el juego repetidor de la palabra como lo es el juego
de los días, sin más leit motiv que
el sueño de Moscú y la esperanza. Un anhelo que difícilmente se cumplirá, lo
que indica el continuo levantamiento de la piedra para subir la pendiente. Como
Sísifo.
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