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Carmen
Valero
Fotos: Peter
Wall
4-abr-18
.- MADRID .- El embajador Santiago de Mora y Figueroa, marqués de Tamarón, ha presentado
su libro Entre líneas y a contracorriente,
publicado por Amazon en la Escuela Diplomática. Han intervenido en la
presentación los diplomáticos escritores Helena Cosano y Miguel Albero junto al
filólogo académico de la Lengua José Antonio Pascual.
Con
un auditorio lleno de público, Helena Cosano coordinó el acto y señaló que el
libro de Tamarón era un cuaderno de bitácora, un libro ecléctico lleno de
pensamientos, observaciones, divertimentos, amenidades… Un libro que comprende
ensayo, novela, cuentos largos, artículos… Resaltó también la capacidad de
observación del escritor, de personalidad compleja y plural, con gran amor a
las letras, al lenguaje y al estilo, un hombre no solo conocedor del idioma
sino de los idiomas, que conoce el latín y griego y los cita.
Un
libro cosmopolita y multilingüe, señaló la presentadora; un libro que describe
como nadie el medio natural, porque el autor es un gran amante de la
Naturaleza, que describe con precisión los árboles y las plantas y sabe
transmitir las sensaciones que la naturaleza ofrece a los paseantes; un
escritor sensible a la conservación del medio ambiente. Un escritor que
contagia el amor a la naturaleza.
Miguel
Albero, también diplomático y escritor como el autor de Entre líneas y a contracorriente, se declaró corresponsal de la secta tamaroniana. Recordó que el
marqués de Tamarón fue su primer jefe y él mismo, el último de Tamarón, para
darle un homenaje de despedida. Elogió la “prosa maravillosa” del autor del
libro y señaló con humor el gran peso y volumen del mismo, lo que vendría muy
bien como “pisapapeles o álbum de flores secas”.
Refinamiento
del estilo
José
Antonio Pascual, lexicógrafo y académico del sillón K, colaborador del
diccionario de Corominas, destacó el “refinamiento del estilo” en el escritor
de Entre líneas y a contracorriente; en
su tradición de diálogo vivo, inteligente, irónico y en ocasiones “capaz de
llegar hasta el comprensible sarcasmo”. Subrayó su “aristocratismo en el estilo
que siempre resulta impecable”. “Teniendo buenos maestros no es necesario el
diccionario”, dijo. Comprende el enfado del autor con algunas palabras
admitidas por la Real Academia de la Lengua, requeridas por las votaciones de
las distintas academias, que son las que deciden. Comparte con el autor la
importancia de evitar el tuteo, porque ofrece matices a la lengua y reconoce
que la historia le da con frecuencia la razón en su manera de ir a
contracorriente en la defensa de las palabras, como la de “sostén frente a
sujetador”, esta segunda propia de clase media, ominosa y machista. “No es lo
mismo sostener que sujetar”, señaló Camilo José Cela. Pese a su puntual
apariencia de broma, el libro de Tamarón es uno de los más serios por sus
ensayos y cuidado de la lengua.
El
marqués de Tamarón tomó la palabra final y dijo que en su juventud escribía
libros para ver en ellos lo que no encontraba en otros y para seguir la divisa
de un ex libris: “Por mí que no quede”. Recordó la afirmación de los personajes
de una de sus novelas de que “no era cosmopolita, sino cateto en varios
idiomas”. Señaló con humor que solo hablaba dos idiomas: el castellano y el
andaluz, este último con “más léxico y peor pronunciación”. Recordó dos de sus
actuaciones diplomáticas más azarosas: en el velatorio de Corominas (1997) y en
Tel Aviv, donde hubo que improvisar un estrado en la Casa Cervantes y recordó
los discursos de Netanyahu y Aznar que no fueron reproducidos en prensa
española, pese a su interés, por los corresponsales enfadados por no recordaba
qué causa.
El
embajador Santiago Mora y Figueroa (Jerez de la Frontera. Cádiz, 1941) mencionó, con reconocimiento en su vida, a una serie
de personas presentes o desaparecidas y señaló que se sobrevalora su “capacidad
de diplomático perverso”. Concluyó diciendo que su libro Entre líneas y a contracorriente pesa dos kilos ochocientos gramos y que nace con dos vicios: la
desconfianza y la vanidad. Desconfía de la nube digital y tiene preferencia por
el libro en papel. Recordó que “sin censura ni cesura no hay buena literatura”,
en la que hay que amar a los personajes, incluso al malo de la película.
A la presentación
acudió el presidente de la Real Academia Española, Darío Villanueva y otros
académicos. ¿No sería el momento de pensar en dar entrada a Tamarón en la docta
institución?
Más información
www.marquesdetamaron.es
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