miércoles, 11 de mayo de 2011

Líbano, un país deseado por todos

Julia Sáez-Angulo

 

     11.05.11.- Maad. Líbano.- Líbano, el país de los cedros milenarios es la perla de Oriente Medio. Un país pequeño de apenas 50 km de ancho, pero doblado en superficie por las sucesivas montañas que lo pliegan, es un territorio hermoso y amado por sus habitantes, que lo adoran con sentido patriótico y de admiración. El libanés utiliza y escucha el himno nacional para cualquier evento de su vida social y política. Los niños de las escuelas son los primeros en entonarlo y eso dice mucho a favor de su unidad nacional. En otros tiempos se le denominaba la Suiza de Europa, no sólo por sus montañas sino por el buen nivel de vida de sus habitantes, muy cercano al de los países centroeuropeos. Eso fue antes de las sucesivas guerras que lo han sacudido en los años 90 principalmente y en la última guerra de 2006 que destruyó prácticamente Beirut,hoy bien rehabilitado en casi su totalidad. Es un país tan hermoso y con una ciudadanía tan bien preparada académicamente, que el Líbano es un país muy codiciado por todos y en primer lugar por los mismos países de Oriente Medio, principalmente sus vecinos: Siria e Israel que ya trataron de anexionárselo por mitades, durante las últimas contiendas.

 

Un país pequeño es fácil de absorber –pensaron- a menos que la política exterior de más amplio paraguas decida otra cosa. En todo caso, la resistencia de los libaneses no se hizo ni se hará esperar. Para desestabilizar más el país y desmoralizarlo, se llevó a cabo un magnicidio en la persona de su presidente de gobierno, Rafiq Hariri (Líbano sur, 1944 – 2004) , en el que murieron también otras personas de su guardia personal y su gobierno. Todos ellos están enterrados en el centro de Beirut, junto a la gran mezquita y todos los días se llevan flores frescas a la tumba del presidente asesinado al que se venera como a un mártir. Su tumba es lugar e visita por todos los viajeros y turistas a la capital del Líbano. Se creó una comisión nacional de investigación para tratar de descubrir a los asesinos pero no ha dado resultado.

 

A la opinión pública le parece algo tan insólito, que sospecha de ocultos intereses políticos en las alturas para no llegar a desvelar la verdad a los ciudadanos libaneses. El país está dividido casi por mitad entre cristianos (principalmente maronitas), islámicos (sunitas y chiitas) y drusos (minoría de referencias islámicas). La Constitución del Líbano reparte las competencias de los cargos entre estas minorías para evitar que una borre a las otras. El presidente del Parlamento es cristiano, mientras que el del gobierno en islámico. A su vez sunitas y chiitas se reparte otros cargos. La relación de este equilibrio no es fácil, lo que lleva a situaciones como la actual en que el país lleva tres meses sin gobierno.

 

“Bélgica lleva un año sin ponerse de acuerdo para su propio gobierno”, aducen algunos libaneses con una sonrisa. Tres universidades en Beirut El país es un atractivo turístico para buena parte de Oriente Medio, porque Líbano ofrece costas, playas, verdor y cumbre nevadas para esquiar y con cedros milenarios que llegó a contemplar el rey Salomón, según cuenta la tradición libanesa. “Ya no vienen a comprar tanto a las grandes tiendas como antaño, puesto que los otros países árabes han incorporados los mall de tiendas elegantes en sus ciudades, pero sí a disfrutar de un paisaje y un clima benigno que no tienen”, explica la señora Renán, hija de libanés y española.

 

Un sinfín de catedrales, iglesias, monasterios, conventos y santuarios salpican el Líbano y acogen hasta siete ritos cristianos –un gran patrimonio inmaterial, que bien merecía ser acogido por la UNESCO para la humanidad. Son: maronitas, melquitas, coptos, armenios, siríacos, latinos, greco ortodoxos de obediencia a Roma y de iglesias autocéfalas.

 

Sus lugares de culto son de gran belleza y motivo de peregrinación o visita de los fieles y de los turistas. La riqueza de los iconos cristianos en este país de oriente Medio es asombrosa; su estética es muy particular respecto a la de la escuela bizantina de Siria. El patriarca cristiano, elegido por los obispos, cuenta con gran prestigio en el lugar y es escuchado también en Chipre y Egipto, en este último país, los cristianos sufren gran persecución por los salafistas fundamentales, sin que el Gobierno del país parezca eficaz a la hora de proteger a los primeros. Líbano es país de primera cristiandad por cuanto lo visitó el mismo Cristo cuando se acercaba a los territorios de Tiro y Sidón, según cuenta el Evangelio y en este país llevó a cabo el primer milagro de las bodas de Caná o de la curación de la hija de la mujer cananea. San Pedro y San Pablo también predicaron en la zona y crearon las primeras comunidades cristianas a lo largo de la costa, principalmente en Beirut y Byblos.

 

Líbano cuenta con tres universidades en Beirut: además de la pública libanesa, las privadas de maronitas y jesuitas. Lástima que el gran paro que asola el país lleve a sus jóvenes más preparados a la emigración. Los cuatro millones de habitantes que cuenta el Líbano, se multiplican hasta catorce millones con los libaneses que emigran a América Latina y África principalmente. Son sobre todo los hombres los que emigran, por lo que la proporción de jóvenes se establece en siete mujeres para cada hombre que queda en el país. La venta de tierras en el pequeño país es todo un reto, ya que capital extranjero árabe, principalmente de Arabia Saudí pretende adquirir todo el suelo posible de manos de los cristianos .

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