miércoles, 29 de enero de 2025
domingo, 21 de abril de 2024
CHARO MIRAT expone una retrospectiva de pintura en la histórica Fabric Mirat, un convento del XVI en Salamanca
Charo Mirat, pintora
L.M.A.
La pintora salmantina Charo Mirat, residente en Trujillo, ha inaugurado la exposición retrospectiva de su pintura en la histórica y familiar Fabric Mirat, fábrica de abonos, situada en un histórico y céntrico convento salmantino del siglo XVI, que fue, en su día, de los Padres Jerónimos. Un monumento que cuenta, entre otras cosas con un bello arco de medio punto. La firma ha llevado a cabo una inteligente y generosa restauración del convento para disfrute de todos, de su ciudad natal, Salamanca. Julia Sáez-Angulo, miembro de la Asociación Internacional de críticos de arte. AICA/Spain, ha escrito el siguiente texto para el programa de su presentación:
“Lleva casi medio siglo pintado, cuarenta de modo profesional y muchos más si consideramos su precoz dedicación al dibujo y al color. Ha llegado, por tanto, la hora de hacer una exposición retrospectiva de su obra, nada menos que en su ciudad natal: Salamanca, lo que le produce una emoción especial a la autora. Charo Mirat reside en Trujillo (Cáceres), de donde es oriunda una parte de su familia materna, pero los Mirat están arraigados en Salamanca, donde ella nació, desde hace dos siglos.
Rosario Castrillo Mirat (1950) siempre ha sentido la pintura como una reinterpretación de la Naturaleza, una contemplación de la realidad del modelo, al que atienden sus retinas, para trasladarla al lienzo o al papel en una suerte de transmutación alquímica. La pintura como arte, como reto ante la vida. Nunca le interesó el hiperrealismo fotográfico, sino la figuración que trasciende la visión y da cuenta de la dicción propia de la autora.
Aunque su vida transcurrió un tiempo, junto a numerosos pintores abstractos, empezando por su marido, Pancho Ortuño, Charo Mirat nunca se apartó de la figuración, porque en ella encontró su lenguaje y estilo artístico, una manera de ver las cosas y registrarlas con el pigmento en un lienzo o el lápiz en el papel. Un modo de plasmarlas en el arte, conociendo el aserto latino de ars longa vita brevis, el arte es prolongado, la vida breve. El arte sobrevive en el tiempo al autor y al espectador.
La pintora salmantina trabaja siempre al óleo, pigmento eterno que trasvasa los siglos. Su repertorio artístico se reparte en todos los géneros: la figura, el retrato, el paisaje, los bodegones, la naturaleza muerta, flores, floreros… Algunos de sus bodegones cobran un significado casi ascético, en los que late el magisterio inconsciente de Zurbarán o de Morandi. El pintor Fernando Zóbel fue, en su día, el gran admirador de la pintura de Charo, su mejor coleccionista.
Los paisajes de la pintora trascienden la Naturaleza, en un arrobo de inspiración y acierto, ante el lugar que arrebata su mirada. Entre ellos, está el cerro de Santa Cruz, una visión despojada y casi mística del lugar.
Capítulo aparte merecen las copias de arte sacro, que Charo Mirat ha llevado a cabo para recintos sacros, como la del Cristo de Velázquez, para la iglesia de Trujillo, algunas Madonnas o el “Cordero místico” de Zurbarán, que ella guarda para sí. El arte sacro o la copia no es su práctica habitual, pero la autora confiesa que también disfruta haciéndolo.
En suma, estamos ante una visión retrospectiva de la obra pictórica de Charo Mirat. Un recorrido por su mirada sobre la Naturaleza, el mundo y la vida. Ante una buena cata de su sensibilidad, creatividad y concepción de la pintura, con su sentido particular del color y de la composición plástica, sobre su estética, en suma.
Es la muestra retrospectiva de una pintora, que ha sido silenciosa y constante en su trabajo artístico, por lo que es motivo de celebración, máxime cuando lo hace en su propia ciudad de nacimiento. Mostrar su arte en una bella ciudad renacentista, de fuerte calado en la historia y exponer su pintura en uno de sus antiguos y remozado convento del XVI, es motivo de gozo y disfrute para todos”.
