Julia Sáez-Angulo
Situado en la antigua y hermosa sinagoga del Tránsito en Toledo, el Museo Sefardí (1911-2011) celebra este año su centenario y recuerda al marqués de la Vega Inclán, precursor del turismo en España, que tomó la histórica ciudad de Toledo para su proyecto, junto a un grupo de intelectuales como Cossio, Zuloaga o Azorín. Todos ellos potenciaron lugares como la llamada casa del Greco y o el Museo Sefardí como atractivos cultuales.
Santiago Palomero Plaza, director del Museo Sefardí, recuerda como esos hombres “habían tejido unas urdimbres, en las que luego otras tramas, como las del mexicano Alfonso Reyes o el joven Américo Castro, harían brillar en la ciudad la conocida como Edad de Plata de la cultura española”.
Toledo ha querido presentarse siempre como la ciudad de las tres culturas: cristiana, islámica y judía, a lo que Palomero matiza: “La lección de tolerancia medieval y de mudejarismo cultural que dio al mundo Toledo en la Edad Media (cuya máxima representación es el propio edificio que alberga el museo, la Sinagoga del Tránsito) no debe quedar como simple referencia de un pasado mítico englobado erróneamente en el mito de las Tres Culturas idílicas que algunos han pintado para consumo indiscriminado de masas”.
“Muy al contrario, ese fenómeno de aculturación mutua entre una mayoría dominante y dos minorías, debe permanecer hoy como una lección hodierna”, añade el director del Museo Sefardí, entidad que alberga interesantes piezas arqueológicas de la arquitectura y bienes muebles como “menoras” o candelabros de siete brazos, portarrollos de la ley, estrellas de David, joyas sefardíes y cuadros de distinta procedencia como el retrato de Ha Levi, célebre rabino toledano, que da nombre a una calle de la ciudad imperial de Carlos V.
El citado retrato es obra del pintor español Daniel Quintero, judío converso, que expone en la célebre galería Marlborough. La figura está resuelta en una suerte de gran dibujo pigmentado en rojo, en el que la cabeza tiene una resolución formal figurativa más hecha que el resto. El museo cuenta también con una pintura bajo cristal de Letizia Arbeta, que ha recreado en esta técnica, numerosos pasajes bíblicos del Antiguo Testamento.
Fondos incorporados a “Judaica Europeana”
Los fondos del Museo Sefardí, que fue dirigido durante muchos años por la conservadora Ana María López Álvarez, se han incorporado a la “Judaica Europeana”, por lo que libros, manuscritos y documentos en lengua hebrea y sefardí, o vinculados con la cultura judía del museo, podrán ser consultados en esta red.
Las ciudades de París, Berlín, Amsterdan, Francfurt, Londres o Jerusalén, entre otras, cuentan con espléndidos museos sobre el mundo judío, que también se han incorporado a la “Judaica Europeana”.
El Museo tiene previstas actividades como un curso sobre moriscos, coordinado por Alfredo Mateos Paramio y seguir con su serie de “hombres justos”, invitando a personalidades destacadas que tengan relación con el mundo histórico o los contenidos que alberga el museo.
El Museo Sefardí de Toledo se encuentra no lejos de la Casa del Greco y cerca de una de las hoces del río Tajo, un río que perfila la morfología de la bella ciudad de Toledo.
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