sábado, 1 de junio de 2013



Jairo García Jaramillo, Ensayo sobre las Mujeres Intelectuales de la II República



Sello en honor de Clara Campoamor



Julia Sáez-Angulo

         01.06.13 .- Madrid .- Que los hombres intelectuales se ocupen por la liberación y los derechos de la mujer que la gran aspiración de las feministas inteligentes que abogan por la misma causa. Que un profesor como Jairo García Jaramillo (Granada, 1982) se haya interesado por un campo histórico de las mujeres españolas es digno de aplauso.

         La mitad ignorada (En torno a las mujeres intelectuales de la Segunda República es el título del libro de Jairo García Jaramillo, por el que mereció el XIII Premio de Ensayo Miguel de Unamuno 2011 del Ayuntamiento de Bilbao y que ahora publica la editorial Devenir.

         El Índice aborda los capítulos: Más allá del 27: ¿Pero dónde han ido a parar las mujeres?; La aparición de las modernas. (Paradoja de la primera conciencia feminista); De colegialas a esposas…¡Ojo con los libros!; Ni tontas ni locas: Hacia la conquista de la esfera pública; Segunda paradoja: El retraso de los adelantados; Un frente doble para las artistas; Las mujeres de la vanguardia literaria, y, Pero, ¿quién teme a Wirginia Woolf? (Breve excurso final sobre el discurso femenino).

         El libro recuerda la afirmación de Mangini: “La llamada “mujer nueva” emerge por dos razones concretas en el siglo XIX en Occidente: primera, porque el movimiento feminista tuvo el más fuerte arraigo en Inglaterra y Estados Unidos después de 1850; y segunda, a causa de los avances de la revolución industrial y la incorporación de la mujer al mundo laboral”.

Una lista de honor

         Mujeres intelectuales de la II República fueron, entre otras, María Teresa León, esposa de Rafael Alberti; la promiscua pintora Maruja Mallo; la pintora María Blanchard; la filósofa María Zambrano; la poeta Concha Méndez; las hermanas de la Mora, una en el Partido Comunista y otra en Falange; la narradora Rosa Chacel; Carmen Muñoz y Rocatallada; la arquitecta Matilde Ucelay; Zenobia Campubí, consorte del poeta Juan Ramón Jiménez; la escritora Carmen de Burgos, amiga de Ramón Gómez de la Serna; la poeta Ernestina de Champourcín , casada con el secretario privado de Manuel Azaña; la pintora Remedios Varo; la también artista Dehly Tejero; las políticas Clara Campoamor, Victoria Kent…

         La “cerrazón machista”, apunta el autor del libro “se ejercía por aquel entonces en todas las disciplinas intelectuales”. No existió un batallón de hombres defendiendo los derechos de la mujer, ese fue el drama. Incluso para obtener su voto, Clara Campoamor, tuvo que luchar contra la izquierda que veía a la mujer como criatura manipulable en los confesionarios. Fue la primera ver que ganó el Frente Popular cuando en España se dejó votar a las féminas.

         Hay mucho que contar en esta historia de liberación de las mujeres del sojuzgamiento del hombre. Suena fuerte pero es así. Los parlamentos occidentales, sobre todo europeos, debiera pedirle perdón en un acto de reconocimiento, de la misma manera que se ha pedido perdón por reconocer expulsiones de judíos o genocidios armenios.






         

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