sábado, 13 de diciembre de 2014

Teresa de Ávila - Mística y transgresora Exposición internacional con motivo del V Centenario de du nacimiento


Diputación de Valladolid (España)
Ministerio Federal de Familia, Mayores, Mujer y Juventud (Alemania)



Inauguración en Valladolid: Palacio de Pimentel, 8 de marzo de 2015 (hasta 8 de abril de 2015)
Inauguración en Berlín: Inselgalerie Berlin, 30 de abril de 2015 (hasta 30 de mayo de 2015)
Coloquio en Berlín: Inselgalerie Berlin, 1 de mayo de 2015

Artistas seleccionadas:
Barbara Noculak (DE), Christine Seghers (NL), Concha Gay (ES), Concha Mayordomo (ES), Dolores Fernández (ES), Feyhan Bayik (TK), Franca Bartholomäi (DE), Guadalupe Luceño (ES), Hufreesh Dumasia (IN), Jolanta Wagner (PL), Juliane Ebner (DE), Liliana Kleiner (IL), Margret Kohler-Heilingsetzer (AT), Maria Cristina Carlini (IT), María Jesús Aragoneses (ES), Marianne Pitzen (DE), Marianne Schröder (DE), Marina Lange (SE), Rufa Fernández (ES), Süheyla Asçi (TK), Tina Schwichtenberg (DE)

Muchos han sido los proyectos que se han presentado desde marzo de 2014 en conmemoración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Ávila, la inmensa mayoría precisamente en Ávila. Nosotras hemos querido presentar el nuestro en Valladolid, con dos característica que, a nuestro juicio, lo diferencian de los demás. De un lado, el enfoque eminentemente feminista en el tratamiento de la santa, de otro, su carácter transfronterizo: viajará a Berlín tras su presentación vallisoletana. Es por tanto un proyecto hispano-alemán en el que Teresa concita las miradas actuales de veintiuna artistas de diez países.

El interés que en nuestros días suscita Teresa no parece estribar tanto en su condición de reformadora de una orden religiosa como en su feminismo y su experiencia mística. La "experiencia" recorre todos los escritos de Teresa, colocándola en el mismo centro de la Edad Moderna: "No diré cosa que no haya experimentado mucho" (V18,8). Esta afirmación, más aún, autoafirmación también la colocará en el punto de mira de la Inquisición, como sospechosa de pertenecer a la corriente de los "alumbrados", que contaba, por cierto, con muchos seguidores conversos. Bien es sabido que Teresa provenía de una familia de judíos conversos, al igual que San Juan de Ávila.

Teresa transgrede sin temor las leyes que su tiempo le imponen por su condición de mujer. Incumple la prohibición, impuesta a las mujeres, de leer las Escrituras Sagradas. Desoye la obligación, impuesta a las mujeres, de rezar únicamente en voz alta y defiende la oración interior. Bebe, a través de Francisco de Osuna (Tercer abecedario espiritual), de la teología mística oriental. Renuncia a los sentidos, a la actividad intelectual en la oración, en definitiva, defiende la intuición, no pensar para llegar al conocimiento, a la iluminación, pues "el mismo cuidado que se pone en no pensar nada quizá despertará el pensamiento a pensar mucho" (4 M 3, 6). Una mujer reformando una orden de frailes, una "pobre monja descalza, sin ayuda de nadie" (F 2, 6) sino Dios mostrando su poder dando "osadía a una hormiga" (F 2,7). ¡Es inaudito! Traspasa los límites de lo social y políticamente aceptable dirigiéndose en miles de cartas a potenciales benefactores, a la nobleza, al mismo Rey Felipe II, en cuya casa natal, el Palacio de Pimentel de Valladolid, se inaugura este proyecto. Osa referirse a los relatos evangélicos, a las amistades de Jesús -¡nada menos!- para reivindicar el papel de la mujer, pues ve "los tiempos de manera que no es razón desechar ánimos virtuosos y fuertes, aunque sean de mujeres" (CE 4, 1). Es uno de los muchos ejemplos de feminismo teresiano. La crítia a las posiciones oficiales de la iglesia y de la sociedad respecto a la función de la mujer es feroz, así como a la actitud misógina de los "jueces" (los inquisidores). Qué inteligencia, la suya, al apoyar su alegato en la Sagrada Escritura como protección frente a la Inquisición. El fragmento desde "y más fe…" hasta "aunque sean mujeres", íntegro en el autógrafo de El Escorial, fue tachado por los censores (¡masculinos!), por lo que no aparece ya en el autógrafo de Valladolid.

Teresa morirá sin ver reconocida públicamente su inmensa labor: haber recuperado la antigua regla carmelita y conseguido una provincia propia en España para la orden descalza. Al frente se coloca a un hombre, a su gran amigo Jerónimo Gracián. Teresa gana la batalla, pero ninguno de los altos prelados la menciona. A ella no le importa, profesa vivir "quitando nuestro amor propio y nuestra voluntad, el estar asidas a ninguna cosa de la tierra" (5 M 2, 6). A nosotras sí. De ahí que la fecha elegida para la presentación en Valladolid de nuestro proyecto sea el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Con ello reivindicamos los ingentes esfuerzos de innumerables mujeres que se dejaron la piel en su lucha por los derechos de la mujer, la igualdad, la libertad y la justicia, y que, como Teresa, fueron ninguneadas o, en el mejor de los casos, utilizadas por la política, la iglesia y la sociedad en beneficio de sus propios intereses que nada tenían que ver con las aspiraciones y objetivos de sus protagonistas.

Teresa de Ávila es una de sus más insignes exponentes. A ella rendimos homenaje en el V Centenario de su nacimiento, el 28 de marzo de 2015, a través de 21 miradas de mujeres heterogéneas e internacionales que nos presentan a una Teresa mística, sí, pero también transgresora hasta la médula.

Guadalupe Luceño / Ilse-Maria Dorfstecher

Comisarias del proyecto

1 comentario:

Teresa MF dijo...

Yo hablaría de Santa Teresa, no simplemente de Teresa. ¿O es que pertenece a una categoría diferente a la de "San Juan de Ávila", a quien creo que realmente se conoce como San Juan de la Cruz, por cierto?.

A ver si el feminismo nos va a hacer perder la visión de la realidad.