viernes, 30 de abril de 2010

Archivo Municipal de Valladolid en la iglesia de San Agustín, una rehabilitación espléndida




Julia Sáez-Angulo


Es el buque-insignia del Ayuntamiento de Valladolid. El Archivo Municipal de Valladolid, por sus fondos y su ubicación en la antigua iglesia de san Agustín rehabilitada al efecto, es un lugar hermoso y emblemático de la ciudad, cada día más embellecida por las restauraciones históricas, la renovación adecuada de los viejos edificios y las zonas peatonales. El parque de Campo Grande sigue firme como gran pulmón de la ciudad, con su vegetación exótica en buena parte traída de América.

“El archivo municipal conserva documentos desde la Edad Media a nuestros días y en él destacan los que se guardaban en arcas con tres llaves, símbolo por los que se identifica a los archivos de la época. La primera mención al arca de la Villa se encuentra en una carta plomada de Enrique II, fechada en Alcalá de Henares de 1375”, explica Ana Feijóo, archivera de la institución.

El volumen de la documentación del archivo cuenta con ocho kilómetros de longitud y , entre otros documentos, con treinta y cinco mil cajas signaturazas; 889 legajos; mil cajas controladas por las relaciones de entrega de las oficinas; cien mil fotografías; monografías jurídicas; hemerotecas de periódicos y revistas editadas en Valladolid, etc.

Junto al Archivo, un parque arqueológico que al barrio de Reoyo y que pone de manifiesto muros y suelos del pasado. La rehabilitación del Archivo ha sido obra, muy premiada y visitada por colegas, por los arquitectos Gabriel Gallegos y Primitivo González, que han diseñado incluso el mobiliario específico.

La historia del Archivo está ligada íntimamente a las iglesias más importantes de Valladolid: San Pelayo, Santa María la Mayor, San Francisco y San Miguel.

Ciudad de Felipe II y de Colón

Valladolid es una ciudad de importante memoria en la Historia de España. Felipe II nació allí y Cristóbal colón murió en ella. La reina Isabel I de castilla, la Católica, la visitó con frecuencia.

Lejos queda aquella vieja afirmación de “Valladolid frío y fea”. Los últimos ediles la han situado a la cabeza de las ciudades castellanas más atractivas, rehabilitando su rico patrimonio monumental y ensanchando las aceras peatonales para hacer de la misma un lugar atractivo para los ciudadanos y visitantes.

El Museo Nacional Colegio de San Gregorio –discutible denominación del conocido Museo Nacional de Escultura que dirigiera Jesús Urrea- ha estado diez años de obras para ofrecer hoy una exposición museográfica de primer orden. Es un museo único con las tallas de Alonso Berruguete, Juan de Juni y Gregorio Fernández, en su mayoría fruto de la desamortización de Mendizábal en 1936 y en perfecto estado de conservación.

El Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo y el Museo Zorrilla vienen a enriquecer Valladolid, que a su vez cuenta con espacios expositivos de primer orden como la Sala de la Pasión o la iglesia de las Francesas, desafecta al culto. Por supuesto que la catedral y sus iglesias forman parte de un recinto sacro lleno de riqueza artística para veneración de los creyentes y a disposición de visitantes. Ciudad de conventos y tapiales que guardan con celo tesoros artísticos.

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