domingo, 11 de junio de 2017

LAS HABITACIONES DEL EMPERADOR



DESPACHO DE CARLOS V
PATIO DE LINDARAJA DESDE LAS HABITACIONES DEL EMPERADOR


M. Dolores GALLARDO LÓPEZ


 Visitar Granada y subir a la Alhambra siempre es un goce para los sentidos.

 Dentro del recinto de la Alhambra es sobradamente conocido el magnífico palacio de  estilo renacentista  mandado construir por Carlos V.

 En él, por ejemplo, tuvo lugar la magna exposición “El poder de la Alhambra” que cerró la conmemoración del  I Milenio del reino nazarí, por no hablar de la exposición permanente allí  ubicada ya que desde 1958 este palacio es sede del museo de Bellas Artes de Granada y también  del Museo de la Alhambra.
TECHO DE P.  MACHUCA 


  Lo que ya no es nada fácil es tener acceso a las llamadas “Habitaciones del emperador”, puesto  que normalmente permanecen cerradas al público.

 En  1526, el joven  Carlos y su flamante  esposa, Isabel de Portugal,  tras su enlace en Sevilla,   visitaron Granada  y vivieron varios meses en la Alhambra, se supone que en las llamadas “Habitaciones del emperador”, incluso una leyenda granadina presume de que allí fue engendrado el futuro Felipe II.

Según la Guía Oficial de la Alhambra,  las mencionadas  habitaciones se construyeron entre el palacio de Comares  y el de los Leones, en el lugar donde  había  habido unos jardines.

Quienes el pasado mes de marzo  hayan   visitado la Alhambra han tenido la suerte  de  ver las habitaciones del emperador Carlos V. Este año 2017 el programa “Espacio del mes” ha  dedicado el mes de marzo  a las llamadas “Habitaciones de Carlos V”.

   Entre las dependencias que el pasado mes de marzo pudieron visitarse  estaba el llamado “Despacho del emperador”  presidido por una gran chimenea, sin embargo lo excepcional de la  estancia es el artesonado de madera, de cuarterones, que cubre la estancia, realizado por  Pedro Machuca en 1532 (autor también del proyecto del palacio de Carlos V al que nos referiremos después).

 También se pudo visitar la llamada “Sala de las frutas” así llamada por los dibujos de su magnífico techo de madera: las frutas  que producían los huertos  que rodeaban la Alhambra. Obra de Julio Aquiles y Alejandro Mayner, de 1537.
  
    Estas estancias que acabamos de mencionar, cerradas habitualmente, se conocen también con el nombre de “habitaciones de Washington Irving" pues en ellas se alojó en 1859 el famoso autor de “Cuentos de la Alhambra”. El primer Patronato de la Alhambra  en 1914 colocó sobre la puerta de entrada una placa conmemorativa de este hecho.
 Asi describía W. Irving  (N. York 1783-Sunnyside 1859) la  impresión que le producía hallarse en la Alhambra:


PLACA A  W.  IRVING

"Estoy pisando una tierra encantada y me encuentro rodeado de románticos recuerdos. Desde que en mi lejana infancia, a orillas del Hudson, recorrí por primera vez las páginas de la vieja y caballeresca historia apócrifa de Ginés Pérez de Hita sobre las guerras civiles de Granada y las luchas de sus valientes caballeros Zegríes y Abencerrajes, fue siempre esta ciudad objeto que despertó mis sueños; mi fantasía recorrió con frecuencia las románticas estancias de la Alhambra. Y he aquí, por vez primera, realizado un sueño…"  
 EL PALACIO

La impresión que causó a los flamantes esposos reales el entorno de la Alhambra fue tan  extraordinaria que encargaron  la construcción del palacio de Carlos V que hoy conocemos, se dice que  con la intención de  fijar en él su residencia.

 El proyecto de este palacio fue encargado a Pedro Machuca. Machuca murió en 1550 y lo sucedió al frente de los trabajos su hijo.
 Carlos V nunca llegó a  vivir en ese palacio.
 En 1561 su hijo y heredero, Felipe II,  trasladó su corte a Madrid, que después se convirtió en la capital de España.

 El último palacio del conjunto  de la Alhambra nunca cumplió la función para la que fue construido.


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