martes, 11 de noviembre de 2014

Valérie Trierweiler ajusta cuentas sentimentales con François Holande


Valèrie Trierweiler



Julia Sáez-Angulo


         Esto les pasa a los hombres que no son caballeros con las mueres, especialmente con esposas y compañeras, que miente de modo bellaco con algo tan profundo como los sentimientos. Valérie Trierweiler, compañera del presidente francés, ajusta cuentas sentimentales con François Holande, presidente francés, que la ha engañado, negado la evidencia y pretendido romper con mutuo acuerdo.  Gracias por este momento es el título del libro en el que ella cuenta las cosas como sucedieron.

Maeva ha sido la editorial que ha publicado el libro. Marta Armengol Royo y Rosa Alapont han sido las traductoras.

         Es la venganza de Medea ante el infiel -sin muerte de nadie por medio-. “Todo lo que he escrito en este libro es verdad. He sufrido demasiado a causa de las mentiras como para mentir yo”, dice Valérie Trierweiler (Angers, Francia, 1965), una periodista de la revista Elle, que escribe muy bien y que ha aclarado a la opinión pública francesa que “François Holande me dejó sin preaviso”, frente a las pretensiones de Holande de dejarlo amistosamente.

         “Un día un amor intenso incendió mi vida. Él tenía cuatro hijos. Yo tenía tres. Decidimos irnos a vivir juntos”, dice la autora que ha conseguido que su libro sea un best-seller en Francia.

         Los anglosajones dicen que un político no tiene vida privada y a Holande se le olvidó y se iba en moto a pasar la noche con una joven actriz gala, Julie Gayet, y al despertar los hombres de su de seguridad le llevaban los croisants para desayunar, sin percatarse que enfrente del apartamento, nido de amor de la nueva lieson, había reporteros gráficos que tomaban fotos.

         La popularidad de Holande está bajo mínimos. Es un político sin consistencia. Ningún presidente ha caído a esos niveles de impopularidad. Valérie Trierweiler no esperó a la campaña electoral para lanzar su torpedo contra el embustero Holande, lo ha escrito en caliente.

         Valérie Trierweiler cuenta cosas, muchas cosas. “Nicolás Sarkozy salió a recibirlo, mientras que Carla acudió a mi encuentro (…) Nicolás Zarkozy le contó que ese período fue muy doloroso para Carla, que lo pasó muy mal con la mediatización a ultranza de su vida y los rumores maliciosos”.

         El libro se abre con una cita de Tahar Ben Jelloun que dice: “El silencio del ser amado es un crimen tranquilo”. François Holande anunció la ruptura con Valérie Trierweiler con un escueto comunicado a la agencia France Press, como si fuera un asunto de Estado. Otra decisión patética del presidente galo, que en sus ajustes ministeriales llamó a su antigua compañera Segolene Royal para que desempeñara una cartera. Todos dicen que Segolene es más inteligente que Holande y la ha necesitado.

                Claro que Valèrie levantó la pareja a Segolene y no contenta con ello criticó a la hoy ministra en las redes sociales. A los hijos de Holande no los dejó entrar en el palacio del Eliseo para la toma de posesión. Todo eso lo saben los franceses. Valèrie ha bebido de su propia medicina.




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