lunes, 26 de abril de 2010

"Las querellas de los historiadores" en la Fundación Juan March



L.M.A.


La memoria de los historiadores es una memoria plural. Cada cuestión histórica es susceptible de diversas interpretaciones, condicionadas por el presente del historiador que aborda el tema, la posición ideológica de la que se parte y otros condicionamientos de todo tipo. En el ciclo Las querellas de los historiadores, que se inicia en la Fundación Juan March (www.march.es) mañana martes 27 de abril, con la conferencia de Ricardo García Cárcel, coordinador del ciclo, se abordan algunas de las polémicas suscitadas por las diferencias en la elaboración de los relatos entre historiadores españoles desde el siglo XIX en adelante.


*El martes 27 de abril, Ricardo García Cárcel se ocupa de La Inquisición ante la historia. Apología y crítica del Santo Oficio.

*El jueves 29 de abril, José Luis Peset se ocupa de La polémica de la ciencia española. Menéndez Pelayo contra la Institución Libre de Enseñanza.

*El martes 4 de mayo, Antonio Morales Moya se ocupa de ¿De dónde venimos? La valoración de los cristianos, musulmanes y judíos?

*El jueves 6 de mayo, Juan Pablo Fusi se ocupa de La cuestión de los derechos históricos. El liberalismo español frente al fuerismo.

*El martes 11 de mayo, Santos Juliá se ocupa de Historia y memoria de la República y la Guerra Civil: una relación conflictiva.

“En este ciclo de conferencias –señala Ricardo García Cárcel- sólo abordamos las grandes colisiones entre historiadores españoles desde el siglo XIX en adelante. Aquí se analiza, en primer lugar, la batalla historiográfica que suscitó la Inquisición entre sus críticos (Puigblanc, Llorente) y sus apologetas (Diego de Cádiz, Alvarado…) antes y después del definitivo enterramiento del Santo Oficio, con toda la trastienda del debate sobre la libertad y la tolerancia religiosa que el tema suscitó entre los historiadores conservadores y los liberales. Asimismo, se disecciona la guerra entre el fuerismo y el nacionalismo de Estado que empezó en el siglo XVIII (Larramendi versus Mayans), guerra que alcanzó su clímax en el País Vasco antes de las guerras carlistas (Llorente versus Aranguren y Sobredo) y después (Sánchez Silva contra Egaña o Barroeta; Cánovas contra Pi y Margall; Valera o Núñez de Arce contra Navarro Villoslada o Campion). Se aborda también la llamada polémica sobre la ciencia española que enfrentó a Menéndez Pelayo con los krausistas y futuros institucionistas neoliberales (Azcárate, Perojo, Revilla) y que fue una prolongación de la polémica sobre Inquisición de la primera mitad del siglo XIX, que más que el debate sobre los procedimientos de la Inquisición puso sobre la mesa la función de ésta y su incidencia en la cultura española.

Después se reproduce el debate sobre las claves identitarias que marcan los orígenes históricos de España, en que se confronta la visión de Américo Castro defendiendo el papel de musulmanes y judíos junto a los cristianos, como principales hacedores de la identidad hispánica, y la de Sánchez Albornoz, partidario de unas raíces romanistas y goticistas, que reducían a musulmanes y judíos a la condición de barnizadores de la cultura cristiana”.

“Por último, se examina la polémica historiográfica acerca de la valoración de la República, la guerra civil y el franquismo, en la que inciden las viejas confrontaciones ideológicas entre la memoria conservadora y la progresista, las tensiones entre la historia científica y la banalización mediática, y el choque entre la memoria reconciliatoria de la transición y la memoria vindicativa que acusa a ésta de pacto de silencio interesado o de olvido obligado por el contexto”.

“Este ciclo de conferencias de la Fundación March permitirá poner en evidencia cuáles han sido los “puncta dolentia” de nuestra historia, los temas que más han interesado a la sociedad española respecto a su pasado (la ansiedad por las raíces, los hitos históricos que han abierto fosos de separación entre españoles, la delimitación de la realidad y del imaginario de los sueños) y el papel trascendente de los historiadores en la aportación, en cada momento, de las explicaciones diagnósticas respecto a cada uno de nuestros viejos problemas”.


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