domingo, 19 de septiembre de 2021

Un periódico que duerme a las hormigas, "El País"




19.09.2021.- Madrid

                                            A    L.M. Anson

Cuando se creó hace ya décadas el Diario “El País”, para llenar un hueco que habían dejado otros diarios como “Madrid”, “Pueblo” o “Ya”, de la entonces poderosa Conferencia Episcopal, se hizo con gallardía, oportunismo y buen gusto. Juan Luis Cebrián y Jesús de  Polanco cubrieron las izquierdas de entonces con un diario funcional, de buen acabado y lectura fácil con colaboradores de renombre y otros de buen hacer periodístico, pero no sé qué ha ido ocurriendo con el paso de los años que a fuerza de querer ser “intelectual” se ha ido transformando en un  “plomo del 14”,  como decía mi padre aludiendo a unos pequeños plomos que se ponían en el forro de las chaquetas para que estas en su caída  parecieran bien planchadas.

    “ABC”, años después ponía, en sus portadas cuatro o seis cuadritos con las noticias más importantes; se hundía económicamente, iban a la quiebra, cuando ficharon a un joven periodista llamado Luis María Anson.  Ese joven  periodista de  mirada inquieta y hacer definitorio se hizo cargo del diario, propiedad entonces de la familia “Luca de Terna”,  y en un abrir y cerrar de ojos recuperó la fama, las cuentas y el señorío de antaño.  La primera portada bajo su mandato fue un chiste de Antonio Mingote, al que de paso dio fama nacional.  Esos dibujos inolvidables y chaplinescos del genio del humor patrio, que acabaría siendo académico de la lengua como el entonces nuevo y joven director.

    Anson conservó la idea —genial entonces – de un dibujo, un chascarrillo o una sola foto o única  viñeta, para  las portadas. Pero foto impactante como las Torres Gemelas de Nueva York ardiendo por los cuatro costados, tras  el impacto de los aviones ordenados por  Osama ben Laden; o los trenes de Atocha reventados, o un hombre cubierto de ceniza caminando trabajosa y penosamente por el polvoriento cementerio de cadáveres calcinados o reventados que era entonces “La Calle 42”, de la morgue que fue entonces  Manhattan aquella mañana del 11 de septiembre del año 2.002.

    Si el ABC de los vetustos y sabios lectores pasó a ser un remedo del “TBO”; el diario “El País” de ahora se ha ido transformando en una lápida mortuoria aburrida y gris, una pesada losa polvorienta que cayera sobre los lectores que aún soñolientos se dispusieran a ojear la prensa de la mañana, mientras sus esposas o sus maridos, por qué no, servían el humeante y aromático café bien cargado en un intento  de que se despertaran.

    Sí; “El País” es el rollo de tomo y lomo, antiguo boletín oficial del estado, de unas sectarias izquierdas hoy cloroformo o éter de unos colaboradores que no los conoce ni su padre, y de unas rocambolescas ideas peregrinas que hay que leerlas con lupa dado sus infinitesimal tamaño para quien  pueda hacerlo, pues  como  decía al principio, puede dormir sin duda alguna a las mismísimas hormigas.

            Germán  Ubillos  Orsolich

                           Premio Nacional de Teatro


                                                           

       


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