Más información:
https://lamiradaactual.blogspot.com/2024/01/charo-mirat-pintora-prepara-su.html
jueves, 18 de abril de 2024
TRUJILLO-Cáceres. Nueve balcones de esquina en diversos palación. Fotos: Armando Zanón
Palacio de Barrantes-Cervantes, de la Fundación Obra Pía de los Pizarro
Doble esquina en balcón y puerta de entrada
miércoles, 17 de abril de 2024
GUADALUPE LUCEÑO. La Fundación de los Pizarro, en Trujillo -Cáceres-, adquiere dos obras de la pintora
Julia Sáez-Angulo
Fotos: Armando Zanón
18/4/24 .- Madrid.- La Fundación de los Pizarro en Trujillo-Cáceres ha adquirido dos obras de la pintora Guadalupe Luceño, que las ha entregado personalmente al presidente de la citada Fundación, Hernando de Orellana-Pizarro. En el acto estuvieron también presentes el abogado de la Fundación, José María Mendoza, y el esposo de la pintora Armando Zanón Ballesteros.
Los cuadros de Guadalupe Luceño (90 x 90 cm cada uno) son dos óleos, que pertenecen a la serie Laberintos y constituyen un díptico separado por dos cm. Ambas obras irán destinadas al futuro Museo Iberoamericano de Arte Contemporáneo de la Fundación de los Pizarro, que tiene su sede en el palacio de Barrantes-Cervantes de Trujillo, edificio que cuenta con uno de los nueve balcones en esquina de la localidad, el mejor conservado. Actualmente, aunque se muestra parcialmente en obras de ampliación, el palacio muestra la exposición NEXOS de arte iberoamericano.
Trujillo es un municipio de Extremadura, que cuenta con más de nueve mil habitantes. Su castillo medieval se erige en lo alto de una colina berroqueña desde la que se puede contemplar una amplia panorámica de la ciudad y el paisaje rural que lo circunda. La Casa Museo de Pizarro se relata la vida de Francisco Pizarro, conquistador del Imperio inca. En la Plaza Mayor del municipio se alza una estatua ecuestre en honor del descubridor y conquistador. Su recorrido histórico artístico permite ver murallas y paserar por su adarve, castillos, palacios, casonas, iglesias, conventos, museos y cementerios
Guadalupe Luceño, (Santander,1960). A los cinco años se traslada con sus padres a Suiza. Desde su infancia es instruida en las artes plásticas, la música y la danza. Las circunstancias familiares y profesionales harán que a lo largo de dos décadas cambie de residencia con frecuencia, a caballo entre España, Suiza y Alemania, hasta fijar su residencia en Madrid (España) y finalmente en la madrileña Sierra de Guadarrama, donde reside y tiene su estudio actualmente.
Guadalupe Luceño estudió Filología Hispánica y obtiene, tras superar examen estatal, el nombramiento de Traductora e Intérprete Jurada de Alemán por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España. En 2001 ingresa en la Asociación de Intérpretes de Conferencia de España (AICE) y realiza su primera individual en el madrileño Museo del Ferrocarril. Compaginará ambas actividades, la interpretación y las artes visuales, hasta 2022, fecha en que abandona definitivamente la interpretación. Ese mismo año es incorporada al Archivo de Artistas Abstractos en España (AAAeE) de la Fundación Juan March.
La pintora ha realizado una veintena de exposiciones individuales en Alemania, España y Siria, y participado en más de treinta proyectos internacionales en Alemania, Croacia, España, Estados Unidos, Italia, Polonia, Portugal y Siria. Participó como artista invitada en la I Bienal de Arte Conteporáneo de Esmirna (Turquía, 2011), fue seleccionada para la V Bienal Internacional de Arte de Beijing (China, 2012) y para la I Bienal San Lucas de Arte Contemporáneo de Plasencia (España, 2019).
Ha quedado finalista del I Certamen Internacional de Arte Abstracto Mario Saslovsky (Madrid, 2019), del XX Premio de Grabado de San Lorenzo de El Escorial (Madrid, 2019), del XXIV Certamen de Pintura Frida Kahlo (Madrid, 2021), de la XXVI Bienal de Pintura Villa de Noreña (Asturias, 2022), del XXV Premio de Artes Plásticas de Cáceres (España, 2022), del XLVII Certamen Nacional de Pintura Villa de Pego (Alicante, 2023) y del Certamen de Pintura y Escultura Antonio López (Madrid, 2023). En 2022 es distinguida con el Certificado al Mérito Artístico de “La Pinacothèque” de Luxemburgo con motivo de su participación en la selección internacional del Luxembourg Art Prize 2022.
