miércoles, 11 de julio de 2012

“Antología del microrrelato español (1906 – 2011)”, analiza el cuarto género narrativo







Julia Sáez-Angulo

         El microrrelato es un género literario  que se impone con fuerza, “el cuarto género narrativo”, dice el subtítulo del libro  “Antología del microrrelato español (1906 – 2011)”,  una edición de Irene Andrés-Suárez, publicado por Cátedra en la colección Letras Hispánicas.

         Son muchas las instituciones y empresas que convocan concursos de relatos, desde Radio Nacional de España a la Fundación FiART. Hay editoriales que se han especializado en narrativa breve y, además de publicar cuentos lo hacen también con microrrelatos como sucede con Páginas de Espuma.

         El libro editado por Cátedra es muy oportuno porque son muchos los interesados en el género del microrrelato, un género que se ha desarrollado con profusión en Latinoamérica, donde Borges, Bioy Casares o Augusto Monterroso son maestro del género.

         El índice de “Antología del microrrelato español (1906 – 2011)”,  acoge puntos de interés como la definición de microrelato, la trayectoria del relato español entre postistas, clásicos y últimas décadas del siglo XX y XXI. El microrrelato acoge con frecuencia el humor y la intertextualidad, así como el impacto de las nuevas tecnologías, sobre todo en lo que al siglo XXI se refiere.

         Entre los autores españoles que figuran en la  “Antología del microrrelato español (1906 – 2011)” se encuentran: Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, José Moreno Villa, José Bergamín, Federico García Lorca, Luis Buñuel, Pío Baroja, Tomás Borrás, Ana María matute, Max Aub, José Antonio Muñoz Rojas, Esteban Padrós Palacios, Ignacio Aldecoa, José María Sánchez Silva, Alfonso Sastre, Gonzalo Suárez, Fernando Quiñones, Ferenando Arrabal, Antonio Muñoz Molina, Álvaro Cunqueiro, Francisco Ayala, Arturo del Hoyo…

         La lista es amplia y vamos a seguirla, pero observemos que hasta ahora solo hay una escritora: Ana María Matute. ¿No se podría rastrear un poco mejor en el campo de la mujer? Los nombres continúan: Antonio Beneito, Alberto Escudero, Javier Tomeo, Agustín Cerezales, Gustavo Martín Garzo, Juan Eduardo Zúñiga, Pedro Ugarte, Luis Mateo Díez, José Jiménez Lozano, Rafael Pérez Estrada, Julia Atxoa, Ángel Gauche, Juan Gracia Armendáreiz, Carmela Grecier, José María de Quinto, Hipólito G. Navarro, Juan José Millás, Pablo Antoñana, José María Merino, Espido Freire, Medardo Fraile, Carmen Camacho, Carlos Castán, Lara Moreno, Rubén Abella, Carlos Almira, Cristina Grandes y Manuel Espada… sin citar a todos.

Brevedad y origen en la tradición oral

         Libro necesario y oportuno para una demanda importante sobre el interés por este género que lo cultivan no sólo los escritores profesionales sino muchos otros ocasionales que pueden cultivar el microrrelato porque es un género corto fácil de llevar a cabo en el tiempo.

La Fundación FiART decía en su convocatoria de concurso: El microrrelato, cuya principal característica es la brevedad de su contenido, tiene sus raíces en la tradición oral y va adquiriendo esencia en la Edad Media a través de fábulas, parábolas, adivinanzas, los proverbios y desde antes, muchos versículos de la Biblia, el Código de Hamurabi, los mantras y los upanishad hindúes, también los haikus japoneses contienen microrrelatos, brevísimos. Para el mundo judeocristiano el primer microrrelato sería el de Génesis 1:1 :”En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Su tope de selección estaba en las trescientas palabras.

“Ya en el siglo XX se populariza entre los escritores hispanoamericanos más conocidos, como Borges (en cuya obra “El Hacedor” incluye varios microrrelatos) y Bioy Casares, Cortázar, Ramón Gómez de la Serna, Luis Mateo Díez, Leopoldo Lugones entre otros, sin dejar de mencionar al autor del más famoso microrrelato en español, Augusto Monterroso: “Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí”.

        
         

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