Obra suya se encuentra en la Biblioteca Nacional de España, Colección Antiqvaria, Colección Javier López de Toledo (Madrid), Fundación Anne-Sophie Mutter (Múnich), Fundación Obra Pía de los Pizarro (Trujillo, Cáceres), EFAK (Europäische Frauenakademie der Künste (Berlín), Inselgalerie (Berlín), La Nacional (Nueva York), Museo del Ferrocarril (Madrid), Ayuntamiento de Navacerrada (Madrid), Fondos de la Diputación Provincial de Valladolid (España) y en numerosas colecciones particulares de Alemania, España, Francia, Italia, Portugal, Siria y Suiza.
Su trabajo ha sido reseñado por Ignacio Gómez de Liaño, Luis Luna, Julia Sáez-Angulo, Elisabeth Walther-Bense y Gregorio Vigil-Escalera.
Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/2018/12/guadalupe-luceno-no-past-no-identity.html
https://goyo-vigil.blogspot.com/2024/04/guadalupe-luceno-1960-cruzo-y-descruzo.html
https://lamiradaactual.blogspot.com/2024/04/nexos-arte-iberoamericano-contemporaneo_9.html
domingo, 4 de febrero de 2024
PALOMA CASADO. El Museo de los Pizarro en Trujillo adquiere su pintura "Estudio"
Hernando de Orellana-Pizarro y Paloma Casado junto al cuadro adquirido por el Museo de Trujillo
sábado, 3 de febrero de 2024
ISABEL SOTO. El Museo de los Pizarro adquiere una de las esculturas de la artista colombiana
L.M.A.
3/2/24 .- Madrid .- El Museo de la Obra Pía de los Trujillo ha adquirido una escultura de Isabel Soto, artista colombiana residente en Madrid, titulada "Touch", 30x30x30, en madera con base en metacrilato. Una pieza que trasmite al espectador un dialogo visual. Un juego, a través del movimiento, del color, del lenguaje no verbal, de su serie “Manos”.
Isabel Soto (Cali. Colombia, 1977) es una reconocida escultora colombiana. Llegó hace 37 años a Madrid y desde entonces, vive en España. Ha expuesto su obra en distintas ciudades de todo el mundo, recientemente en Barcelona y Madrid.
La Fundación Obra Pía de los Pizarro tiene como objetivo, según el Registro de Fundaciones del Ministerio de Cultura: la protección y asistencia a todos aquellos colectivos en situación de desamparo o necesidad, mediante la concesión de ayudas. Cooperación al desarrollo y fomento de la solidaridad del pueblos del Tercer Mundo. Investigación y divulgación de la historia de los Pizarro, descubrimiento, conquista y colonización de América. Promoción de la cultura, la historia, el idioma y la literatura española tanto en España como a nivel internacional. Promoción de las relaciones y del intercambio cultural, científico y económico entre España, Europa y América. Recuperación y conservación del patrimonio histórico y cultural español, europeo y americano, especialmente el relacionado con la historia del descubrimiento, conquista y colonización de América.
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miércoles, 24 de enero de 2024
El Museo de los Pizarro en Trujillo adquiere cinco esculturas de Pedro Monago
"El parto", escultura de Pedro Monago, en madera de nogal
Pedro Monago y Julia Sáez-Angulo, en la cafeteria del Museo Reina Sofía
Julia Sáez-Angulo
24/1/24 .- Madrid.- El Museo de los Pizarro en Trujillo adquiere cinco esculturas de Pedro Monago: “Dama con pendiente” en bronce; “Guadiana”, en madera de sipo; “Km cero” en madera de nogal; “Niño con sandía”, en madera de haya, y “El parto”, en madera de nogal. Lamentablemente le robaron días antes dos esculturas de su estudio en obras: “Menina patinada en azul” y “Liberación de la mujer”. La denuncia a la policía no se hizo esperar.
Pedro Monago (Villanueva de la Serena (Badajoz), 1939, desde corta edad, se aficiona al dibujo y a modelar en barro, trabaja de ebanista y estudia dibujo lineal . Se establece de tallista y alterna la talla con la escultura que modela en yeso para después pasar a madera. Licenciado en Bellas artes, cursa estudios de decoración en la Academia de Fomento de las Artes Estéticas, FAE. En 1974, empieza una nueva etapa como industrial en la fabricación de muebles en Madrid. Actualmente se recrea en la escultura tallada como pasión y en el dibujo y en la pintura como sentimiento. Es exigente y atento durante todo el proceso de creación: dibujo, modelado y talla, pues para él lo que cuenta es la expresión o la belleza de la obra de arte.
Pedro Monago suscribe al completo la afirmación de Van Gogh: “El que ama vive”. Su obra se encuentra actualmente en varios museos: Bellas Artes de Badajoz, Olivenza, Don Benito, Gudalcanal de Segura, ONCE de Madrid, u Obra Pía de los Pizarro en Trujillo.
Hombre cordial y sociable, durante su larga trayectoria artística, Pedro Monago ha sostenido buenas relaciones con colegas como el canario Reyes (Félix José), Eduardo Naranjo, Víctor García Ochoa, Venancio Blanco (con el que intercambió experiencias sobre fungicidas y poliuretanos, a la hora de tratar la madera), José Luis Fernández, Guillermo Mingorance, o los críticos o historiadores de arte Luis Hernández del Pozo, Ricardo Hernández Megías, Román Hernández Benavides, Miguel Ángel Vallecillo, Miguel Moreno, Julián Coca, Mayte Aguirre...
Pedro Monago, 85 años, va recordando datos de su trabajo, durante la entrevista sostenida en el Museo Reina Sofía: “El 90% de la figura que yo he tallado o modelado, son mujeres”. “De joven fui un hombre inquieto, pues me movía mi ambición profesional más que por dinero. Trabaje para 22 empresas; fui cambiando a medida que encontraba otro espacio donde aprendiera más y mejor como en Herráiz, donde se trabajaba con un diseño extraordinario y con un perfeccionismo absoluto”. “En mi empresa he contado siempre con oficiales de primera línea, porque trabajábamos piezas de mobiliario de altura. Yo hacía los diseños y los oficiales los interpretaban perfectamente. Yo hasta los envidiaba. Trabaje varios años para “El Corte Inglés.”
“Tengo muy buena memoria, sin sacar fotografía alguna reproduje una boa en madera, que vi de joven el Museo de Arte Contemporáneo en la Ciudad Universitaria de Madrid, y que encantó a una galerista. También en París: vi a una mujer joven sentada antes de cruzar uno de los puentes del Sena, y quise sacarle una foto para esculpirla más adelante. Mi mujer me lo impidió, por si la foto nos acarrearía problemas en un país extranjero. Pues, aunque no saque la foto, meses más tarde hice una escultura con es mujer sentada en un banco. La titulé “La espera”.
"Pese a todo llevo conmigo siempre un lápiz y un papel, para apuntar las ideas que me llegan a la mente".
Pedro Monago dice que, ahora, la artrosis le impide modelar con facilidad, por lo que se dedica más al dibujo, a base de lápiz, pastel o acuarela.
viernes, 19 de enero de 2024
CHARO MIRAT, pintora, prepara su retrospectiva de 40 años en un antiguo convento de los Jerónimos en Salamanca
Bodegón de Charo Mirat
Julia Sáez-Angulo
19/1/24 .- Trujillo (Cáceres).- Dicen que hay cinco localidades En el planeta con el nombre de Trujillo, por eso me apresuro siempre a poner Cáceres cuando lo cito, porque es la localidad primigenia que dio nombre a todas ellas, a través de la celebridad de sus conquistadores en América, en especial Francisco de Pizarro.
Pero no es de Pizarro, ni de Trujillo, de lo que voy a hablar, aunque haya visitado el pueblo extremeño de diez mil habitantes, que rebosa de palacetes, casonas y conventos de pro. En el Hotel Izán Trujillo, antiguo convento trujillano de San Ambrosio del siglo XVI, cito a la pintora Charo Mirat, que reside en una casona del XV-XVI en la localidad, desde hace cuarenta años, junto a su esposo, el también artista Pancho Ortuño. “Está pintando mucho, como un loco”, me asegura.
Charo Castrillo Mirat (Salamanca, 1950), con familia oriunda de Trujillo y Salamanca, prepara una amplia exposición retrospectiva de su trayectoria artística, de cuarenta años en un antiguo convento de los Jerónimos del siglo XVI en Salamanca, su ciudad natal, reconvertido en fábrica de abonos y restaurado de nuevo para hacer exposiciones. Hace un tiempo que no ha expuesto, por lo que le hace ilusión preparar esta muestra de su pintura en la ciudad que le vio nacer y de la que son oriundos los Mirat, cuando llegaron de Francia a España hace unos dos siglos.
Cuarenta años de trabajo artístico bien merecen una retrospectiva. La pintora me cuenta que lleva una vida tranquila y silenciosa, casi asceta, en Trujillo, que tiene bastante obra pintada y almacenada y que últimamente pinta menos. Ya se sabe, se tienen rachas y, cuando uno no trabaja tanto, es porque se está creciendo y madurando por dentro.
“Voy con frecuencia a la cercana sierra de Los Lagares, donde tenemos una finca y en la que diseñé un jardín que cuido yo misma y, con gusto, me entretiene mucho. Lo paso bien”, dice Charo Mirat. No hay como la naturaleza y el aire libre para pensar y meditar. “Allí también leo”, añade la pintora.
Hablamos de pintura y me comenta que ella, a diferencia de Pancho Ortuño, ella es y siempre ha sido figurativa, aunque los modos y las modas hayan ido por otro lado. Le gusta el reto del modelo real y la interpretación libre del artista, que muestra su propio lenguaje. No es solo destreza de dibujo, sino de estilo. “Nada más lejos del hiperrealismo, donde “se plasma el uno por uno”, como decía con humor, mi amigo el pintor Zóbel, quien tenía un gran aprecio por mi pintura y me compró varias obras. Guardo de él un gran recuerdo”, comenta Charo.
No olvidemos que Charo Mirat se casó con Pancho Ortuño en 1972, y se relacionó con numerosos artistas, además de Zóbel, como Torner, Rueda, Millares, Saura, Guerrero, Sempere, Bonifacio, Miura, Nacho Criado, así como a los críticos Juan Manuel Bonet o Quico Rivas. Después con Carmen Laffón, Gerardo Delgado y Juana de Aizpuru en Sevilla. En medio de todo este mundo de abstractos, la pintora siguió fiel a la figuración de su estilo, en un permanente reto con el modelo del natural para trascenderlo en su visión artística.
Recordamos las obras que ella tiene en la Colegiata del Santísimo Sacramento de la plaza mayor de Trujillo: una copia del Cristo de Velázquez, y una Madonna para la ermita del pueblo. “No me dedico al arte religioso, ni mucho menos, pero lo pasé bien pintando estas obras, que hoy se muestran en dos lugares visitados por mucha gente”, me explica. "Ahora acaricio la idea de pintar una representación de San Agustín con el niño que tiene una concha en la playa, y conversan sobre la Trinidad".
No me da tiempo a ver estas piezas en sus recintos sacros, pero quedamos emplazadas en primavera para volver a vernos en Trujillo, visitar esas obras y seguir conversando.
Más información
https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Charo+Mira
Bodegón con figura (Charo Mirat), de Charo MiratCharo Mirat, pintoralunes, 17 de abril de 2023
FUNDACIÓN OBRA PÍA DE LOS PIZARRO, situada en el histórico palacio de los Barrantes-Cervantes en Trujillo
domingo, 14 de noviembre de 2021
Charo Mirat y Pancho Ortuño, 30 años de arte y restauración artística en La Casona de Trujillo
Julia Sáez-Angulo
13/11/21.- Madrid.- Hace 30 años adquirieron La Casona en Trujillo, un espléndido edificio entre palaciego y conventual casi en ruinas, que paulatinamente fueron restaurando hasta darle una habitabilidad perfecta para albergar su vivienda y sobre todo sus respectivos estudios donde su pintura, con un claro guiño al Barroco, reluce en una constante investigación.
Dejaron Madrid, cuando comenzaron a sentir que el arte que se hacía en aquellos 80, estaba derivando a una situación insostenible de búsqueda de lo llamativo, casi el escándalo, aparcando la idea misma del arte. El punto de inflexión se produjo cuando Paloma Chamorro que dirigía el popular programa "La Edad de Oro" de TVE en la cadena 2, propuso que se pintara en uno de sus programas para el espectador. Directo y llamativo...
"Se acabó el circo. Vámonos", pensó Pancho Ortuño, que había expuesto en la galería Juana Mordó, no se entendió con su sucesores por falta de rigor y seriedad en los pacta sunt servanda.
Después todo vino rodado, el entusiasmo por la restauración de la inmensa casona con vistas a la redonda de los tejados y linea del cielo de la preciosa y palaciega ciudad de Trujillo, donde los Pizarro y los Orellana forman el presente y la historia española y americana.
Pancho Ortuño montó una empresa de restauración de patrimonio histórico artístico, que acaban de vender, pero lo decisivo fue que Charo Mirat y Pancho Ortuño volvieron a la pintura de verdad, a la que querían hacer y siguieron su código de honestidad, acercándose al Barroco e indagaron su verdadera técnica que logra efectos pictóricos únicos, muy distintos de los que se logran con la pintura de hoy día.
Paisajes, bodegones, retratos actuales e históricos, flores y floreros... Charo Castrillo Mirat (Madrid, 1950) regresó a su Salamanca donde había estudiado Arte, para hacer cursos de escultura y se permitió disfrutar con el arte de la tercera dimensión. El retrato de su madre recibe en el vestíbulo y una observa con asombro el gran parecido con la autora del busto.
"También me ha gustado volver de vez en cuando al Museo del Prado para hacer copias y atrapar el secreto de la pintura barroca", explica Charo Murat, al tiempo que recorremos la casona y nos asomamos a las ventanas balcones y terraza. Trujillo se entrega de lleno a la mirada. Maravilloso.
Una gran copia del Cristo de Velázquez, mayor que el original figura hoy en la iglesia de San Martín, por donación generosa de Charo Mirat. Una copia del "Cordero místico" de Zurbarán, reluce entre los propios cuadros de Charo.
Mirat hace una pintura serena y silenciosa, en calma. Contagia. Su reciente exposición tuvo lugar en 2019 en Cáceres, poco antes de la pandemia.
Pintan con frecuencia el paisaje circundante de Trujillo, en especial la montaña de Santa Cruz (como Van Gohg la montaña de Sainte Victoire en la Provenza), donde la leyenda dice que está enterrado Viriato. Una montaña en pico que reslata en medio de las lomas del valle.
De la gran Casona, han detraído una parte para un gran apartamento rural de cinco camas, muy bien decorado. Un apartamento que alquilan a visitantes a Trujillo por medio de bnb.
Charo confiesa que ella se encierra a pintar en la Casona, sale y se relaciona muy poco. Su mundo está en el interior, donde duermen y reviven los muebles y bibelots de la abuela.
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https://lamiradaactual.blogspot.com/2017/05/charo-mirat-la-pintura-y-el-silencio.html
Pintura de Charo Mirat
Trujillo
Alberca de Trujillo (Cáceres)Julia Sáez-Angulo y Patricia Larrea en Trujillo
martes, 9 de mayo de 2017
Pancho Ortuño, arte contemporáneo y refugio en el campo de Trujillo
En 1973 volví a Madrid y trabajé como estampador de grabados al aguafuerte para diversos pintores, como modus vivendi. Al finalizar el año Zóbel nos ofreció pasar una temporada becados en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca. En 1975 hice mi primera exposición individual en la galería EGAM de Enrique Gómez Acebo. Durante la exposición la galerista Juana Mordó se interesó por mi trabajo y me ofreció entrar en su galería con un contrato en exclusiva.
En 1976 me presenté a las becas de la Fundación March. El jurado estuvo compuesto por Antonio López y Eduardo Chillida, quienes me otorgaron la beca. Expuse los resultados de un año de trabajo en la sala de la Fundación, junto a otros becarios.
En 1977 expuse individualmente en Juana Mordó y en una colectiva en el Palacio de Cristal del Retiro. Hubo resonancia mediática y entrevista por Paloma Chamorro para su programa de TVE. En 1978 viajé a París patrocinado por el programa de Paloma para entrevistar a los pintores Louis Cane y Marc Devade, figuras destacadas entonces. Participé en algunas colectivas de cierto impacto entre los años 1978 y 1980, entre ellas ‘Madrid D.F.’
Al año siguiente tuve un stand personal en ARCO, con trabajos ya plenamente figurativos. Ese mismo año viajé a Italia para entregar obras en una galería romana. Me robaron todas las que llevaba, el trabajo de dos años. En 1986, gracias a Antonio López, conseguí trabajar como profesor asociado en la Facultad de BB.AA. de Cuenca. Enseñé dibujo, pintura y teoría e historia del arte.